martes, 14 de febrero de 2017

Bitácora… día 1.

El objetivo está fijado, el primer paso está por venir, a ejercitarnos por salud, para llenarnos de energía positiva, para oxigenar la mente, para tener un espacio de salud y bienestar y, si por casualidad ayuda, pues un par de libritas menos no caerían nada mal.

Un día antes todo quedó dispuesto, ropa de ejercicio preparada, ropa para ir a trabajar lista y al lado del maletín, maletín de gimnasio listo, agua lista, gimnasio pagado, horario definido.  Habría que dormir temprano para poder iniciar la aventura a las 4:30am, ¡allá vamos!

4:30 la alarma suena, irreverente como siempre, de un salto salgo de la cama, por alguna extraña razón estaba despierto 15 minutos antes de que sonara, no sé si será la adrenalina, la emoción de volver a hacer deporte o nada terror del día después, procedo a lavarme la cara y los dientes, ponerme ropa de ejercicio, sacar mi maletín de la casa y subirlo al carro, me despido de mi esposa, todo está cargado y listo, ¡tiempo perfecto!

El tiempo de traslado al gimnasio fue perfecto, ni un minuto más del estimado, al llegar me percato que, aun cuando hay muchas personas, aún hay espacio para estacionar, y debo de estar de suerte pues un lugar justo frente a la entrada se acaba de liberar, llego lleno de energía, listo para el primer día de una aventura, después me espera un día cargado de trabajo, pero seguro estaré lleno de energía y buena vibra, el ánimo por los cielos.

Bajo del vehículo, abro el maletero y, no puede ser, saco el maletín del gimnasio, saco el maletín de la computadora, saco las mil y una cosas guardadas en el mismo, encuentro algunas cosas que hace mucho estaba buscando, pero no encontraba, y otras que no recordaba haber perdido, pero entre todo hay algo que no aparece, la ropa para después del gimnasio decidió no venir en este primer día.  Nota mental, poner la ropa de oficina sobre el maletín del gimnasio para el próximo día (alguien en casa me dirá “te lo dije”)

Un par de minutos después estaba camino de regreso a casa, la mirada curiosa de quienes me vieron llegar, estacionar, bajar, tirar todo al suelo, volverlo a meter al carro, subirme e irme de nuevo en menos de 5 minutos me persigue mientras salgo del estacionamiento, creo que todos sabían que algo había olvidado. 


Una hora de trafico me esperaba para llegar a casa, al llegar poder bañarme y otro poco de trafico de traslado a la oficina, este día mas que calorías quemé gasolina, pero ha de ser efectivo esto del gimnasio porque ¡traigo un hambre!


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