domingo, 20 de febrero de 2011

Mientras Dormías

Ayer te vi mientras dormías, te vi con los ojos cerrados llena de paz, te vi como nunca antes te había visto, descansando, te vi cómodamente recostada y llena de alivio, te vi mientras dormías rodeada de amor, ayer te vi mientras dormías y llego sobre mí una amarga realidad, cuanta falta me harás, ¿quién me contara ahora tus historias?, ¿quién sonreirá conmigo mientras me cuenta las travesuras del pasado?, ¿quién me confiara sus secretos como hacíamos confidentes cómplices con una historia en común?, ¿Quién escuchara mis penas y me dará sabios consejos plagados de amor?... cuanta falta me harás ahora que tu presencia física no estará presente, cuanta falta me harás ahora que tu descanso será eterno, cuanta falta me harás ahora que has cerrado los ojos por última vez y te dispones a dormir sin un despertar corporal en el futuro.

De tu vida puedo decir tantas cosas, de tu vida puedo aprender, de tu vida puedo tomar ejemplo, de tu vida puedo extraer enseñanzas de todo tipo, pero lo que más puedo hacer al conocer tu vida, es admirarte por ser quien fuiste y por lo que me enseñaste, entender tu actuar ante la vida, agradecer tu sentir incondicional hacia mí por el simple hecho de ser quien soy y humildemente amar con todo mi ser cada una de tus enseñanzas, algunas fueron directas, otras fueron aprendidas a través de las historias de tu vida que compartías conmigo, algunas mas serán ahora que ya no estés aquí.

Mientras algunos buscan salidas fáciles en esta vida, tu preferiste hacerle frente y sacar adelante a hijos y nietos con el sudor de tu frente sin siquiera contemplar una opción distinta, con el trabajo de tus manos, con incontable desvelo y trabajo duro, lo que hoy llamamos horario laboral suena a un mal chiste si lo comparamos con tus jornadas de hasta 20 horas continuas de arduo esfuerzo físico con el único objetivo de asegurarles, a quienes de ti dependían, alimentación, estudio, techo, una vida digna y un amor incondicional que no es posible dimensionar.

Enseñaste como los grandes maestros lo hacen, con el ejemplo, mostraste el significado de muchas palabras con tu diario caminar, nos enseñaste lo que significa la honradez, el honor, el trabajo duro, la amistad, el amor incondicional, el espíritu de sacrificio, la nobleza y tantas mas que no sería suficiente el más largo pergamino para describir cada una de tus enseñanzas.

Hoy que partes un vacio enorme queda entre nosotros, un espacio que no puede ser llenado jamás y que será el recuerdo latente de tu presencia, hoy que tu pasos te hicieron adelantarte en ese destino común para todos, no me queda más que decirte hasta luego, no me queda más que extrañarte y sonreír contigo en mis recuerdos y en mis sueños, no me queda más que decirte GRACIAS.

Te vi dormida, te vi tranquila, te vi en paz. Que el camino a tu nuevo destino te retribuya cada milímetro de bendiciones que repartiste en este plano existencial.

Lograste mi linda lo que es meta para todos en esta vida, cuando partes nos dejas llenos de lágrimas mientras tú vas con una gran sonrisa satisfecha por todo lo que lograste, aprendiste y enseñaste. Recuerda que cuando naciste la historia fue exactamente la contraria, tu llorabas y todos a tu alrededor sonreían.

Hasta pronto y por favor salúdalo de mi parte, estoy seguro que él estará esperándote con una sonrisa enorme, ávido de saber de ti después de casi 30 años de no tenerte a su lado.

Que en paz descanses…

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