lunes, 28 de junio de 2010

CAPITULO II, QUIENES

Quienes? Es difícil imaginar siquiera listar quienes eran todos los involucrados e involucradas en esta aventura, por llamarlo de alguna forma, iniciare con la descripción de quienes iniciamos aquella noche en la Antigua, las demás personas las conoceremos en el transcurrir del tiempo. Nuevamente impresiona como personas “normales” pueden pasar por algo como lo que pronto conoceremos, aunque esto lleva a la típica pregunta filosófica, que es “normal”? Es lo socialmente aceptado? Es lo divinamente aceptado? Es lo que yo creo que está bien? Es lo que estoy dispuesto a tolerar? O simplemente es aquello que todos hacen?  Digamos que eran personajes, que podríamos conocer en un café, en un bar, en un parque, en una estación de buses, etc,  personas del día a día…. Por lo menos eso era lo que creíamos hasta este momento

Juan Anton, la verdad no recuerdo mucho de el, apareció en el grupo un día, sin más, no hubo relación previa, no hubo contacto previo, simplemente un día llego al grupo y se volvió parte del equipo, hijo de madre soltera, el mayor de 4 hermanos, hombres todos. Su principal objetivo en esta vida, hacer dinero y tener una vida más cómoda que la actual, el precio a pagar poco importaba. Amigo sincero, siempre dispuesto a dar la mano, a compartir, no importaba si era conversando o tomando cervezas, si fuera necesaria una definición en pocas palabras diría que sería un amigo.. ambicioso pero con un corazón noble, y aunque no es una mezcla común o “normal” ese era Juanan.

Marcela, la conocíamos desde que todos éramos niños, y siempre había sido igual, sinónimo de Fiesta,  de parranda, de alegría, muy cercana a la banalidad de estos tiempos, no había nada que fuera más importante para ella que la fiesta del viernes. Habíamos dejado de contarle los novios cuando apenas tenía 14 años, parecía desfile de desconocidos, todos los fines de semana uno nuevo, cosa que a la madre de Marce (doña Licha) le hacía mucha gracia, era la edad decía ella. El padre poco decía, siempre haciendo fiesta en casa, tomando con sus amigos, una familia feliz pensábamos todos en aquellos tiempos de feliz ignorancia.

Pedro (Peter)  el eterno enamorado, no podía pasar un día sin que su romántica, y muchas veces irreal, por no decir patética, visión del mundo lo hiciera caer en el más profundo estado de enamoramiento por la chica de turno, quien por cierto terminaba por aburrirse más temprano que tarde, y dejaba a nuestro buen Peter hecho un despojo humano, quedaba reducido a una depresión constante, aunque como alguna vez el mismo me dijo, era un masoquista del sentimiento, y sus mejores canciones fueron siempre producto de esa especie de trance emocional al que llegaba tarde o temprano por una relación, nunca supe si empezaba una relación deseando terminarla para sentir el peso de la tristeza o si realmente iniciaba con todo su entusiasmo y al verse solo caia en depresión, no importa, al final era su estado de ánimo preferente, el cual normalmente acompañaba con su guitarra y un poco de licor, de ese que se bebe para no sentir.

Laura, intelectual, el pensamiento social se le veía por sus poros, todo su enfoque era en base a lo que podía hacerse con cada centavo que usábamos, algunas veces era toda una platica política, económica y social generada por que alguno de nosotros decidía tomar Vodka y no Tequila, apasionada con todos los temas, amante profunda de la justicia y estudiante ejemplar, como era de suponerse, de ciencias políticas. Siempre veía en los demás un punto de ayuda tal vez eso le abría puertas en algunos círculos, aunque en muchos otros no era bien recibida, de fondo noble y bueno, tratando de luchar siempre por lo justo, por lo menos por lo que ella creía en su inocencia que era justo, pero la vida le enseñaría duramente que no todo lo que parece justo lo es, pero esa será otra historia.

Finalmente yo, parte de este desigual equipo, tal vez el moderador, el empecinado siempre en comprender los puntos de vista de todos, tratando siempre de negociar, estudiante de tecnología, solitario por naturaleza, pero no antisocial, simplemente disfrutando de la soledad por decisión, hijo de un padre que pensó, al igual que Laura, que había que luchar por lo justo siempre, un ejemplo impresionante, pero como siempre digo nadie tiene toda la razón, siempre hay matices y puntos de vista. Y una madre emprendedora, decidida, de corazón noble, dulce voz, amor incondicional, y apoyo continuo a todas mis locuras, pues de esta rara mezcla vine yo, tomando un poco de allá y otro de aquí y por consiguiente acostumbrado a vivir entre grandes diferencias

Estos éramos los aventureros de esa noche, nosotros éramos esos jóvenes que fueron a buscar fiesta, a buscar pareja, a buscar una razón para discutir, a buscar una razón para pensar o simplemente una razón para no estar en casa un viernes por la noche.

Esta noche inicio una lección que hasta hoy recuerdo en lo más profundo de mi alma, no sé si al resto también los impacto de la misma forma, no sé si quiera si para los demás fue una lección, o si por lo menos es un vago recuerdo en sus memorias como una aventura de estudiantes, no lo sé y la verdad no me interesa saberlo.  Lo que si se es que mi vida es diferente ahora por causa de estas cosas que pasaron, por causa de lo que vimos, por causa de lo que decidimos y lo que pensaron nuestras mentes inmaduras, faltas de experiencia y tal vez hasta un poco irresponsables.

Hoy veo atrás y veo despacio cada uno de los acontecimientos de ese día, cada uno de los detonadores de una historia por mucho más profunda y enraizada que el mundano bar que era nuestro destino de aquella noche, una historia que por casualidad, destino, causalidad o como quieran decirle  inicio aquella noche, en este lugar, con esta compañía, fue una historia que inicio con más preguntas que respuestas, con más dudas que certezas, con mas curiosidad que saber, así empezó y terminaría, si es que termino, de una forma muy diferente.

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