Terminó la temporada de campaña electoral 2019,
ya paso la época de promesas, presentaciones de planes de gobiernos (o lo mas
parecido que pudieron presentar) y de ataque al, o los, candidatos de otros
partidos, pasaron los discursos de odio y generación de polémicas intrascendentes,
finalizaron los días de acaloradas discusiones y de, en muy pocos casos, diálogos
en búsqueda de puntos en común y decisiones objetivas. En todo caso ya el proceso electoral llego a
su final y, después de muchos tropiezos, novedades y singularidades, por decirlo
de alguna forma elegante, llegamos al momento en que ya el nuevo presidente ha
sido electo, ya el congreso esta conformado y los alcaldes listos.
Independientemente de si los candidatos a
alcalde fueron los que usted apoyaba o no, de si su partido logro gran representación
en el congreso o no, de si su candidato a presidente quedó o no, es momento de
preguntarnos seria y profundamente, ahora que ya este periodo de elecciones
finalizó ¿qué viene?, ahora ¿Qué toca?, ahora ¿Qué NOS toca ser y hacer?
Ya tenemos equipo electo para el periodo de
gobierno 2020 – 2024, nos gusten los resultados o no nos gusten, pero más allá de
si los resultados nos agradan o no, después de llevar múltiples procesos
electorales teniendo que decidir entre el peor y el menos peor, teniendo que
soportar debates violentos y poco profundos, por decir lo menos, de tener
propuestas irreales y candidatos impresentables, la pregunta profunda que
debemos hacernos es que vamos a hacer ahora para que esto cambie, para que cada
vez tengamos candidatos de mejor nivel, intachables como mínimo y con
propuestas concretas, como nos convertimos en una sociedad unida y exigente, una
sociedad que tenga un criterio para tomar decisiones y dejemos de pelear, como
los políticos y grupos de poder actuales buscan, por temas polémicos alejándonos
de revisar las propuestas concretas y de tener discusiones profundas de examinar,
reduciendo la posibilidad de ser manipulados.
El tema es profundo y sumamente complejo, no es
algo sencillo de analizar o resolver, y quien diga lo contrario no ha visto con
claridad la situación actual o no la quiere ver, mientras tengamos una población
que en su mayoría vive bajo la línea de pobreza (60%) y que en algunas geografías
especificas alcanza niveles aún más altos (80%), en donde sigamos teniendo
personas muriendo de hambre, literalmente; en donde además tenemos flagelos
profundos dentro de nuestra sociedad, como privilegios históricos basados en
compadrazgos, donde veamos que la corrupción sigue siendo considerada normal
por alguna parte de nuestra sociedad, un espacio en el cual se admira a quien
tiene dinero sin importar la procedencia del mismo, donde las heridas dejadas
por el conflicto armado interno son aprovechadas por quienes se benefician de
una sociedad dividida, con todo lo anterior y muchísimas cosas más, que seria
interminable plasmar en este espacio, es muy difícil que podamos pedir
objetividad y una visión de futuro por razones obvias y no siempre entendibles,
pero entonces, dado que es claro que a los grupos dominantes les interesa que
esta situación no cambie, dado que estos grupos de poder son los que financian candidatos,
ponen al gobierno y modifican las leyes
en su beneficio, por lo tanto al gobierno también le interesa mantener esto sin
cambio, la pregunta que debemos respondernos es ¿qué haremos nosotros como
sociedad?, ¿cómo vamos nosotros a buscar generar tejidos de hermandad y busquemos salir adelante?, ¿cómo
vamos a influenciar y asegurar que el gobierno busque lo mejor para la mayoría y
no para las minorías?.
Respuestas puede haber muchas, propuestas también,
seguro habrá muchos puntos de vista y varios criterios, pero debemos iniciar ya
a conversar, a discutir ideas, a implementar ejercicios, a fiscalizar a las
autoridades y asegurar que cumplan con sus obligaciones, a comprender el poder
que tenemos como población y la responsabilidad enorme que tenemos de hacer que
las cosas mejoren.
Este último proceso electoral es un ejemplo
claro de que el sistema luchará con todas sus fuerzas por no cambiar, por
mantener los beneficios para quienes quieran aprovechar sus posiciones de poder,
por seguir con las negociaciones obscuras, por no hacer reglas claras y menos
hacer que se cumplan de forma general y uniforme para todos y no solo para
algunos, por proteger a quienes se esconden tras la cortina de impunidad, el corrupto
sistema actual no quiere terminar, esta en nuestras manos cambiar las cosas.
La pregunta se mantiene, las opciones siguen
abiertas, no será un cambio rápido, no será un cambio sencillo, requerirá mucha
energía, enfoque, paciencia y resiliencia, además, apertura, inclusión y
dialogo por montones.
Preguntémonos ahora, si no queremos estar en
cuatro años volviendo a elegir entre el peor y el menos peor, cruzando los
dedos por que el que sea que quede, tal vez por casualidad, haga poco daño a la
población, si queremos dentro de cuatro años ver discusiones mas profundas y no
superficiales, si queremos ver propuestas concretas, medibles, creíbles,
viables y verificables, si realmente queremos que pase algo distinto a lo que
ha pasado constantemente en los últimos procesos electorales….
¿Qué NOS toca hacer como sociedad?, Y más
importante preguntarnos cada uno de nosotros, ¿Qué me toca hacer a MI?, ¿Qué puedo
hacer YO para no repetir el mismo escenario?
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