miércoles, 13 de abril de 2011

CAPITULO XXIII, LA OTRA CARA DE LA HISTORIA

Con una mirada fija en el pasado, respirando de forma pausada y profunda, buscando en su interior las palabras más adecuadas para iniciar aquel relato, fueron segundos de suspenso interminables, fueron momentos en los que mi mente estaba en blanco con total atención a Fernando, el resto del mundo no existía en esos momentos, después de unos instantes sus ojos parecieron volver al presente, y sin más preámbulo soltó la siguiente frase

- Ese sacerdote dio su vida para que las personas sepan cual fue la realidad de nuestro país, esa realidad que no todos saben. Para que personas como tu sepan en realidad que paso con tu padre…La historia de tu papa aparecerá en ese libro, en el libro que publicó el sacerdote ahora muerto.

Aun tratando de comprender el alcance de aquellas palabras, aun tratando de comprender ¿porque aquello seria un misterio?, yo sabía que mi padre había muerto asesinado por un conflicto armado que no veía buenos ni malos, simplemente asesinaba a cualquiera que pareciera pensar distinto o ayudar al necesitado, como ayudar a víctimas de masacres aun en contra de la voluntad de ciertos círculos políticos, económicos o militares.

Eso lo sabía, pero en esas palabras había algo mas, algo que no terminaba de entender, algo que no encajaba, no entendía porque tanto misterio si la publicación simplemente tendría un relato del trágico fallecimiento de mi padre, su vida de servicio y la familia que había quedado indefensa con su partida, no me parecía nada nuevo y menos aun secreto.

Mi expresión parecía revelar todas estas dudas y muchas más, ya que después de haber dicho estas primeras palabras, Fernando tomo aire, como si algún dolor hubiera iniciado por fin su alivio con esa primera frase, como si necesitara seguir sacando algo que guardaba muy internamente

- Su historia aparecerá porque yo me acerque a dar testimonio, me acerque a relatar la historia de su partida, la historia de su muerte, en fin, la historia de tu papá.

Mi expresión era la misma, algo de la información que estaba recibiendo después de más de quince años de su partida no la terminaba de entender, pero no podía esperar pacientemente y converse tratando de seguir el dialogo

- Es bueno saber que en algún documento aparecerá la historia de mi padre, créeme que iré a comprar la publicación el mismo lunes, pero, sigo percibiendo que hay algo mas, que hay algo en tus palabras que no termino de entender, es eso todo lo que querías decirme?

Mi madre no lograba decir palabra, estaba tan expectante como yo, Fernando entonces respondió a mi pregunta con un remarcado énfasis

- No, no es solo eso lo que quiero decirte, pero ten paciencia no es sencillo para mí tampoco…

Aquella frase denotaba claramente que habría de descubrir pronto una parte de la historia que yo no sabía, una pieza que tal vez me ayudaría a encajar todas las otras piezas del rompecabezas de la historia que yo aun no lograba unir, entender esos detalles que parecían sinsentidos, esos momentos con los que me fui topando en el transcurso de mi vida y no terminaban de encajar, tenía la esperanza que eso brindara un poco de luz a estas opacas historias

- No es sencillo para mi contarte esto pues me hace recordar también que era lo que yo hacía por aquellos días, pero ese no es el tema en esa conversación

Respiro profundamente y continuó

- Hace algunos meses me acerque a los puntos designados para dar testimonio, fue allí donde relate como había sucedido todo con tu padre. Antes, durante y después de su muerte. Ten presente que no era simplemente una persona de apoyo, era realmente colaborador activo del movimiento izquierdista propio de la época

Fue allí donde inicio a contarme la historia, la parte de la historia que yo no conocía, fue allí cuando me conto que mi padre no hacia turnos seguidos de 3 días en el hospital, como le contaba a mi madre, la realidad era que mi padre después de un turno en el hospital se adentraba en las aldeas impactadas por el conflicto y ofrecía su ayuda a todo aquel que lo necesitara, heridos de guerra, enfermos, etc.

El era parte de esa ideología que profesaban todos aquellos que estaban cansados de los abusos de las dictaduras, que estaban cansados del intervencionismo, el creía firmemente que había que ayudar a los más necesitados y hacia todo lo posible por llevar esa creencia a la acción.

Entendía ahora, como después de varios turnos en el hospital, el llegaba con la bata llena de sangre a casa, no era sangre de personas que llegaban al hospital, era sangre de personas que estaban peleando por lo que creían era un mundo mejor, era sangre de guatemaltecos que exigían un cambio, que exigían libertad, era sangre de inocentes que habían quedado entre dos fuegos, eso era lo que mi padre hacia, ayudar a las victimas.

Hasta este punto de la historia mi sentir era cada vez más orgulloso de ese ser que me dio la vida, que lucho en cuerpo y alma por lo que creía correcto, que decidió pasar de las palabras a la acción, que decidió que su hijo merecía un futuro mejor, fue uno de los pocos que decide pasar de un sentir indignado a un actuar por hacer las cosas distintas, y aun cuando hoy por hoy no comparto la ideología política y económica que el defendía, admiro desde lo más profundo de mi ser a la persona que tuvo el coraje, en aquellos días tan complicados, de decir lo que pensaba y revelarse contra un sistema corrupto, asesino y vendido a intereses extranjeros

Mientras mi ser se llenaba de emoción y dentro de mi mente mi padre poco a poco se convertía en un súper héroe de carne y hueso, algo me dijo que bajara a la realidad y entonces, cuando mis ojos regresaron, la primera imagen que registraron fue la cara de mi madre llena de tristeza, llena de soledad, llena de dudas e incredulidad, mientras para mí esto era motivo de orgullo, para mi madre era una especie de traición, un secreto nunca contado, una historia no conocida del primer amor de su vida, sus lagrimas caían sin cesar, y junto a mi veía como la historia solo estaba iniciando y empezaba a emerger la figura de un ser que ella creyó conocer en su totalidad.

Era la historia del otro lado de la luna, era la historia oculta del ser que había compartido tan poco tiempo conmigo pero tanto me había marcado, era la historia de un ser que quiso hacer la diferencia y dejo su vida en el intento, un ser que trato de enseñar con el ejemplo, un ser que tenia amor para repartir, bueno mi madre pensaba que algunas veces el repartía mas amor del necesario, y de un ser que se aferro a sus ideales sin importar el precio que tenía que pagar, y siempre pensando que sus acciones harían la diferencia.

Fue tanto lo que me conto esa tarde que necesite de mucho tiempo para asimilarlo, para apropiarme de las experiencias y hacer lo mejor que podría hacer con ellas.

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