martes, 30 de agosto de 2011

La misma puerta


Con insistencia casi insana
Con una perseverancia convertida en terquedad
Con una mirada nublada por el ayer
Con un alma pidiendo volver

Con la imagen de lo que fue aun en la mente
Con el recuerdo de su aroma impregnado en el ser
Con los destellos de su mirada impregnada en la memoria
Con lo cálido de su aliento aun en los labios

Buscando frenéticamente aquella puerta que hace tiempo se cerró
Escarbando frenéticamente en los restos, aun tangibles, de aquel tiempo
Entregado totalmente a recrear aquel tiempo, tras aquella puerta
Buscando el mismo momento, el mismo entorno, el mismo sentir

Armando, cual rompecabezas de miles de piezas, todos los detalles de aquel lapso
Exprimiendo al máximo la memoria para no dejar detalle por fuera
Con la esperanza de que, al momento de encontrar la puerta, todo regrese a ser como fue
Queriendo llenar el vacío indescriptible que aquella ausencia dejo

Y fue el destino, cruel y sarcástico como de costumbre
Quien al doblar la esquina en el camino de la vida
Nos mostro de nuevo aquella tan deseada, tan recordada, tan esperada situación
Como carnada en el mar de la existencia, esperando al deslumbrado ser que pique sin ninguna precaución.

Fue entonces cuando la adrenalina hizo su aparición
La ansiedad jugaba como enemiga del momento
Las piezas encajaban por si solas, sin esfuerzo, como por arte de magia
Todo parecía estar en su lugar, justo cuando más lo esperaba, como espejismo en el desierto

Se acerco a la carnada, tembloroso, golpeo la puerta avisando su llegada
Tan sorprendido como emocionado vio como la puerta se abría ante el y le invitaba a pasar
Todo era igual que los recuerdos, pero algo faltaba
Ponía atención en cada detalle, todo estaba allí, pero algo era distinto

Buscaron replicar el momento, un acuerdo en silencio, una complicidad secreta
Milimétricamente repasaron los instantes y los reprodujeron uno a uno
Todo parecía coincidir, pero no era igual, faltaba algo, sobraba algo
Parecía que aquello tan esperado nuevamente existiría, pero no llegaba a aparecer

El tiempo pasó,
Los eventos se sucedieron
El evento fue una copia indiscreta del ayer
Pero hoy fue tan diferente, igual en los detalles, pero tan distante en emociones

Los momentos van, y jamás regresan, no importa cuánto se extrañen
Las palabras, una vez dichas, no regresan jamás
Las vivencias, atesoradas en el alma, se escapan a cuenta gotas
Todo fue igual, nada fue lo mismo

El mismo rio buscaba
El mismo bosque los rodeaba
Los mismos pescadores lo visitaban
El agua era tan distinta y los peces era nuevos

El destino lo logro nuevamente
Aquel vacio casi olvidado fue reavivado
La puerta finalmente apareció
Lejos de volver el momento, simplemente trajo a la memoria lo que se fue

La puerta se cierra de nuevo
El vacio se hace más grande
La ausencia se hace presente
Decide seguir sin ver atrás… pero sabe que el destino, tarde o temprano, lanzara otra vez la carnada y probablemente el ser nostálgico nuevamente picará…

El ayer atrás quedo, nada puede hacerse, atesorarlo es guardarlo como fue, a sabiendas que jamás será de nuevo.

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