Por poco
y se me escurre el sentir en letras,
Por poco
dejo gotear mis recuerdos en tinta,
Buscando
tú visión furtiva o tú recuerdo sonriente,
Esperando,
tal vez, una respuesta.
Con ojos
de ausencia me descubrió el espejo esta mañana,
Con las
ventanas del alma abiertas de par en par,
Dejando ver
el espacio lleno de nada, carente de algo,
Así me descubrió
el espejo hoy, igual que ayer, y me sonrió con lastima, infeliz.
En la fría
soledad del matutino andar se me fueron apareciendo imágenes,
Esas que
son dagas dulces y lacerantes, adictivas,
Trozos de
hielo que queman al recuerdo y embriagan el alma,
La resaca
será grotesca, lo sé, pero ya nada se puede hacer.
Por poco
se me caen las ideas y se estrellan en papel,
Casi estampo
las imágenes con ira y desdén,
Pero se
siente tan bien este dolor,
Se ha de
estar loco para vivir y solo quien vive de verdad sabe de locura y delirio.
Casi te
hablo del ayer,
Casi te
relato el hoy,
Casi te
reclamo por la historia que no fue,
Casi se
me olvida que ya no estas.
El papel
aguanta con todo, me dijeron una vez,
Pero que hago con mí ser,
Si soy
yo el que no aguanta con el peso de papel,
Si soy
yo quien se desvanece con la presencia de las letras.
Por poco
te recuerdo que te recuerdo,
Por poco
te pido, casi ruego, una sonrisa,
Por poco
extiendo mi mano a tu recuerdo,
Por poco
se me olvida, que hace tiempo partiste.
Por poco
y se me escurre el sentir en letras… pero el valor solo me alcanzo para
tragarme las palabras y me acurruque en la esquina segura de la soledad,
degustando las heridas abiertas del ayer, después de todo, hace mucho que ya no
estás.
Discúlpame, es solo
que el espejo, algunas veces, me recuerda que te recuerdo, nada más.
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