viernes, 7 de enero de 2011

CAPITULO XIIIl, Y LLEGO EL DÍA

Finalmente llego el gran día de la reunión, no puedo describir mis sentimientos, había de todo, angustia, ansiedad, curiosidad, felicidad, un poco de recuerdos y nostalgia, era un cumulo de sentimientos que me llevaban a no saber que esperar, pero lo que era aun peor, no saber que hacer, que decir, como actuar, a quienes reconocería, a quienes no, a quienes no conocía?! Todo era nuevo, todo me asustaba y me entusiasmaba, era algo espectacular, realmente una sensación indescriptible.

Todo aquello pasaba por mi mente mientras conducía camino a La Antigua, mientras veía los verdes paisajes, mientras respiraba el aroma a campo, mientras veía la luz del día irradiar tan claramente, es tan difícil poder expresar todo aquello que llenaba mi alma y que arrancaba lagrimas, pero no de tristeza únicamente, también de alegría, también de recuerdos, de momentos pasados, de una vida llena de bellezas, de experiencias, de personajes, de tantas otras cosas.

Llego a La Antigua, me dirijo al parque central lleno de curiosidad, aquel lugar era místico, como cualquier ciudad fundada por españoles, tenia una plaza al centro y estaba rodeada por la catedral, el palacio municipal, el portal del comercio y el palacio de gobierno, estar aquí me transportaba automáticamente a un pasado tan fresco, un pasado tan presente.

Al llegar me doy cuenta súbitamente que no había hablado de cómo reconocer a mis tías y tíos!, ¿Como lo haría? Después de 15 años las personas tienden a cambiar, no sabía que esperar y algo mas como me reconocerían ellos! Si desde hace tanto que no nos veíamos, y me vieron como niño y no como joven, me vieron junto a mi padre y mi madre, como harán ellos?, tantas dudas, en aquel instante..

Lo que allí paso es indescriptible, miradas, sentimientos, emociones, reacciones, de todo un poco de ambas partes. Yo vi un par de personas sentadas en ese concurrido lugar, 2 mujeres que me parecían familiares, pero no podía decir con total seguridad si era mi emoción, o si era la necesidad de encontrarlas lo que hacía que las viera tan familiares. Una de ellas se puso de pie y luego volvió a sentarse, lo cual me hizo suponer que la emoción estaba ganándole la batalla a mi discernimiento, en ese momento seguí buscando personas en el Parque, lo recorrí completamente, y cuando estaba por regresar al lugar donde había empezado mi búsqueda, allí estaban las 2 mujeres, ahora de pie, con una sonrisa en los labios y los brazos abiertos, definitivamente ellas eran las hermanas de mi padre, aquellas tías que hace tanto no veía, tal y como las recordaba.

Algunos años después, en una conversación casual entendí que mi tía, se paro al verme llegar, pero al observar como bajaba del vehículo, como caminaba, y al ver mi parecido tan grande a mi padre, la hizo pensar que estaba viendo a su hermano en los tiempos en los que el estudiaba, en aquellos momentos en los que compartía con sus amigos de colegio, y la impresión fue tanta que lo único que logro hacer fue sentarse nuevamente.

La impresión y felicidad fue en ambas vías, ver a esas 2 mujeres, que hace 15 años no veía, verlas con algunos años más, pero tan iguales a como las recordaba, verlas tan contentas de ver a alguien que prácticamente no conocían, y al que le guardan cariño no por quien es, sino por ser hijo de quien es, tenía un poco de miedo de decepcionarlas, un poco de miedo de que sus expectativas fueran diferentes, un poco de miedo de que mis nervios me traicionara, temía fallarle a mi padre, temía fallarles a ellos, temía…. Temía muchas cosas, sin embargo estaba allí listo para enfrentar la aventura, de algo que paso hace mucho, pero también con mucha curiosidad y ganas de re entablar la conversación con Fernando, quería saber si yo me había imaginado las cosas o si realmente teníamos una conversación pendiente, tal vez solo para saber que habíamos hecho en los últimos 15 años, pero algo muy dentro de mi me hacía pensar que en realidad la conversación nos llevaría a algo más, algo dentro de mí lo creía, o tal vez, algo de mí lo quería creer.

Luego de este encuentro nos encaminamos al lugar donde me esperaba “toda la familia”, esa frase debe de haber llamado mucho mi intención, no sé qué cara habré puesto pero ambas se apresuraron a decirme que no me preocupara, que no eran tantos, y que además todos querían “conocerme nuevamente”, eran demasiadas frases llamativas, pero pronto entendería lo que realmente querían decir.

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