jueves, 18 de agosto de 2016

La nube blanca.

Y cada uno va cargando su muerto, y cada uno va abrazando su verdad o, en su ausencia, han hecho suya la verdad de alguien más con pasión absoluta, han absorbido en el proceso los prejuicios y estereotipos, poco es lo que han buscado la verdad bajo una mirada más amplia y menos egoísta, siguen recitando, casi de memoria, lo aprendido en cada una de sus respectivas esquinas, sin siquiera pensar en escuchar al prójimo, en comprender el entorno,  lo que desean es tener razón, pocos buscan la verdad.

Unos apuntan a los guerrilleros que todo lo quieren gratis, esos comunistas que no saben lo que es trabajar, los otros responden contra los “chafas” prepotentes y asesinos, y contra los privilegiados, esos que tienen lo que tienen porque son privilegiados, hijos de papi que no saben de las necesidades del pueblo. Cada vez más personas toman bando, gritándose unos a otros con fervor y agitación, abrazando su muerto o su desaparecido, abrazando lo que han absorbido como verdad, sin siquiera escuchar al otro.

Unos gritan de progreso y desarrollo, otros de distribución y justicia, unos gritan pidiendo soporte, otros piden trabajo, unos piden salud y otros comida, nadie se detiene a escuchar que muchas de las peticiones no se contradicen.

Un poco a la distancia se han estado ubicando unos personajes extraños, raros especímenes que decidieron buscar en la historia, leer realidades, entender personas.  Decidieron salir de uno de los bandos en confrontación, en cualquiera en el que les hubiera tocado arrancar por nacimiento, y están buscando un poco más allá, están en búsqueda de verdad, en búsqueda de realidad.

Estos personajes están llamando la atención de varios, han dejado sus muertos en paz, los despidieron con dolor y tristeza pero los dejaron descansar, tomaron lo que les recitaron en el oído por décadas y lo pusieron en un lugar reservado para las leyendas y, poco a poco, decidieron entender la realidad nacional, pero no esa que se gritan unos a otros, no esa que los bandos derecha o izquierda claman tener, no, buscaron la realidad “real”, la que habla de lo sucedido, de lo pasado, sin tintes políticos ni pasiones ajenas, simplemente están buscando hechos y factores para formar su criterio.

Estos personajes siguen siendo de izquierda, de derecha, progresistas y de muchos otros lados, pero, a diferencia de los primeros mencionados, este grupo de extraños seres no confronta, en cambio busca soluciones, no grita, si escucha, no impone, si analiza, no grita a los cuatro vientos su dolor, escucha el dolor de otros para comprender, estos seres han descubierto algo de lo cual hablan las historias y los libros, han encontrado la civilización, han encontrado en las diferencias una riqueza, han comprendido que en la diversidad esta la fortaleza.

No son muchos, pero han ido aumentando, luchan porque los jóvenes no se concentren en la pelea entre las viejas creencias, buscan que ellos entiendan la realidad y luego definan su propio criterio, pero esta vez basado en factores y no en leyendas, buscan evidenciar los errores para poder reconocerlos como sociedad, comprender las injusticias para poder buscar justicia y, solo así, empezar el camino de la reconciliación, del abrazo fraterno, de la unión, de la creación, de la búsqueda conjunta del bien común, del respeto, de la inclusión.

Estos extraños seres aún son pocos, pero me aferro a la esperanza, tal vez irreal, de saber que, en algún momento del futuro, estos extraños seres serán mayoría, buscaran conciliación y progreso, llegaran jóvenes a formarse con criterios propios e ideas geniales, para construir eso que, mientras estemos separados, divididos y confrontados, no lograremos construir.


Hoy los extraños seres son como una nube blanca llena de relámpagos en el centro de una tormenta, tal vez mañana la historia sea distinta, tal vez, en un futuro, podamos dejar nuestros muertos descansar y nosotros hablar de paz, en paz.


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