sábado, 13 de noviembre de 2010

Los niños y los bolos (ebrios) siempre dicen la verdad….

Así reza un viejo y conocido refrán, el cual hace referencia a la inocencia de un pequeño que no tiene idea de cuál sería el objetivo de NO decir la verdad, ese ser que en toda su pureza y sin malicia no puede pensar, o siquiera imaginar la posibilidad de que las respuestas que da puedan ser utilizadas para obtener información, digamos que información privilegiada.

Estos pequeños seres, abren su corazón y dejan salir los te quiero, o los NO TE QUIERO, de forma transparente, estos seres que llenan nuestros días de felicidad son como un cristal totalmente traslucido, que deja ver el interior de cada uno, donde al ver sus ojos te abren la puerta de su alma y puedes ver sin ningún obstáculo cada pedacito de sus sentimientos, así son los niños.

Conforme van pasando los años y las experiencias nos hacen saber que la vida no es tan pura como inocentemente creíamos al inicio de nuestras vidas, iniciamos sistemáticamente un proceso de auto protección, un proceso a través del cual, vamos opacando aquel cristal, limitamos lo que decimos, y ponemos serios limites a decir nuestros sentimientos, positivos o negativos, nuestros ojos, otrora puertas abiertas a nuestra alma, se encuentran cerrados con llave y no permitimos que nadie entre, o por lo menos eso tratamos de hacer, con el objetivo de proteger nuestro interior.

Sin darnos cuenta, esa protección que aplicamos a nuestro interior, también sirve para limitar nuestra expresión, limitamos lo que decimos, limitamos expresar lo que pensamos, limitamos nuestros sentimientos, limitamos todo lo que se genera en nuestro interior con el objetivo original de protegernos, y tarde o temprano nos damos cuenta que limitarnos, también nos hace daño, y nos obliga a vivir en la soledad con algunos de nuestros más grandes sentires, pensares y demás demonios.

Es por eso que apareció en el mundo el convertidor de adultos a niños, un elixir que limpia momentáneamente ese cristal que ahora ya esta opaco, una medicina que quita los cerrojos de las puertas del alma y permite ver hasta lo más profundo sin mayor esfuerzo, un pedazo de cable que conecta lo que tanto tiempo pensamos y no dijimos, con nuestros labios y por una mágica reacción iniciamos a decir aquellas cosas que pensamos o quisimos pero nunca pudimos hablar, esa pócima que deja por un momento que nuestro cerebro no piense en los que dirán, ni en si las cosas son o no son como la gente dice, simplemente nuestro cerebro se abre como niño a la verdad y expresa sin limitantes las cosas que tanto tiempo guardo.

Si mis amigos los niños dicen la verdad, y en los momentos en que por alguna razón un adulto toma esa pócima mágica, por un momento se convierte en un niño sin límites, y nuevamente se expresa sin temor, sin prejuicio y simplemente expresa lo que su mente, corazón y alma realmente piensan, sienten y anhelan

Por todo lo anterior que viva el Ron!! (sin marca para no herir susceptibilidades)

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