miércoles, 9 de mayo de 2012

Cuando sea grande


…tengo ganas de ser doctor como era mi papito decía aquel ser de tan solo 4 años, añorando aquella figura que hacía meses había dejado de existir, aquella que cada día extrañaba mas y aprendía a vivir sin él, su idea era ser como su gran ídolo, como su superhéroe personal, como su ejemplo que acababa de partir, su mayor ilusión era seguir sus pasos.

¡Cuando sea grande quiero ser bombero! Decía aquella inocente criatura un año más tarde, a los 5, subirme a una motobomba y tocar la campana, llegar al lugar del incendio y apagarlo con una súper manguera que rociara el agua a toda presión, ayudar a los herido, atender a las personas en los accidentes y adicionalmente enseñarle a los niños, como el, lo importante que es tener cuidado en casa. Todo lo anterior lo relataba mientras tenia por casco una olla de la cocina, en las manos la manguera del jardín y la victima a ser rescatada era el tan noble perro pastor belga que vivía en casa y pacientemente aceptaba todos los juegos habidos y por haber.

Con los ojos llenos de ilusión y pasión por lo que se imaginaba, casi saboreando los momentos de aventura y ayuda al prójimo, sin imaginarse siguiera esas cosas triviales y que  a los adultos tanto nos hacen dudar, cosas como el salario, horas laborales, seguro de vida y futuro económico, etc. En la mente de aquel pequeño solo entendía que los bomberos eran como superhéroes que viajaban en carros enormes y dominaban el mundo, el mundo los necesitaba y ellos siempre querían salvarlo, como no podría un niño fantasear con esto.

El tiempo paso y nuestro amigo creció y fue viendo el mundo de una forma diferente, a los 9 años ya había tenido sus primeros contactos con la naciente era tecnológica, que a mediados de los años 80 eso era sumamente difícil, las ideas del bombero atómico habían quedado en el pasado, la tecnología ocupaba ahora el interés, pensaba en construir una súper maquina que fuera capaz de hacer todo y ser una especie de súper intelectual que pudiera hacer todo en la computadora. Es de hacer notar que aquella computadora tenía el tamaño de un mini refrigerador, se conectaba a la televisión y no tenía los tan normales aditamentos tecnológicos de hoy en día

Con el caminar de  los años llego la adolescencia, en momentos en donde el sexo opuesto toma una importancia crucial, cuando el ser el pavo real con la mejor cola garantiza ciertos privilegios, pero el mas apetecido privilegio era ser candidato de elección por la más  bella del grado, en aquellos momentos la ilusión era ser un gran deportista, destacar, tener trofeos y ser un glorioso ganador, seguramente eso las atraería como moscas a la miel, pensaba nuestro aun inocente amigo, quien con algunas libras de mas, unos enormes lentes para ver era, por decir de alguna forma, más parecido a un palomo después de un aguacero que a un pavo real, para los estándares del momento.

Con esta nueva etapa también llegaron los golpes realmente duros en la vida, las heridas en el corazón, los amores secretos y platónicos, los desamores, esos juegos que marcaban a cualquiera  y que eran cruelmente razón de diversión para otros. También llegaron las amistades más entrañables y sinceras, las aventuras nuevas, los retos, las decisiones, que estudiaría en secundaria, como dice la canción “Nene Nene que vas a ser, cuando seas grande”

Las aventuras crecieron y se multiplicaron, las locuras estuvieron presentes en cada una de las etapas de la vida de nuestro amigo, buscando siempre lo que le llenaba, encontrando nuevas pasiones e ilusiones, nuevas caídas y también éxitos, nuevas metas y cada vez mas locuras, aprendiendo de la vida en el día a día, disfrutando la existencia al máximo y pidiendo energía para todo lo que aun estaba porvenir.

Y qué decir de cuando inicio la gran aventura universitaria, los desvelos por múltiples razones, algunas veces por estudio y muchas mas por fiestas y parrandas, amigos y locura, mas amores y desamores, mas caídas y levantadas, el primer trabajo, y los continuos sueños de que será el futuro, que hará nuestro amigo para dejar marca, como podrá dejar su granito de arena y como será recordado en el futuro.

Hoy, treintaitantos años después de que aquel pequeño de nuestra historia empezara a crear aventuras y deseos, de que nuestro amigo empezara a dar los primeros pasos por este mundo aprendiendo a cada paso, se detiene un momento para agradecer a aquella persona que paso por todas las aventuras, algunas veces en contra de su voluntad, aquella persona que como nadie más supo abrazar las tristezas, gritar los logros, acariciar las heridas, respetar los silencios, apoyar las aventuras pero sobre todas las cosas supo como estar al lado de nuestro amigo en cada segundo de su vida.

No importaba si el momento era exitoso o doloroso, feliz o triste, de soledad o multitud, su mano siempre estaba lista para acariciar y algunas veces también para reencausar y dirigir por el camino correcto, sus labios siempre supieron dar ese tan ansiado beso que cura todas las heridas, sus brazos protegen como ningunos, como esas  grandes felinas que interponen su vida por cuidar a sus crías.

Un momento se tomo nuestro amigo para decir Gracias

·         Gracias por la guía y el ejemplo
·         Gracias por el apoyo y el amor
·         Gracias por las risas y lagrimas compartidas
·         Gracias por tu presencia incondicional
·         Gracias por ser el bastión que brinda fortaleza
·         Gracias por enseñar con amor y corregir con firmeza
·         Gracias por la loca y arriesgada idea de darme la vida

Gracias Mamá porque me permitiste ser una parte de tu aventura en esta vida y me diste la bendición de poder yo también vivir mi propia aventura

Gracias porque sin ti yo simplemente no existiría

Feliz Día de las Madres a la mejor mama del mundo, la mía

1 comentario:

  1. OTto, excelente narrativa, pero no se si fue falla mencionar el YO, dejando de hablar del amigo, q intui q narrabas sobre ti, despues retomastes nuevamente a aquel amigo, y cerrastes al final revelando lo q ya habias revelado al inicio...

    Me gusto el homenaje...las palabras para nuestras madres son infinitas, interminables...abrazos. Omar Macre

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