Miradas tan distintas de un mismo tema han
hecho que, algunos sin querer y otros con toda la intención del caso, caigamos
en una confrontación que no nos beneficia, por lo menos no beneficia a quienes
queremos un cambio y una mejora en la realidad actual de nuestro país, a
quienes de seguro si beneficia esta confrontación y división es a quienes
desean mantener esta realidad mucho tiempo más, la confrontación solo está
beneficiando a esos que durante décadas han puesto y quitado presidentes a su
antojo, han financiado campañas a espera de favores y a los políticos que han
hecho de ese negocio, un negocio muy rentable si vemos los números que han ido
saliendo a luz en estos últimos años, un estilo de vida, una forma de llegar a
la riqueza a través de favores, de hacerse de la vista gorda, de seguir
beneficiando un reducido grupo de la población a costa de la miseria de muchos.
Entonces, si vemos los comentarios, leemos los artículos,
revisamos los acontecimientos y tratamos de analizar con la mente fría, por
decirlo de alguna forma, encontramos que hay un punto en el que todos, o por lo
menos la gran mayoría, coincidimos.
Coincidimos en que la corrupción NO PUEDE NI DEBE ser tolerada nunca más
y a NINGUN nivel, estamos claros que el costo que esto ha traído al país es
enorme, el costo humano, el costo de competitividad, el costo de desarrollo. Entonces, podemos decir que la gran mayoría de
la población estamos alineados en el “QUE”, no más corrupción, no más pagos
bajo la mesa, no más beneficios selectivos a cambio de favores, ¡NO MAS!
Ahora bien, lo que ha desatado grandes discusiones
y ríos enteros de tinta es lo relativo a “COMO” continuar el camino hacia allá,
algunos tachan el tema de algo de izquierdas que quieren dar un golpe blando,
los otros dicen que los de derechas quieren mantener los beneficios, unos a favor
de ciertas instituciones y otros en contra, unos viendo complots y otros
negando cosas que, cuando menos, parecen sospechosas, a ambos lados de la
historia, y, como siempre, los grandes vencedores son los titiriteros que desde
la tranquilidad de sus lujosas guaridas ven como, entre peleas y acusaciones,
la población se va dividiendo y, por ende, se va debilitando un movimiento que podría
generar un cambio profundo, ese que TANTO necesitamos y que ellos tanto temen.
Basado en lo anterior considero que es
importante reenfocarnos en lo que todos, o la gran mayoría, tenemos en común,
queremos luchar contra la corrupción, la impunidad, los abusos y los
privilegios de algunos cuantos a costillas de la mayoría de la población;
queremos generar un cambio y sabemos la responsabilidad que tenemos de
conducirlo de una forma íntegra, transparente y enfocada, queremos un país mejor,
queremos una ley que se cumpla para TODOS, queremos desarrollo, principalmente
humano, para todos, queremos muy fuertemente, estar en PAZ.
Con toda esa energía en el ambiente, considero
importante focalizarnos en los cambios que necesitamos; lo que hoy vivimos, es
producto de haber llegado a unas elecciones, después de haber sacado al
presidente anterior, con las mismas reglas que favorecen la impunidad, con las
mismas reglas que han permitido un ciclo corrupto de campaña cada 4 años, las
mismas reglas que permiten un congreso electo sin claridad ni transparencia,
una presidencia por el “menos peor” (que por cierto siempre resulta siendo
igual o peor que el anterior), y así
podemos seguir la lista. Alineado a este
pensamiento es importante que lo primero que busquemos cambiar son las reglas,
por las que nos regimos todos, de forma que se rompa ese ciclo recurrente que
no nos ayuda a generar un cambio real y que beneficia a unos cuantos.
Considero que es crítico el cambio en la ley
electoral y partidos políticos, que se diseñen cambios profundos que permitan
·
Transparencia
total en el financiamiento de los partidos y sanciones reales a quienes no
cumplan las reglas, tanto para el partido como para el financista, acorde a una
sociedad que busca erradicar viejas prácticas corruptas de pago de favores,
·
Que
el voto por diputado sea por una persona y no por un listado, de forma que cada
quien sepa quién es SU diputado y sepa que exigirle
·
Que
las votaciones por congreso y por ejecutivo estén desfasadas (en medio del
periodo presidencial votar por congreso y en medio del periodo de congreso
votar por presidencia) de forma que tengamos poder de control sobre lo que el
gobierno esté haciendo bien o mal.
·
Otras
más que todos podemos ir agregando.
Si el presidente actual tiene que dar la cara a
la justicia, por cualquier ilegalidad en la que pueda estar involucrado, que lo
haga y luchemos por que se cumpla la ley para todos, iniciando con él. Si los
diputados cometieron delito al aprobar modificaciones a la ley en busca de beneficio
propio, entonces luchemos porque enfrenten la ley y sean juzgados y sancionados
como corresponda, si hay más funcionarios que no cumplen con su deber o que se
aprovechan de su posición para obtener beneficios, que sean perseguidos y
juzgados, como debe de ser. Que la indignación
que nos llena con todos estos actos de corrupción sean el motor que nos mueva,
como sociedad, hacia no permitir que se mantengan las reglas que hoy tanto nos
perjudican.
Luchemos porque la ley se cumpla, pero no
perdamos de vista los cambios que realmente necesitamos para salir de este
ciclo continuo de corrupción que solo cambia “títeres” cada cierto tiempo
mientras los titiriteros son los mismos desde hace mucho.
Leamos nuestra historia, revisemos a conciencia
quienes se han beneficiado de este sistema corrupto, en un país donde 6 de cada
10 viven en pobreza, en un país donde los monopolios, que están prohibidos en
la constitución, son defendidos por el gobierno, en un país donde la salud, la educación
de calidad, la protección y la seguridad son una “leyenda urbana” para la mayoría,
en un país en donde el empresario honesto tiene cuesta arriba poder generar
empleo digno, en un país en donde solo un selecto grupo tiene beneficios constantes
e ilegales producto se sus alianzas políticas, en un país como este es muy fácil
ver que la gran mayoría NO nos hemos beneficiado y exigimos un cambio.
Es importante que nos mantengamos unidos, que
recordemos ese “QUE” que nos une, que dejemos de lado la discusión ideológica y
que no caigamos en esa trampa que solo busca dividirnos, encontremos ese camino
en común, luchemos por sacar adelante esta realidad que todos queremos, después
podremos sentarnos a discutir acerca de nuestras ideologías, después podremos,
como una sociedad que va avanzando, sentarnos discutir ideas, a alinear
criterios y buscar soluciones en medio de nuestras diferencias, pero hoy
debemos recordar y tener presente que lo que nos une es un llamado profundo de
erradicar la corrupción y todo el daño que nos ha hecho y nos sigue haciendo, hagámoslo
juntos, en hermandad, en armonía, civilizadamente y demostrémosle, a esos pocos
que se benefician de la corrupción histórica que nos aqueja, que no caeremos en
esa trampa, que somos más fuertes y que unidos estamos cambiando Guatemala.
Construyamos juntos, busquemos las
coincidencias, enfoquemos nuestros esfuerzos y recordemos que, si nosotros no
nos unimos en un frente común, perderemos una oportunidad única en nuestra
historia de construir una sociedad mejor, y peor aún, si no nos unimos estamos
abriendo la puerta para que, los titiriteros de siempre, se disfracen y se unan
a algún grupo, frenando nuestro proceso de crecimiento.
No más corrupción Guatemala, no más divisionismo,
no más pelear por pelear, necesitamos y merecemos un país mejor y una realidad distinta,
debemos estar a la altura y construir juntos, aprendamos de nuestra historia y
creemos unidos un futuro diferente, poniendo la primera piedra de cambio hoy.