viernes, 29 de diciembre de 2017

Otro más que se va.

Después de un rato de silencio en publicaciones, quiero tomarme unos minutos para despedir este año, como un ritual de despedida, como un momento para hacer una pausa, recapitular lo vivido y extraer lo mejor de todo, como exprimiendo una naranja para sacarle hasta la última gotita de jugo y hacer con este último, una bebida “espirituosa” de esas calman la mente y alivianan el alma. ¡Va el primero pues!

Se fue otro año y este siglo parece ir cada vez más rápido, ya sé que no es posible y que son solo suposiciones y formas de hablar, pero eso es lo que a mí me ha parecido, mucho por lo cual sentir gratitud, mucho amor recibido y mucho para dar, algunas lágrimas se colaron por allí y un poco de angustia por la realidad mundial, y ni que digamos de la nacional porque allí si nos podemos descontrolar, ansiedad también ha habido en alguna medida, pero si hacemos un compilado podemos decir que, a nivel total, siguen ganando, y por mucho, las cosas buenas, las que quitan suspiros, las humedecen miradas, las que aceleran la respiración, las que, por un instante, nos hacen sentir, y pensar, que hay esperanza y el humano puede evolucionar.

Con la consabida canción del año viejo en el radio, esa que dice “… yo no olvido el año viejo, porque me ha dejado cosas muy buenas…” (siéntanse felices de que sus oídos no están obligados a escuchar mi poco agraciada voz intentando cantar, por no decir graznar), un “alipus “en mano y otro entre pecho y espalda, con las manos abiertas le damos la bienvenida a un 2018 que seguro traerá sus retos y aprendizajes, sus aventuras, sus logros, sus bellezas, sus tristezas. 

Antes de recibir a nuestro nuevo amigo, con el umbral del tiempo abierto de par en par, abrazamos a nuestro querido 2017, allí va el pobre, avejentado, remendado, todo golpeado, con ojos color berenjena, con caminadito entrecortado y mirada vidriosa, con alguno que otro hueso roto y varios magullones a diestra y siniestra, pero con la frente en alto, como quien nos dice, “y contra todo pronóstico, lo logré”, se despide con un cálido abrazo, queriendo decirnos con la mirada lo mucho que nos vio crecer, y la cantidad de pendejadas que nos vio hacer, pero sobre todo, como quien nos invita a que tomemos aire y recibamos a su sucesor, con la misma energía, la misma esperanza, la misma fuerza y el mismo deseo de cambiar el mundo que él nos vio en la mirada cuando se apareció.

Brindo pues, junto a ustedes y por ustedes, en agradecimiento a lo que fue y lo que no fue, a lo que vino y a lo que se fue, a lo que aprendimos y a lo que aun deberemos aprender, a quienes tuvimos y a quienes partieron, brindo por lo bello que queda, que siempre queda, y por las heridas que, en su proceso de sanación, nos harán más grandes, más fuertes, más humildes y espero, más humanos.

Otro vaso está vacío y son dos los que van ya entre pecho y espalda, y con la parte de la canción que dice “Ay me dejo, me dejo, me dejo, me dejo cosas buenas, cosas muy bonitas” les deseo a cada uno un feliz año nuevo, lleno de renovación, reflexión, esperanza y muchos sueños, porque que sería esta existencia sin sueños que inspiren, que guíen, que iluminen y que hagan volar nuestros seres internos.


¡Nos vemos el otro año pues! Musicon, otro trago y mis más sinceros deseos para la aventura que esta por empezar, !vamos a vivirla con todo!


miércoles, 27 de septiembre de 2017

Construir juntos.

Miradas tan distintas de un mismo tema han hecho que, algunos sin querer y otros con toda la intención del caso, caigamos en una confrontación que no nos beneficia, por lo menos no beneficia a quienes queremos un cambio y una mejora en la realidad actual de nuestro país, a quienes de seguro si beneficia esta confrontación y división es a quienes desean mantener esta realidad mucho tiempo más, la confrontación solo está beneficiando a esos que durante décadas han puesto y quitado presidentes a su antojo, han financiado campañas a espera de favores y a los políticos que han hecho de ese negocio, un negocio muy rentable si vemos los números que han ido saliendo a luz en estos últimos años, un estilo de vida, una forma de llegar a la riqueza a través de favores, de hacerse de la vista gorda, de seguir beneficiando un reducido grupo de la población a costa de la miseria de muchos.

Entonces, si vemos los comentarios, leemos los artículos, revisamos los acontecimientos y tratamos de analizar con la mente fría, por decirlo de alguna forma, encontramos que hay un punto en el que todos, o por lo menos la gran mayoría, coincidimos.  Coincidimos en que la corrupción NO PUEDE NI DEBE ser tolerada nunca más y a NINGUN nivel, estamos claros que el costo que esto ha traído al país es enorme, el costo humano, el costo de competitividad, el costo de desarrollo.  Entonces, podemos decir que la gran mayoría de la población estamos alineados en el “QUE”, no más corrupción, no más pagos bajo la mesa, no más beneficios selectivos a cambio de favores, ¡NO MAS!

Ahora bien, lo que ha desatado grandes discusiones y ríos enteros de tinta es lo relativo a “COMO” continuar el camino hacia allá, algunos tachan el tema de algo de izquierdas que quieren dar un golpe blando, los otros dicen que los de derechas quieren mantener los beneficios, unos a favor de ciertas instituciones y otros en contra, unos viendo complots y otros negando cosas que, cuando menos, parecen sospechosas, a ambos lados de la historia, y, como siempre, los grandes vencedores son los titiriteros que desde la tranquilidad de sus lujosas guaridas ven como, entre peleas y acusaciones, la población se va dividiendo y, por ende, se va debilitando un movimiento que podría generar un cambio profundo, ese que TANTO necesitamos y que ellos tanto temen.

Basado en lo anterior considero que es importante reenfocarnos en lo que todos, o la gran mayoría, tenemos en común, queremos luchar contra la corrupción, la impunidad, los abusos y los privilegios de algunos cuantos a costillas de la mayoría de la población; queremos generar un cambio y sabemos la responsabilidad que tenemos de conducirlo de una forma íntegra, transparente y enfocada, queremos un país mejor, queremos una ley que se cumpla para TODOS, queremos desarrollo, principalmente humano, para todos, queremos muy fuertemente, estar en PAZ.

Con toda esa energía en el ambiente, considero importante focalizarnos en los cambios que necesitamos; lo que hoy vivimos, es producto de haber llegado a unas elecciones, después de haber sacado al presidente anterior, con las mismas reglas que favorecen la impunidad, con las mismas reglas que han permitido un ciclo corrupto de campaña cada 4 años, las mismas reglas que permiten un congreso electo sin claridad ni transparencia, una presidencia por el “menos peor” (que por cierto siempre resulta siendo igual o peor que el anterior),  y así podemos seguir la lista.  Alineado a este pensamiento es importante que lo primero que busquemos cambiar son las reglas, por las que nos regimos todos, de forma que se rompa ese ciclo recurrente que no nos ayuda a generar un cambio real y que beneficia a unos cuantos.

Considero que es crítico el cambio en la ley electoral y partidos políticos, que se diseñen cambios profundos que permitan
·         Transparencia total en el financiamiento de los partidos y sanciones reales a quienes no cumplan las reglas, tanto para el partido como para el financista, acorde a una sociedad que busca erradicar viejas prácticas corruptas de pago de favores,
·         Que el voto por diputado sea por una persona y no por un listado, de forma que cada quien sepa quién es SU diputado y sepa que exigirle
·         Que las votaciones por congreso y por ejecutivo estén desfasadas (en medio del periodo presidencial votar por congreso y en medio del periodo de congreso votar por presidencia) de forma que tengamos poder de control sobre lo que el gobierno esté haciendo bien o mal.
·         Otras más que todos podemos ir agregando.

Si el presidente actual tiene que dar la cara a la justicia, por cualquier ilegalidad en la que pueda estar involucrado, que lo haga y luchemos por que se cumpla la ley para todos, iniciando con él. Si los diputados cometieron delito al aprobar modificaciones a la ley en busca de beneficio propio, entonces luchemos porque enfrenten la ley y sean juzgados y sancionados como corresponda, si hay más funcionarios que no cumplen con su deber o que se aprovechan de su posición para obtener beneficios, que sean perseguidos y juzgados, como debe de ser.  Que la indignación que nos llena con todos estos actos de corrupción sean el motor que nos mueva, como sociedad, hacia no permitir que se mantengan las reglas que hoy tanto nos perjudican.

Luchemos porque la ley se cumpla, pero no perdamos de vista los cambios que realmente necesitamos para salir de este ciclo continuo de corrupción que solo cambia “títeres” cada cierto tiempo mientras los titiriteros son los mismos desde hace mucho. 

Leamos nuestra historia, revisemos a conciencia quienes se han beneficiado de este sistema corrupto, en un país donde 6 de cada 10 viven en pobreza, en un país donde los monopolios, que están prohibidos en la constitución, son defendidos por el gobierno, en un país donde la salud, la educación de calidad, la protección y la seguridad son una “leyenda urbana” para la mayoría, en un país en donde el empresario honesto tiene cuesta arriba poder generar empleo digno, en un país en donde solo un selecto grupo tiene beneficios constantes e ilegales producto se sus alianzas políticas, en un país como este es muy fácil ver que la gran mayoría NO nos hemos beneficiado y exigimos un cambio.

Es importante que nos mantengamos unidos, que recordemos ese “QUE” que nos une, que dejemos de lado la discusión ideológica y que no caigamos en esa trampa que solo busca dividirnos, encontremos ese camino en común, luchemos por sacar adelante esta realidad que todos queremos, después podremos sentarnos a discutir acerca de nuestras ideologías, después podremos, como una sociedad que va avanzando, sentarnos discutir ideas, a alinear criterios y buscar soluciones en medio de nuestras diferencias, pero hoy debemos recordar y tener presente que lo que nos une es un llamado profundo de erradicar la corrupción y todo el daño que nos ha hecho y nos sigue haciendo, hagámoslo juntos, en hermandad, en armonía, civilizadamente y demostrémosle, a esos pocos que se benefician de la corrupción histórica que nos aqueja, que no caeremos en esa trampa, que somos más fuertes y que unidos estamos cambiando Guatemala.

Construyamos juntos, busquemos las coincidencias, enfoquemos nuestros esfuerzos y recordemos que, si nosotros no nos unimos en un frente común, perderemos una oportunidad única en nuestra historia de construir una sociedad mejor, y peor aún, si no nos unimos estamos abriendo la puerta para que, los titiriteros de siempre, se disfracen y se unan a algún grupo, frenando nuestro proceso de crecimiento.

No más corrupción Guatemala, no más divisionismo, no más pelear por pelear, necesitamos y merecemos un país mejor y una realidad distinta, debemos estar a la altura y construir juntos, aprendamos de nuestra historia y creemos unidos un futuro diferente, poniendo la primera piedra de cambio hoy.


martes, 29 de agosto de 2017

Entre ausentes.

Y sin saber porque, sin siquiera recordar cómo, me fui apareciendo en aquel lugar, bajo una nublada tarde de agosto, sintiendo el viento en mi rostro anunciar una lluvia y viendo a mis pies tomar camino, como demostrándome que tenían voluntad propia y que sabían a donde llevarme, mientras mi mente se fijaba en aquellos espacios diminutos, en aquellos pequeños edificios que asemejan una ciudad en miniatura, pero sin ruido, únicamente con el sonido de las hojas de los arboles meciéndose con el viento y esperando ansiosas las gotas que están próximas a llegar.

Muchos de aquellos pequeños edificios son de un blanco inmaculado, aunque hay algunos menos cuidados, desgastados por el tiempo, mostrando en sus esquinas ese gris tan típico de la tristeza y la ausencia, algunas grietas cargadas de recuerdos y una capa de polvo que parece acurrucarse entre las ventanas opacas.

Allí me vi andando, entre sonrisas inexistentes y rostros invisibles, dando saludos a los muchos que aún esperan una visita y a los que hace mucho se saben libres, pero no quieren irse. Entre ellos también están los resignados que saben que nadie llegará y lo esperanzados que ven un rostro familiar en cualquier visitante, a todos les sonreía mientras lentamente me adentraba en aquel lugar.

Me sentí lleno de paz, tal vez sería la brisa, tal vez lo nublado de la tarde, tal vez mi soledad entre tantos ausentes, tal vez el cantar de los pájaros, tal vez el recuerdo de mis ausentes allí presentes, tal vez el abrazo recordado y la caricia extrañada, tal vez la seguridad de lo que se sintió y un espacio para dejarse llevar por lo que se fue, tal vez y solo tal vez, mi mente necesitaba recordarme lo mucho que me gusta recordar y como calma mi alma aquel lugar.

Que lugar puede ser más seguro que el recinto donde yacen los restos humanos de seres que emprendieron el viaje a quien sabe dónde, que lugar puede llenar más que donde se recuerdan las huellas dejadas por los pasos de los que ya no están, las caricias, las sonrisas, los abrazos, los momentos y las miradas de los que estuvieron a nuestro lado.

La lluvia se hace presente y de golpe su frio tacto me hace despertar, sentado junto al espacio aquel que ocupan unos huesos que aun llenan de vida mi ser, un hasta pronto le digo desde mi mente, una sonrisa apagada le dejo por si acaso me ve, lento camino hacia afuera esperando que el agua, que ahora cae a torrentes, limpie la melancolía y refresque la memoria de aquellos años que no volverán.


No sé cómo llegué aquí, pero sin duda necesitaba llegar.


viernes, 21 de julio de 2017

¿Estaremos vivos?

Es en la vacía resonancia de la multitud es en donde más fuerte resuenan las voces de melancolía, al ver carreras sin rumbo definido, consumo sin sentido, tristezas adormecidas y una gran masa humana sucumbiendo a la cotidianidad insulza, a la rutina hueca, al ruido ensordecedor del murmullo, a los alaridos vociferantes de la publicidad.

Almas angustiadas, miradas distantes, caminares pesados, suspiros lejanos y sentires apados.  Todos van de vuelta, o llegando, tal vez no saben bien la diferencia.  Sonrisas para la cámara, obsequios por la ausencia, pantallas hipnotizantes robando el tiempo, robando miradas, robando la vida. Un cumulo de autómatas siguiendo letreros, buscando salidas, escapando a realidades, creando mentiras para ser creídas.

En una esquina escondida, tras el velo del anonimato y la indiferencia generalizada, una mirada observa aquellos andares, como el gran hermano que vigila, pero esta vez sin necesidad de esconderse pues nadie levanta la vista, tratando de entender cuando fue que todos morimos sin darnos cuenta, cuando fue que se apagaron las miradas dulces y las sonrisas genuinas, ¿cuándo fue que, sin darse cuenta, la humanidad mato su alma mientras perseguía lo tangible, lo efímero, lo momentáneo, lo palpable e irreal?

Entre este remolino de cuerpos vacíos, en donde vienen y van reflejos de almas y restos de seres, se crea una irrealidad tan real que hace dudar si estamos o no, si somos o no, si vamos o venimos.


La puerta se abre, los pasos se escuchan, los destinos se anuncian, la rutina se presenta, la vida se esconde, nuevamente derrotada por quienes se creen vivos mientras solo ocupan un espacio.

viernes, 19 de mayo de 2017

Los 40 llegaron ya, y llegaron bailando cha cha cha…

Se aparecieron así, sin más, tocaron a la puerta y, con una sonrisa dulce, anunciaron su llegada las cuatro décadas, a partir de ahora son cuarenta las vueltas al astro rey las que he tenido el privilegio de acompañar a este mundo.  Aunque la verdad soy un firme creyente de que la vida no se cuenta en años, se cuenta en suspiros, en lágrimas, en risas, en heridas, en presencias, en ausencias y mucho más; y si esto es cierto, entonces puedo decir, con un bajo margen de error, que hace muchos años que soy felizmente viejo, con un corazón de niño y un alma llena de gratitud hacia esta existencia que ha estado llena de personas y momentos únicos, insustituibles, inigualables.

Han sido muchas sorpresas en esta aventura, todas y cada una de ellas están cuidadosamente conservadas en una mente cada vez menos afinada, o tal vez más astuta, esa que, con la distancia que impone el tiempo, poco a poco va entrelazando la parte de los momentos que son reales y las que son el reflejo de lo que representaron en su momento, miradas, sonrisas, caricias, despedidas, bienvenidas.

¡Cuarenta mis amigos!, empezando a vivir, como dicen mis otros cuarentones amigos en aras de no sentirse menos jóvenes, señores de las cuatro décadas, jóvenes con experiencia y tantos otros apelativos que buscan, con un poco de humor, recibir al señor tiempo en sus cuentas.

Esta vez, como las veces anteriores, en lugar de años contaré las llamadas, los mensajes, los abrazos, los besos, el cariño, las sonrisas, las amistades, las miradas, los detalles, las presencias especiales y todo eso que realmente llena el alma y acaricia lo intangible, por estos momentos es que las canas pierden relevancia y los vasos al aire, celebrando la vida, son los que se quedan estampados en la memoria.

A seguir viviendo pues, que de eso se trata la vida, compartiendo sonrisas, abrazando sueños, cuidando de los otros y de nosotros mismos, amando, siendo y estando, recordando que la vida es aquí y ahora y, por lo mismo, agradeciendo la llegada de esa edad en la que “los aeróbicos ya no bajan la panza” como dice la canción J.


¡Salud! Pues y vamos por los otros 40 que esto está solo que empieza.


lunes, 6 de marzo de 2017

Hoy hubieran sido 70.

Hoy hubieran sido setenta, y de seguro estaríamos al algún sillón viéndote contar chistes y fumar algún tabaco, siempre rodeado de amigos y familia, disfrutando de tu nieto y haciendo reír a los invitados mientras brindabas con cada uno, haciendo pasar a todos un buen momento, recordando aventuras de antaño, travesuras y una que otra indiscreción tuya.

Hoy hubieran sido setenta las velas en tu pastel, y de seguro después de la fiesta nos hubiéramos quedado en la tertulia, ya en un ambiente más tranquilo, filosofando de la vida y de cómo arreglar el mundo, tal vez extrañando a quienes se habían adelantado a nosotros en el final inexorable de la vida, tal vez riendo de las aventuras de nieto y sobrinos, tal vez simplemente observando las estrellas de un cielo despejado de marzo mientras tu presencia se hacía sentir entre quienes te amamos.

Hoy hubiera sido día de fiesta, y que importa si es lunes y nos agarra la maldición gitana, esa de andar tomando toda la semana. Te habríamos llenado de abrazos, besos, detalles y uno que otro presente. Habríamos empezado a celebrar desde el sábado porque setenta no se cumplen a diario y una vida como la tuya merece ser celebrada, como merece ser celebrada cualquier vida en este mundo.  ¡Que vengan los mariachis!, que canten con pasión, que se sirvan los vasos y que se abracen todos para cantar las mañanitas y brindar con el típico “!SALUD!” al finalizar la canción.

Sin embargo, hoy no podremos celebrar los setenta, hace más de treinta y cinco que no hemos podido celebrar juntos, hace mucho que tus risas fueron apagadas y tu espacio vacío sigue sintiéndose, hace mucho que vives entre nosotros gracias a los recuerdos de tu existencia, gracias a las vivencias del pasado, gracias a quienes, aun hoy, te recordamos con mucho amor.

Felices setenta pues viejito, tocará celebrar a tu salud, sonriéndole a la vida y agradeciendo todo, siguiendo tu ejemplo y haciendo que cada minuto valga, y, sobre todo, agradeciendo por tu existencia, esa que, aunque fue apagada hace casi 36 años aún sigue iluminando vidas, generando sonrisas, llenando momentos y alimentando la nostalgia.


Feliz cumple papa, hoy hubieran sido 70.


miércoles, 15 de febrero de 2017

Bitácora… día 1 (segundo intento).

El objetivo está fijado, desde hacer rato, el primer paso está por venir, o por lo menos esa es la intención, a ejercitarnos por salud, para llenarnos de energía positiva, para oxigenar la mente, para tener un espacio de salud y bienestar y, si por casualidad ayuda, pues un par de libritas menos no caerían nada mal.

Un día antes todo quedó dispuesto, ropa de ejercicio preparada, ropa para ir a trabajar lista y, esta vez, sobre el maletín de gimnasio para no olvidarla de nuevo, maletín de gimnasio listo, agua lista, gimnasio pagado y un día perdido, horario definido y evaluación de estacionamiento realizada el día anterior.  Habría que dormir temprano para poder iniciar la aventura a las 4:30am, otra vez, ¡allá vamos! Hoy sí.

4:30 la alarma suena, irreverente como siempre y un poco más insistente que ayer, de un salto salgo de la cama, mas con taquicardia del susto que con predisposición y preparación, no sé si será la adrenalina, la emoción de volver a hacer deporte o el terror del día después pero poco a poco voy agarrando inercia y velocidad, procedo a lavarme la cara y los dientes, ponerme ropa de ejercicio, sacar mi maletín de la casa, confirmar que no dejo nada que hubiera dejado el día anterior y subirlo al carro, me despido de mi esposa quien hace un breve repaso de todo lo que tengo que llevar para asegurar que esta vez sí empiece la aventura, todo está cargado y listo, ¡tiempo perfecto!

El tiempo de traslado al gimnasio fue perfecto, ni un minuto más del estimado, al llegar me percato que, aun cuando hay muchas personas, aún hay espacio para estacionar, esta vez no me esperaba el espacio frente a la entrada, pero no importa, si el objetivo es hacer ejercicio no hará mal caminar un poco más, llego lleno de energía, listo para el primer día de una aventura, o por lo menos el segundo intento del primer día, después me espera un día cargado de trabajo, pero seguro estaré lleno de energía y buena vibra, el ánimo por los cielos, y si es igual que ayer también me esperará un hambre increíble.

Bajo del vehículo, abro el maletero y, sonrío, esta vez sí está todo, saco el maletín del gimnasio, tomo el recipiente con agua y me dirijo a la entrada, hoy si es el día.

Después de los actos protocolarios del primer día, ver dónde es que se ingresa, dejar las cosas en la casilla asignada, identificar las áreas de entrenamiento, etc.  Finalmente ubico el área de equipo de cardiovascular, los veo con mirada altanera, hace mucho no nos veíamos, pero hoy sabrán para que fueron hechos.

Subo a un equipo de movimiento elíptico, inicio el caminar mientras programo el equipo para un entrenamiento intermedio, no nos vamos a poner con irresponsabilidades después de tanto tiempo sin entrenar, todo está listo, el equipo configurado, la toalla para secar el sudor lista, el recipiente con agua listo, mi paso acelera para llevar el ritmo del equipo.

El corazón empieza a bombear más fuerte, la respiración se acelera, la cadencia del movimiento se torna constante e intensa, las primeras gotas de sudor aparecen tímidamente, tomo un par de sorbos de agua, en las pantallas frente a dichos equipos están pasando partidos de diversas disciplinas en un afán de distraer las mentes mientras se ejercita el cuerpo, los lentes los tengo ya empañados, veo mi reflejo en el espejo y el color de mis bien dotadas mejillas es de un rojo intenso, siento los latidos del corazón en cada centímetro cuadrado de mi cuerpo, las manos se sujetan con toda la fuerza posible al medidor de latidos que de un color verde tranquilizante salta a un rojo asustador.  Los músculos andan un poco entumecidos, el sudor cae a torrentes, la respiración es acelerada y descontrolada, es momento de bajar el ritmo y empezar a regular la respiración y latidos.

Casi pidiendo clemencia levanto la vista al reloj, he perdido la noción del tiempo, debo haber entrenado por lo menos unos 40 minutos, el pulso aún no está regularizado, la respiración aun esta entrecortada, me esfuerzo en enfocar el reloj y lo que indica es increíble, solo han pasado 10 minutos, bueno por lo menos hoy entre la llegada, el entreno y la salida me tarde el doble que ayer.

Mas por vergüenza de salir muy rápido que otra cosa decido hacer un poco de ejercicios abdominales, hace mucho no los hacia y entonces me esforcé en hacerlos muy bien y cumplir todas las series, 15 minutos después me dirigía al carro, la rutina del primer día estaba terminada.

Hoy puedo confirmar que traigo el ritmo impregnado en mi ser, en mi andar hacia el carro, el cual siento que está más lejos que cuando llegué esta mañana, llevo un rítmico y vibrante andar, por no decir un tembloroso y exhausto sentir en mis músculos de las piernas que hacen que parezca que estoy bailando una especie de baile contemporáneo de esos en los que no se entiende el ritmo…


Esos fueron los 10 minutos más intensos en mucho tiempo, complementado con unos minutos de abdominales extenuantes, pero la eficiencia del ejercicio no se discute, me voy a duchar con un hambre descomunal, esto del ejercicio es peligroso, pero ha de ser cuestión de costumbre, seguro mañana será más fácil.

martes, 14 de febrero de 2017

Bitácora… día 1.

El objetivo está fijado, el primer paso está por venir, a ejercitarnos por salud, para llenarnos de energía positiva, para oxigenar la mente, para tener un espacio de salud y bienestar y, si por casualidad ayuda, pues un par de libritas menos no caerían nada mal.

Un día antes todo quedó dispuesto, ropa de ejercicio preparada, ropa para ir a trabajar lista y al lado del maletín, maletín de gimnasio listo, agua lista, gimnasio pagado, horario definido.  Habría que dormir temprano para poder iniciar la aventura a las 4:30am, ¡allá vamos!

4:30 la alarma suena, irreverente como siempre, de un salto salgo de la cama, por alguna extraña razón estaba despierto 15 minutos antes de que sonara, no sé si será la adrenalina, la emoción de volver a hacer deporte o nada terror del día después, procedo a lavarme la cara y los dientes, ponerme ropa de ejercicio, sacar mi maletín de la casa y subirlo al carro, me despido de mi esposa, todo está cargado y listo, ¡tiempo perfecto!

El tiempo de traslado al gimnasio fue perfecto, ni un minuto más del estimado, al llegar me percato que, aun cuando hay muchas personas, aún hay espacio para estacionar, y debo de estar de suerte pues un lugar justo frente a la entrada se acaba de liberar, llego lleno de energía, listo para el primer día de una aventura, después me espera un día cargado de trabajo, pero seguro estaré lleno de energía y buena vibra, el ánimo por los cielos.

Bajo del vehículo, abro el maletero y, no puede ser, saco el maletín del gimnasio, saco el maletín de la computadora, saco las mil y una cosas guardadas en el mismo, encuentro algunas cosas que hace mucho estaba buscando, pero no encontraba, y otras que no recordaba haber perdido, pero entre todo hay algo que no aparece, la ropa para después del gimnasio decidió no venir en este primer día.  Nota mental, poner la ropa de oficina sobre el maletín del gimnasio para el próximo día (alguien en casa me dirá “te lo dije”)

Un par de minutos después estaba camino de regreso a casa, la mirada curiosa de quienes me vieron llegar, estacionar, bajar, tirar todo al suelo, volverlo a meter al carro, subirme e irme de nuevo en menos de 5 minutos me persigue mientras salgo del estacionamiento, creo que todos sabían que algo había olvidado. 


Una hora de trafico me esperaba para llegar a casa, al llegar poder bañarme y otro poco de trafico de traslado a la oficina, este día mas que calorías quemé gasolina, pero ha de ser efectivo esto del gimnasio porque ¡traigo un hambre!


miércoles, 8 de febrero de 2017

El Hígado anda triste.

Y casi se colapsa mi pobre glándula hepática al percibir tanta palabrería sin sentido, escuchar a un ser medianamente libre, o que por lo menos se cree libre, añorar los tiempos de las dictaduras es algo impensable, pero tristemente real, añorar lo que creen fue paz y no fue más que opresión, añorar lo que llaman justicia y no fue más muerte, añorar las fabulas que algunos abuelos cuentan y no ver la realidad que la historia refleja.

La ira va dejando lugar a una tristeza profunda, al comprender que quien habla así de la dictadura lo hace con convicción y total certeza, pensando que lo que dice es cierto, heredero de pensamientos, hijo de opiniones, esclavo de relatos e indiferente a realidades que la historia nos cuenta, algunas veces en susurros y otras con gritos desesperados y adoloridos.  Hay quien cree que la sangre calma la guerra y que la ausencia obligada de seres trae paz, cree también que ver hacia otro lado hace que la miseria desaparezca, piensa que el problema es el gobierno sin ver que es la sociedad quien define el gobierno.

Notar que se habla de valor, coraje y determinación con gran convicción, pero entender que los confunden con muerte, opresión e imposición es lamentable, pensar que más sangre derramada frenará el derramamiento de sangre, soñar con que más odio frenará el odio, que más agresión frenará la agresión, pensar que privilegios para unos cuantos traerá paz y tranquilidad para la mayoría es tan irreal, por decir lo menos.  Quien no tiene sueña con tener, quien tiene sueña con poseer, pocos son los que se interesan en ser, amar, construir y enseñar.

Los privilegiados hablan de derechos igualitarios para todos, siempre que no se hable de sus propios, y muchas veces incoherentes, privilegios, esos que por ser influyentes y de sangre azul han logrado riqueza, pero son incapaces de competir en igualdad de condiciones. Ellos claman porque la educación mejore, pero no para todos, porque el gobierno haga más pero siempre sin que los privilegiados deban pagar, cegados por alguna razón, no ven como sus privilegios también los limitan de seguir creciendo, y al resto de la población de empezar a desarrollarse.

Cuantos milenios más de odio, guerra, opresión, imposición, muerte, miseria, hambre y ceguera al sufrimiento necesitamos para buscar un camino alterno, un camino diferente, un camino en paz; si llevamos tantos milenios por este camino, insistiendo en clasificarnos por nacionalidad, color, sexo, religión, ideología política, etc.  Creyendo todos los clasificados que son superiores a los otros, poseedores de “más verdad” que los otros, sin comprender que los únicos que se benefician de esas clasificaciones son quienes sonríen, privilegiados, desde la opulencia, distantes y manejando masas a su conveniencia.

Si todos venimos a este mundo sin nada, y al momento de partir se aparecerá la señora muerte y nos tomará de la mano, nos verá con esa mirada interrogante que no comprende porque los humanos insistimos en clasificarnos de tantas formas diferentes, si para ella todos somos exactamente iguales, simples mortales que pasan por este mundo y tienen en sus manos la oportunidad de poder vivir, algo que muchos, al ver a la señora muerte a los ojos, comprenden que han olvidado hacer, si somos tan humanamente iguales, ¿porque insistimos en dividirnos?

Hasta que no comprendamos, aceptemos y disfrutemos de la igualdad de nuestra imperfecta humanidad, no seremos capaces de crear una realidad distinta a la que por milenios hemos creado.

Un paso a la vez, una sonrisa a la vez, una caricia a la vez, un corazón a la vez, una vida a la vez, caminando en el camino del amor, del auto-conocimiento y de la tolerancia, sin etiquetas, clasificaciones ni falsas supremacías.


Allá nos vemos...

lunes, 16 de enero de 2017

CAPITULO XXVIII (EHDO)

-       ¿Aló?
-       ¿Cómo va eso de la llamada?
-       Aun nada señor presidente, hace casi una hora que el informante debió llamar y nada aún.
-       Voy para allá, quiero estar presente cuando entablen conversación.
-       Sí señor.

Los especialistas no alcanzaron a decir palabra, todos estaban intrigados del nivel de importancia de aquella asignación, el mismo presidente de la república se presentaría para escuchar de primera mano aquel dialogo, por otro lado, unos minutos antes se había comunicado con ellos el ministro de Defensa indicándoles total prioridad en realizar esta escucha y en formar un equipo especializado para localizar al informante, desde hace algún tiempo que ya había un equipo en persona rastreando al informante, pero esto no lo sabía el ministro.  Como en tiempos de antaño, aquí no se cuestiona, aquí no se pregunta, aquí se siguen órdenes, pero cuando menos, esto resultaba extraño.

Minutos después ingresaba en la habitación de control el mismo Presidente, hizo un ademan para que nadie se levantara y se dirigió al jefe del equipo directamente.

-       ¿Que sabemos de la llamada?
-       Nada aun señor, está muy retrasada.
-       ¿El periodista sigue escondido en el hotel?
-       Sí señor, tenemos vigilado el teléfono y no ha salido de esa habitación en ningún momento desde que hablaron.
-       ¿Tenemos alguien vigilando en sitio?
-       No señor, creímos que no era necesario.
-       ¿Creímos? – dijo a punto de perder el control – quiero personal en los alrededores de inmediato, usted está aquí para seguir ordenes no para “creer”
-       Sí señor, de inmediato.

Rápidamente el jefe del equipo giró instrucciones por radio, converso con uno de los supervisores del equipo y envió a otro supervisor a coordinar todo en el sitio, le pidió llevarse equipo de comunicación para poder estar en contacto todo el tiempo, el equipo se movía con gran eficiencia y cumplía los requerimientos del Presidente.

-       ¡Señor! La llamada – dijo uno de los técnicos
-       Póngala en altavoz y el resto silencio. – dijo el presidente.

En las bocinas se escuchaba el timbrar del teléfono, todo el equipo estaba listo para tomar notas, hacer llamadas, alertar jefes, etc.

-       ¿Aló? – se escuchó después del cuarto timbrar del teléfono.
-       ¿Estás en un lugar seguro? – dijo la voz al teléfono, el Presidente empuño las manos en el acto y frunció el ceño levemente, había reconocido aquella voz instantáneamente.
-       Si, vine a un lugar en donde no pueden encontrarme y estoy hablando de un teléfono que no está siendo rastreado. – los técnicos sonrieron maliciosamente entre ellos.
-       Ok, mirá, tengo los datos que corroboran una serie de masacres en tiempo de la guerra, estos documentos involucran al “generalito” que está siendo juzgado por genocidio y al mismo presidente. – el presidente estaba cada vez más rojo y sus nudillos blancos, su respiración se percibía cada vez más intensa, él sabía que aquella información era real.
-       Pero para poder sustentar algo así necesitamos pruebas, no puedo salir con un artículo sin sustento documental. – Raul estaba siguiendo el dialogo que habían acordado minutos antes al pie de la letra.
-       Si tengo pruebas, las tengo escondidas para evitar que alguien las localice, además yo mismo iré a declarar.
-       Entiendo, bueno espero tus noticias para la entrega de documentos que sin eso no puede salir el artículo, sería un proceso no profesional de mi parte.
-       No te preocupes, a finales de la próxima semana tendrás en tu casa todos los documentos, ordenados y clasificados para facilitarte la búsqueda, ¿Cuándo puedo esperar que salga este reporte?
-       Si el material es tan bueno y tan amplio como mencionas, necesitare varias semanas para estudiarlo, analizarlo y luego definir cómo abordarlo, un par de semanas más posterior a la entrega creo que sería suficiente.
-       Perfecto, eso me sirve, recibirás los documentos en la fecha acordada y yo mi reportaje dos semanas después, posterior a eso hare los arreglos para presentarme a declarar y sustentar esa documentación, eso es todo Raul, no volveremos a hablar, gracias por tu ayuda, en caso necesite algo te llamare a este teléfono, de lo contrario no volverás a saber de mí.
-       ¿Y qué pasará si necesito validar alguna información? – dijo Raul apresurado.
-       … - no hubo respuesta, la llamada había finalizado.

En la sala de escucha todo era silencio, nadie se atrevía a decir palabra, nadie osaba si quiera levantar la mirada, finalmente el presidente respiro profundamente, relajo su semblante y se paró erguido.

-       Deme una copia de esta grabación y elimine cualquier otra copia ahora mismo.
-       En un minuto señor presidente.

El presidente tomó un dispositivo donde estaba la grabación de la última conversación, salió de aquella sala y se dirigió a su automóvil, una vez allí ordeno lo llevaran a la casa de su antiguo jefe, el “generalito” había dicho el Capitán Cux, con que tono tan irrespetuoso se había dirigido a la autoridad pensaba el presidente mientras contenía las ganas de golpear cuanto pudiera.

-       General tenemos que hablar.
-       Presidente, espero traiga buenas noticias.
-       Necesitamos hablar en privado, donde podemos hacerlo.
-       Acompáñeme al jardín, allí es seguro y discreto.


Ambos salieron caminando lentamente, con la vista al frente, tenían un problema entre manos y debían trabajar juntos para eliminarlo, no tenían opción a fallar o ambos caerían, los dos sabían que todas las violaciones a los derechos humanos eran realidad, habían sido una barbarie y un total sinsentido, pero hasta ahora nadie tenía documentación que probara que había sido un plan cuidadosamente orquestado en lugar de una serie de eventos aislados.

A sorbos

Sorbo a sorbo se va consumiendo el café de aquella mañana, día nublado de junio en el que el cielo parece informar que pronto dejará caer go...