Ella tiene rostro y piel y pies, aunque no la
quieran ver ella existe, algunas veces ella misma duda de su existencia, de no
ser por el ruido de tripas por el hambre diría que nadie la escucha, ella
sobrevive y no entiende porque, ella despierta entre inmundicia y necesidad,
crece entre carencias y hambre, ella deambula vulnerable y sin esperar ya nada
de la vida, pues no le ha dada mucho, ve los letreros resplandecientes y
brillantes con emoción, no sabe que dicen pues tampoco fue a la escuela, eso no
era prioridad, ella quería ir pero había que trabajar si se quería comer, ella
sabe lo que significan algunos dibujos, recuerda lo que le han dicho que
significa.
Su ternura se ve en su tímida y temblorosa sonrisa,
esa que se esconde tras su mirada temerosa, su pelo alborotado y su rostro
bajo, como quien busca esconder, con vergüenza, que en su ser aún queda algo
intacto, la ilusión de la niña, la fantasía de la infante, los sueños de la
joven, no se sabe cómo han sobrevivido a esa vida pero allí están, listos para
emerger en cualquier momento, inspirados por una sonrisa, una palabra, una
pelota, un simple gesto de amabilidad que tan pocas veces ha visto en su
existencia, allí esta su alma noble, esperando un rayo de esperanza, una
oportunidad, una mano que se extienda sin esperar nada a cambio.
Ella camina en círculos, su pie está atado a un
cumulo de obstáculos en el centro del círculo, varios nombres tienen aquellos
objetos, miseria es uno, racismo el otro, machismo es uno más, populismo
también le dicen, indiferencia es uno de
los peores. Está condenada a dar vueltas
pues aquí no se la deja crecer, eso le da miedo a quienes se han adueñado del
país, educarla es muy arriesgado, alimentarla es casi un suicidio para ellos,
dejar que piense y se exprese, impensable.
Ella es la mayoría, aunque no la quieran ver,
ella sueña, aunque no la dejen, ella lucha, aunque la golpeen, ella se supera,
aunque la maten, ella busca salir de aquel círculo, pero algunos luchan por
regresarla allí, allí donde no amenaza, allí donde su voto cuenta y si pasa
hambre la puede manipular, allí donde sin estudio cree lo que le dice el
populista aprovechado, allí donde el miedo no le deja decir lo que no quiere, menos
aun lo que quiere, allí está mejor, allí puede ser ignorada, es mayoría pero no
se ve, es mayoría pero no se habla, es mayoría pero no se le atiende, es
mayoría pero está sola, es mayoría y no se le respeta, es mayoría, mi pobre niña
es mayoría, y de muy poco le sirve.
La niña es vieja ya, y ve que de su vientre
broto vida en abundancia, allí están hijos y nietos, todos como ella, dando
vueltas en el círculo, ese que es seguro para quienes defienden lo
indefendible, quienes ocultan lo inocultable, para quienes no quieren aceptar
que las diferencias son nuestra riqueza y que la inclusión es el camino para
todos. Allí esta ella, caminando con el cuerpo adolorido, escuchando crujir sus
huesos por el trabajo de los año, con la piel rajada y en sus manos las marcas
del trabajo del campo, esas manos que ahora mismo desgranan maíz mientras en la
radio escucha al nuevo político que les ofrece “algo” a cambio del voto, sonríe
con desdén y con la mirada triste, cuántos de esos han pasado y ella sigue
allí, abandonada.
Ya está cansada de intentar salir, se resignó a
su círculo de olvido, tal vez los ahora niños puedan salir, tal vez ellos si lo
logren, tal vez ellos si puedan, tal vez a ellos si les tiendan la mano y no
los ignoren, tal vez a ellos no los golpeen cuando quieran hablar ni los
agredan cuando quieran pensar, tal vez, solo tal vez, ellos logren salir del
círculo que lleva quinientos años ya.
En su mirada aún se ve una sombra de la niña,
la mirada sigue temerosa, la sonrisa escondida, la inocencia hace mucho se fue,
el dolor es parte del diario vivir, ya nada cambiara, ella es mayoría, pero eso
de poco le sirve…
Ella es nuestro país, ella es Guatemala, ella
somos todos, ella solo necesita una mano para salir de allí y dar todo su ser y
generar valor para todos, ella quiere y puede, ella puede aportar, ella puede
enseñar y aprender, ella sabe y puede, no pide que la empujen, solo pide que no
la limiten más, ella tiene derecho a ser, a existir, a vivir, a no ser usada, a
ser incluida, a tener las mismas oportunidades,
Ella somos todos, hagamos entonces la
diferencia y rescatemos la sonrisa tierna, la mirada inocente y el corazón vibrante
que está dispuesto a vivir, igual que el resto.
Ella es Guatemala, queremos que Guatemala
cambie, cambiemos todos y abramos espacio para que ese círculo que tanto limita
desaparezca y nos permita trazar caminos de esperanza, de verdad, de
desarrollo, de integración, de libertad, de paz y de inclusión.
Ella sigue llorando, mas no llora pues no
existe,
Ella sigue escondida,
Ella sigue callada
Ella sigue sin ser, ella es solo un voto y nada
más.
Ella existe cada cuatro años, como el año bisiesto,
aparece un día y se va, solo deja su marca en una papeleta y vuelve a
desaparecer, triste la vida de ella, que es, pero no es.