jueves, 1 de agosto de 2013

El Jacuzzi, el perro, la tele y la rata (y no, no es la continuación de Narnia)

Era un día cualquiera y empezaba con el acelere normal, la rutina era casi la misma que a diario se vivía en aquel hogar, la mañana iniciaba temprano, los padres de aquel hogar empezaban su día a eso de las 4:45am, preparaban ropa y merienda para el pequeño rey de la casa, luego procedían a la ducha mañanera, vestirse apresuradamente y asegurarse de salir de casa a más tardar a las 5:45 am, el objetivo era por supuesto salir antes que el tráfico se volviera caótico, como todas las mañanas, y llegar temprano a las responsabilidades de cada uno.

Lo único extraño aquel día fueron unas pequeñas y escasas gotas de sangre en el piso, pensamos que alguno de los canes se había lastimado, los revisamos pero no vimos nada raro, tal vez una pequeña herida de juegos pensamos, estaban alegres y activos así que le restamos importancia, luego salimos corriendo, queriendo ganarle al tránsito mañanero.

La mañana transcurrió con tranquilidad y el padre de la familia, tranquilo al ver que todo quedaba en orden y sin contratiempos, se dirigió al aeropuerto al medio día, tenía un viaje de trabajo planeado y estaría fuera unos días,  el vuelo fue el de costumbre, mostrador de la aerolínea, migración, rayos X de aduana y finalmente la sala de espera, lugar en donde podía permitirse ponerse al día en correos y leer un poco de noticias de actualidad, mientras llamaban a abordar y finalmente despegar hacia el destino fijado para aquella travesía

El viaje tomo el tiempo estimado, un vuelo tranquilo, un vino en el avión, lectura relajante y escritura de correos para ser enviados posteriormente, salida del aeropuerto un poco lenta pero tranquila, transporte terrestre listo para mi llegada, traslado al hotel bajo un poco de lluvia relajante, recepción en el hotel impecable y una agradable noticia, por la alta ocupación se veían obligados a darme un upgrade en el tipo de habitación, realmente dicen que por ser un cliente especial me veo favorecido con un upgrade pero la realidad es que me ayudo la sobre ocupación, mi habitación sencilla paso a ser una ¡suite espectacular! Y sin costo adicional, ¡perfecto!

Entre como niño en parque de diversiones, observando cada detalle, las ventanas, los muebles, las alfombras, las pinturas en las paredes, el aroma a rosas, la vista del mar desde mi ventana, la televisión de muchas pulgadas en la pared, y no era una ¡eran dos!, una en la sala y otra en la habitación, es que si, había salita antes de la habitación, y al entrar al baño vi un lugar espectacularmente decorado, ducha de alta presión, azulejos de color negro impecablemente limpios y, al otro lado, en una esquina perfectamente adaptada una bañera de grandes proporciones, al acercarme un poco más vi que tenía botones, no era bañera, era un JACUZZI! ¡Con burbujitas, chorritos y todo!.

Emocionado con aquel lugar procedí a conectar mi computadora, trabajar unas horas y a las 8 de la noche decidí entrar al jacuzzi a disfrutar de un momento de relajación, disipación del pensamiento y contacto con  mi paz interior, como diría Kung Fu Panda.

Todo estaba transcurriendo en normalidad, el jacuzzi lleno de agua caliente, las esencias para hacer burbujas ya estaban vertidas, los motores que generaban chorritos  estaban ya funcionando y yo estaba totalmente relajado en aquel lugar, con la mente perdida mientras mi cuerpo se dejaba consentir ¡qué cosa más espectacular!, justo por aquel momento sonó mi teléfono, lo había dejado cerca por si necesitaba, al ver el identificador de llamadas me puse feliz, era mi esposa, podría contarle todo y compartir mi felicidad en aquel lugar

-          ¡Hola mi vida!, sabes en donde estoy
-          Hola, ¿llegaste bien? – respondió no tan emocionada como estaba yo-
-          Si llegue súper bien, fíjate que estoy en un ¡súper Jacuzzi!
-          A que bien, mira el Moncho está sangrando mucho, se lo llevo el veterinario, creo que será necesario operarlo…. – ahora entendía por qué su no tan alta emoción.-
-          ¿Qué? ¿El Monchito? – apague los motores del jacuzzi y puse toda mi atención –
-          Si, ya se lo llevaron, estará en observación toda la noche, si no se estabiliza mañana lo operan, el Pancho está llorando y no quiere comer
-          Mi vida ¿qué puedo hacer para ayudarte? – empezaba a sentirme un poco mal de estar disfrutando tanto mi tranquilidad –
-          ¡VENITE! Porque aparte ¡se metió una rata a la casa! Y el Pancho en lugar de cazarla está escondido atrás de mí llorando – que valiente mi Boxer pensé yo… -
-          Jajajaja, mi vida no me quiero reír pero es que pues… no puede ser, mira y ¿qué hacemos?
-          ¡NO TE RIAS! Me da miedo la rata y este perro no me defiende, él bebe ya se durmió pero yo no quiero subir, voy a llamar a mi papa
-          ¿Y cómo te ayudo desde aquí?
-          No podes, pero no te rías y escúchame, voy a llamar a mi papa para que me venga a ayudar, ¿sabes qué? hay te llamo al rato que con el Pancho nos vamos a ir a otro lado
-          Bueno mi vida, por favor llámame para contarme que pasa

Un Perro en el hospital por sangrado inexplicable, el otro perro deprimido y sin comer por la ausencia de su compañero y ahora también asustado por el mismo ratón que tenía asustada y preocupada a mi esposa, y yo felizmente relajado en un jacuzzi, el cargo de conciencia crecía cada vez más, así que hice lo que podía hacer, vaciar el agua, salir, vestirme y estar al pendiente de los acontecimientos tratando de manejar mi cargo de conciencia de la mejor forma.

Después de un tiempo, más o menos a las 11:30 de la noche, llega un mensaje donde me informan que intruso fue copado por las autoridades, es decir mis suegros, cual ángeles guardianes que siempre están allí para apoyarnos, llegaron a poner orden, sacar al intruso y que la casa volviera a la normalidad, aunque aún teníamos la ausencia de Moncho.

Al ver aquel mensaje me sentí más tranquilo, agradecí en mi mente por la ayuda que mi familia recibió en mi ausencia y me dispuse a dormir, que día más complicado, pensé, saliendo de madrugada, volando y estando lejos en momentos difíciles para mi familia, pero ya el día había terminado, el siguiente sería un día mejor, ya nada podía pasar…

¡RING!, 2am  el teléfono suena, medio dormido respondo y nuevamente es mi esposa,

-          Cielo acabo de escuchar un sonido fuertísimo, afuera
-          ¿Y qué paso? ¿están bien? – dije dando un salto y perdiendo el sueño de inmediato –
-          Sí, estamos bien, ya revise y no hay nada… pero se cayó la televisión
-          ¿ah? ¿Cómo así?
-          Se cayó la tele de la sala, esta tirada en el suelo
-          ¿La que teníamos instalada en la pared?
-          Si
-          ¿y cómo?
-          No sé, pero esta tirada, quebrada y no hay nada
-          Pero ¿hubo temblor o algo?
-          No, nada
-          Qué raro mi vida, duerman bien pues, la tele no importa ustedes están bien, avísame cualquier cosa please
-          Si, feliz noche hay hablamos mañana

Ta madre, ¿será el Karma?, ¿serán los espíritus chocarreros?, ¿será la influencia de la luna en Saturno?, hay que estar bien salado para que pase todo eso en tan poco tiempo y si mi cargo de conciencia estaba disminuyendo esto hizo que nuevamente creciera, no volví a dormir y me quede al pendiente toda la noche, ya no sabía ni que más podía pasar

Hoy ya ha pasado una semana de aquel evento, el Moncho ha vuelto a casa después de dos cirugías y está feliz aunque aún en recuperación, el Pancho nuevamente está comiendo y ha dejado de llorar por la ausencia de su hermano, aunque su miedo ante los roedores aun no lo supera, la tele ya va camino al basurero y seguimos sin saber que paso,  la rata paso a mejor vida y la casa está nuevamente libre de roedores, y después de más de siete días de análisis, de meditación, de revisión detallada de los hechos y de un detallado esfuerzo por entender cómo pasaron las cosas he llegado a una conclusión irrefutable


¡QUE PELIGROSOS SON LOS JACUZZI! ¡Traen mala suerte!







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