Después de un arduo y desgastante día de
trabajo no hay mayor premio que refugiarse en los brazos de la familia, tomo
camino al estacionamiento, arranco mi carro y me dispongo a pasar por mi
pequeño campeón a casa de su abuelita, el trayecto es corto así que llego en cuestión
de pocos minutos, el cansancio se va quedando en el olvido y el desgaste se
convierte poco a poco en emoción por ver al pequeño
-
¡PAPI!
¡Ya viniste!
-
Si
mi campeón, ¡vengo a comerme tu panza! – dije mientras lo tomaba en mis manos y
lo lanzaba por los aires antes de tomarlo entre mis brazos y apretarlo fuerte y
él se retorcía a carcajadas-
-
Vamos
para la casa Papi, que tengo ganas de jugar con mis perritos
-
Bueno,
vamos a despedirnos de la abuelita, guardemos tus cosas y nos vamos a jugar con
Pancho y Lucas…
Así pasó, él bebe se encamino a guardar sus
juguetes y útiles escolares, dio un cariñoso beso a su abuelita, abrazo a su
peludo amigo Dante (el can de la
abuelita) y lleno de energía subió al automóvil, estábamos listos para
emprender el viaje a casa, rondaban las 6:45 de la tarde, el sol estaba ya casi
escondido dando los últimos destellos naranjas al cielo tras la nubes grises
que empezaban a cubrir el firmamento y el trafico estaba en la hora pico, habría
entonces mucho tiempo para conversar.
-
Papi,
contame un cuento – dijo dulcemente el angelito mientras se acomodaba en su
almohada en el sillón trasero del auto –
-
Listo
campeón, ¿cuál quieres que te cuente?
-
El
que tu querrás papi, tu elegí
-
¿Te
parece si te cuento el de Caperucita?
-
Hay
no, ese ya me lo sé – como no se me ocurrió antes dije para mis adentros-
-
Va
¿y el del Lobo y los tres Cerditos?
-
Ala
papi ese ya me lo contaste otro día
- ya menos mal que yo podía decidir
cuál –
-
Ya
se ¡el de nacho y sus tortugas!
-
Ese
no me lo se Papi, ¿te lo vas a inventar?
-
Si
campeón me lo voy a inventar – el stress poco a poco regresaba a mi espina
dorsal –
-
Ala
no papi, mejor un cuento de esos buenos – jaja ok ok, apuntado en mi lista
personal, no dedicarse a inventar cuentos infantiles –
-
Va
mira, te voy a contar el de los 3 ositos porque ya se me acabaron las opciones –
dije haciendo voz de seriedad mientras tocaba la bocina a la vieja pendeja que
estaba tratando de cambiarse de carril sin luces direccionales… el stress había
regresado… no me dio tiempo de extrañarlo-
-
Ala
Papi, va aunque sea ese contame pues - …….. mejor me reservo mis pensamientos,
respiro profundo, ommmm este bebe no tiene la culpa del trafico… ommmmm
-
Va,
había una vez, en una montaña muy lejana….
-
¡Era
un bosque Papi!
-
¡Ta
madre vos! ¡El bosque estaba en la montaña hombre!
-
Ha
bueno, va seguí pues
-
Bueno
la cosa es que en el bosque de la montaña había una cabaña de madera en la que vivían
tres ositos – dije retomando la calma mientras cual piloto de fórmula uno rebasaba
un camión y me atravesaba tres carriles para poder tomar mi desvío
-
Ajaa
-
Los
ositos se despertaban temprano todos los días y salían a pasear por el bosque
-
Nooo
papiiiii, salían a caminar y recolectar moras no a pasear
-
¿Y
porque mejor no me contas vos el cuento a mí?
-
Ha
porque yo soy el niño – contra esa respuesta no hay como pelear… aunque podría debatir
el tema de quien es el niño…
-
Va,
entonces salieron a “caminar y recolectar moras, no a pasear” – a ver si mi
supervisor encargado se queda tranquilo así
-
Ajaaa
- en todo aprobatorio
-
Pero
antes de salir la mama osa dejo servidos los platos de avena
-
No
era avena papi
-
¿Cómo
qué no? Entonces que era – trato de mantener la calma mientras trato de pasar
el carro que quedo descompuesto en la carretera bajo la lluvia, porque si, ya
estaba lloviendo… -
-
No
sé, pero deci que era avena pues… de todos modos no te sabes el cuento –
jajajajaja
-
Va
en eso llego una niña que andaba perdida por los bosques, entro a la cabaña y
probo los tres platos de avena
-
…mjmmm
- tono silencioso y aprobatorio
-
Y
entonces cuando probo la avena de papa oso dijo, a ver ¿qué fue lo que dijo?
-
……….
-
¿Juan
Die?
-
………
En cuanto pude vi hacia el sillón de atrás y el
campeón dormía como verdadero ángel y probablemente soñaba con la historia de
los tres osos, o tal vez con la versión pirata que su papa le cuenta por las
tardes
Minutos más tarde llegábamos a casa, lleve al
pequeño supervisor de cuentos a su habitación y lo deje seguir soñando con la
calma que solo un niño puede tener.
En la tarde del día siguiente la historia se repitió,
salí de la oficina, mismo stress, mismo desgaste y cansancio, misma recepción en
casa de la abuelita, misma despedida de la abuelita y su can, así empezó el
dialogo
-
Papi,
¿me contas un cuento?
-
Si
campeón ¿Cuál queres que te cuente?
-
El
de los ositos, ese que no te sabes, así te lo explico – con cara de profesor
-
Jajajajaja
Díganme si no hacen que las cosas más simples
sean una aventura extraordinaria en cada momento
Feliz día del niño a todos los niños del mundo
y por favor aquellos que ya crecimos un poco recordemos mantener vivo nuestro
niño interno, realmente nos hace los días tan felices y nos enseña a vivir como
ellos, sin miedo, sin prejuicios, sin límites, sin diferencias, con apertura al
mundo, respeto por los demás y una sonrisa a cada paso.
Tengo un ángel en casa que cada día me lleva al
país de las fantasías, viajando en una nave espacial hecha de gelatina y
aterrizando en un mar de dinosaurios en marte sin un solo rasguño y esta
experiencia ¡no la cambiaría por nada!
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