sábado, 3 de enero de 2015

2015

Después de un leve parpadeo, o por lo menos eso es lo que yo sentí, se materializó frente a mí sin ningún aviso previo, como imagen fantasmagórica que se va solidificando lentamente, se plantó allí con la mirada de quien viene para quedarse, con una sonrisa de quien da la bienvenida a sabiendas que no hay más alternativa que darle la bienvenida, guiñando un ojo como símbolo de aventura, es definitivo, ya no tengo más dudas, el 2015 está aquí y llego para quedarse.

Fue como si simplemente cambiara de un día a otro, como si un minuto fuera 2014 y el siguiente ya es 2015, es como si en un segundo cambiara un año también, la realidad es que técnicamente así sucedió, y es que la infinita línea del tiempo simplemente sigue su fluir, como lo hizo antes de nuestra existencia y como lo hará después, es para nuestra mente humana que cobra sentido y mucho interés poder medir este paso de tiempo, un vuelta más al sol que mis ojos ven, los números cambian pero el tiempo fluye y la existencia inicia, continua, mengua o se termina, cada quien sabrá cuál es su caso.

Pero aun con esta claridad de que el año que inicia no es más que una medición para comodidad, y tranquilidad en muchos casos, de nuestra mente, he de aceptar que sucumbí, como casi todos los años hago, al repetitivo proceso de revisar lo acontecido el año finalizado y pensar en que lo que viene este nuevo año, he de confesar que es la última actividad la que me tiene despierto desde las 2:30am…

La última circunvalación al astro rey dejó en mi haber personal una serie de experiencias, regalos, vivencias, sentimientos, etc. Que son tantas que seguramente no podre relatar todas en este breve texto, pero podré hacer una agrupación a manera de resumen, digo, para que mi mente cada día mas oxidada pueda retornar aquí en algún momento para derramar las gotas del recuerdo y volver a vivir los días que se fueron, los minutos que pasaron, los segundos que se sumergieron en el fluir del tiempo y se hicieron uno con el pasado.

Retos de muchos años finalmente concretados, un libro nació, el primero de varios es mi esperanza, un ciclo académico culminó, por lo menos por ahora, un enriquecimiento lingüístico inició y seguirá en los próximos meses, varios proyectos laborales se cumplieron y muchos más vendrán, pero lo más importante de este año no fueron las letras, esquirlas de mi alma plasmadas en tinta, ni los grados académicos, certificados que aseguran mi conocimiento pero no garantizan mi cordura, he de confesar, tampoco fueron los muchos, o pocos, proyectos finalizados y conseguidos, lo importante, en mi polvorienta mente fue más profundo.

En mi alma lo importante fue la familia que me dijo tu puedes y me dio los empujones necesarios para hacer las cosas, algunas veces con dulces palmaditas y otras con amorosas pataditas; fueron los amigos, nuevos y añejos, que tendieron sus manos para ayudar y me prestaron sus hombros para descansar cuando así fue necesario; fue la presencia suprema que me permitió ver un día más, 365 veces; fueron las heridas que vi cerrar y las otras que vi aparecer; fueron las sonrisas que emergieron y las lágrimas que se secaron, las canas que llegaron y los dolores que aparecieron, las presencias y las ausencias tanto nuevas como viejas, los lazos que se crearon, los que se fortalecieron y los que dejaron de existir.

Lo más importante del 2014 fue simplemente el amor en cada una de sus expresiones y por eso siento mi ser con la más profunda gratitud, ante lo divino, ante lo humano, ante la existencia y la ausencia, ante las caricias y las lecciones, una gratitud por simplemente haber podido existir en el último año y, más aún, por haberlo podido hacer rodeado de tanto, tanto que un corazón mortal no podría soportar una pincelada más de amor, sin derramar un poco de sentir por la mirada.

Ahora te veo de frente, 2015, y aunque no eres más que el producto de unos cálculos astronómicos y la comodidad de mi mente de ver el tiempo como algo finito, te observo y te abrazo, pues tenemos mucho que hacer y vivir este año en el que el mundo se empecinara en recordarme tu existencia cada día, hubo mucho que inicio hace año y otro poco que iniciara este año, así que vámonos entendiendo desde el inicio con claridad, estos son los que ahora se me ocurren, pero de seguro se me ocurrirán mas

1.       Este año el amor es rey, y así habremos de actuar.
2.       Este año los quienes siempre serán más importantes que los que y los cómo,
3.       Este año lo que se inicia habrá de terminarse, lo pendiente deberemos concluir y lo extenso continuar (un año es solo un pedazo de vida… tampoco te creas tan importante señor 2015)
4.       Este año habremos de dar hasta que duela,
5.       Este año habremos de amar sin límite,
6.       Este año deberemos escuchar para entender, no solo para responder,

Este año mi querido amigo tenemos mucho por hacer, pero lo más importante, y que no debemos olvidar jamás, es que este año el mundo debemos cambiar, paso a paso, como cada uno ha venido tratando antes del 2015 y lo seguirá haciendo después, y pues como le dijo don Quijote al Principito, Cambiar el mundo no es utopía es justicia.

Bienvenido pues 2015, eres únicamente una referencia para mi mente, pero tenemos mucho que hacer.

¿Quién más me acompaña en este intento de hacer un mundo mejor, un día a la vez?

Porque este mundo, este del que tanto nos quejamos, es simplemente el producto de nuestras acciones, de nuestros pensamientos, nuestro sentir y nuestras convicciones, es nuestro deber, si es que algo queremos cambiar, que actuemos, pensemos y sintamos de la forma en que queremos que el mundo lo haga.


¿Qué dicen?, ¿cambiamos el mundo?


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