viernes, 21 de septiembre de 2018

Mas puentes, menos muros.


En estos días he leído mucho, no por obligación sino por elección, las publicaciones en las redes sociales, es inevitable ver como muchos comentarios buscan únicamente reforzar la postura de quien publica, haciéndolo de una forma en que ataca a quien piensa diferente, no es solo la simple expresión personal, la cual es sumamente valida y además un derecho, sino que muchas publicaciones vienen cargadas de un sentimiento, casi visceral, hacia quien quiera que opine diferente, unos llamando a los otros con toda serie de calificativos ofensivos, por decir lo menos, creando muros, eliminando toda opción de conversación o discusión, eliminando de tajo la alternativa de escuchar al otro, comprender sus razones, buscar puntos de convergencia, etc. Muy complejo eso juntarnos en el centro del camino cuando no hay puertas para salir del propio encierro mental.


He visto pocas voces, pero si las he visto y eso llena de esperanza, de personas que entendieron que con muros no construimos, que debemos tender puentes de unión y entendimiento, abrir espacios de empatía y tratar de comprender al otro, buscar regenerar el tan dañado tejido social.  Uno de los que más me gusto fue el de alguien que ponía, parafraseo, que si alguien manifestaba en el parque que no lo juzgaran, esa persona estaba buscando formas de hacer valer su voz y cambiar el rumbo, que si alguien NO llegaba a manifestar tampoco debíamos juzgarlo, seguramente era alguien preocupado, de una forma diferente, y creía que la mejor forma de aportar era trabajando, y ambas opciones son válidas.

Empecemos a tender más puentes, hablemos, principalmente con aquellos que no piensan como nosotros, pero no con el afán de imponerles nuestro pensar, pongámonos en sus zapatos y conversemos, traigamos factores reales a la conversación, no solo sentires y pensares, traigamos datos, ejemplos, aportemos ideas, tratemos de buscar los puntos en común, por lo menos la mayoría, eso quiero creer, estamos alineados en la necesidad de eliminar la corrupción, busquemos entonces formas de eliminarla en la cual tengamos coincidencias, busquemos, juntos, formas de sacar a flote este barco a medio hundir en el cual estamos todos, no solo los que piensan distinto a nosotros.

Muchos tenemos claro la necesidad de tender puentes, de buscar consensos, de entendernos mejor, pero eso no se puede lograr con muros, con silencios, con indiferencia, con barreras e intolerancias, nuestra historia nos enseña mucho, muchísimo, leámosla, no nos dejemos llevar por lo que alguien “dijo que le dijeron”, busquemos información, eduquémonos, opinemos respetuosamente, aportemos, seamos parte de eso que queremos construir, enseñémosle a la nueva generación la importancia de involucrarse, el respeto hacia su opinión y el respeto de ellos hacia los demás, construyamos una Guatemala diferente, más unida, más inclusiva, más abierta, tratemos de buscar juntos un camino que nos incluya a la mayoría y no sigamos intentando meter a los demás en nuestra personal y única forma de ver las cosas, con 16 millones de verdades absolutas es muy complejo buscar acuerdos.

Acerquémonos guatemaltecos, estrechemos nuestras manos, salgamos del círculo de comodidad e intolerancia y escuchemos al otro, tratemos de entender el porqué de su sentir y su actuar, aportemos nuestro conocimiento, apoyemos al otro a que se exprese, vamos juntos, como lo estamos haciendo cada vez más, a construir esa patria que nos merecemos y que tanto anhelamos, y de una vez por todas démonos cuenta que somos una altísima mayoría la quiere la corrupción erradicada, y solo un pequeño grupo es el que busca mantenerla viva, para no ver impactado su lucrativa forma de vida a costa del esfuerzo de la mayoría.

Estemos conscientes y tendamos puentes entre unos y otros por medio del dialogo, la conversa y el respeto, tomemos acciones de mejora y, antes de criticar al otro o juzgarlo, comprendamos sus razones y pensemos si en su situación, si en su realidad, nuestro actuar sería distinto.  Dejemos por un lado esa necesidad aprendida de imponer nuestro pensar y empecemos aprendiendo a escuchar, comprender y construir, si queremos una democracia, moderna, incluyente, progresista y madura no podemos construirla sobre la base de una imposición dictatorial de pensamientos.

Vamos juntos pues, no permitamos que, como han hecho en toda nuestra historia, nos separen con la polémica, la mentira, las cortinas de humo y el abuso.

Indiferentes, en silencio y con miedo, ¡NUNCA MAS!






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