Trascurría el año de 1977, la tensión se vive en cada esquina de la República de Guatemala, con un conflicto armado que lleva más de una década cobrando muchas vidas y mentes brillantes de este bello pais, la represión del pensamiento crecía a niveles insostenibles tanto que lejos de generar un sentimiento de obediencia en la población, los indignados seres, que en un principio creían que la insurgencia guerrillera era algo negativo para el país, empezaron a darse cuenta que había total derecho de expresión y que tenían que hacerlo valer aun a costa de sus propias vidas, que debían de apoyar a los necesitados, que a este punto había mas victimas que logros, mas familias incompletas que avance social, mas muerte que mejora, mas sufrimiento que esperanza, mas corrupción que democracia...... y como bien dicen, lo ultimo que muere es la esperanza.
En ese año vine al mundo, dentro de una familia como tantas otras, muy diferente pero tan similar a otras del país, mi padre un medico graduado con honores de procedencia humilde, con 4 hermanos una mayor y 3 menores una familia especial podríamos decir, con sentimientos altos de conciencia social, de ayuda al prójimo, con un sentido de familia muy fuerte. Creo que de el viene este sentimiento soñador, ese inocente (por no decir irreal) sentimiento de poder arreglar el mundo, de ayudar a todos, tantas cosas dejo en mi ser este personaje con el compartí únicamente 4 años, pero la historia de su vida me enseño lo que tal vez el hubiera querido enseñarme de forma personal, bien dicen que el ejemplo dice mucho más que mil palabras.
Mi madre una mujer abnegada, amorosa, inteligente y tenaz a mas no poder, pilar de mi crecimiento, parte integra de mi ser, una madre espectacular, dicen por allí que todas las madres son iguales, pero yo les puedo decir, como probablemente dicen todos ustedes también, que mi madre es única e irrepetible, viuda a los 25 años, con un hijo de 4, aprendió a trabajar cada día de su vida, dando todo para sacarme adelante, por criarme como madre y como padre, tal vez lo más fuerte que aprendí de sus experiencias es cuan maravillosos seres son las mujeres, esas que son mal llamadas el sexo débil, como tanto lo dicen los textos que andan por el internet, por ella aprendí muchas cosas, como valorar en las mujeres, muchas cosas que las lastiman en el silencio, en fin, como dije, una madre espectacular.
Allá Naci yo, en Antigua Guatemala, en ese paraíso del mundo, y esta historia, bueno la que estoy a punto de contarles nace allí también, aunque algunos años después o antes no estoy seguro, en circunstancias por mucho diferentes, pero que como todo en esta vida y en este universo fueron influenciadas por lo que yo creía, por lo que yo creía saber, por que había aprendido y también por lo mucho que no sabía y no había aprendido aun.
Es una historia como tantas otras, llena de puertas que la vida nos abre o cierra, según sea el momento y de recuerdos que nos llenan el alma, el corazón, la mente. Que nos traen nostalgia y alegría, sonrisas y lágrimas, es, como dije al inicio, una historia como tantas otras, pero esta es mi historia, o tal vez no es mía y solo soy un personaje más de este relato, tal vez solo soy el punto en la recta que une acontecimientos y vidas previas y posteriores.
Mano, wenisimo!
ResponderEliminarCada persona es singular y cada historia lo es tambien. Lo importante es que a través de la nuestra, podamos influir a nuestro alrededor... asi se cambia el mundo.
Salu!!
Hola Otto! ya vamos introducièndonos en el relato de su historia y me parece muy buena. Siga adelante!!!
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