Resulta ser una suave y cálida brisa la que me hace regresar de los brazos de Morfeo a este mundo de realidades ambiguas, una brisa que acaricia mi rostro y llega impregnada de un aroma a vida, de un aroma a frescura, de un aroma a vegetación, un aroma a recuerdos y vivencias de la infancia, de esos días en los que corría sin más preocupación que vivir, cuando la sonrisa en el rostro no necesitaba una razón y la felicidad no requería explicaciones ni análisis de ninguna índole, cuando la libertad era quien nos guiaba y explorar la vida era nuestra única tarea diaria.
Recuerdo que casi podía tocar mis sueños solo unos momentos antes, podía vivirlos con total realidad, pero ahora que lentamente regreso del letargo propio del momento, mis parpados pausadamente dejan entrar las imágenes de la habitación en mis ojos, tenues rayos de sol entraban por la ventana, una enorme ventana que abarcaba toda la pared de la habitación, iluminaban de un pálido color amarillo el lugar de mi descanso, haciendo presente también la calidez de su presencia y evidenciando la belleza de la habitación en la que me encuentro.
El escenario se completa cuando empiezan a salir las notas musicales del equipo de sonido, como estaba programado desde el día anterior, con espectacular música de fondo, dulces notas a un ritmo inigualable, al mismo tiempo dulce y apasionado, delicado y fuerte, romántico y bailable, que nos lleva a soñar y vivir historias de tragos y bailes, ese ritmo que aun hoy se sigue discutiendo su origen real, aunque se sabe que es latino por excelencia, Montevideo y Buenos Aires discuten el origen real y quieren atribuírselo como propio, no me importa en este momento el origen exacto simplemente me dejo llevar por sus dulces notas y los recuerdos de una libre juventud que tanto evocan esas melodias en mi ser.
Después de una ducha abundante, con agua llena de vida y frescura, al salir de la ducha, en el comedor de la habitación me espera una taza de café de la mejor clase, el de Antigua por supuesto y un plato de frutas variadas esas que en nuestros países se dan por doquier y traen los aromas de las tierras bajas, llenas de vida, fertilidad, abundancia, personas cálidas, brazos abiertos y momentos que marcaron un antes y un después.
Mientras ingiero aquel elixir de mi tierra y veo como las personas caminan aceleradamente por la calle, sin verse, tratando no tener contacto entre sí, sin siquiera elevar la vista y ver el espectacular amanecer ante sus ojos, pareciera que buscan con toda su alma eso que hoy disfruto yo, eso que hoy llena todo a mi alrededor, eso que tantas veces he buscado y disfruto mucho su encuentro, eso que ha acompañado mis pasos muchas veces, algunas obligatoriamente y la gran mayoría por propia decisión.
Gracias por tu compañía exquisita en esta mañana, por tu acostumbrado abrazo silencioso, tu mirada discreta y tu tan apreciada paciencia al escuchar mis locuras, tu mi amiga soledad y mis recuerdos.
Este es un lugar abierto a comentarios, ideas, pensamientos, artículos, queremos compartir y aprender. Queremos mostrar los primeros pasos de una historia, tal vez sea aqui donde se complete, por favor pasen adelante.
lunes, 21 de marzo de 2011
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