viernes, 25 de julio de 2014

Locura

Quiero sin razón reír
Con pasión actuar
Con el vacío hablar
Con los niños crear

Quiero soñar al despertar y vivir al dormir
Quiero con las manos ver y con los ojos hablar
Quiero desapercibido pasar a este mundo superficial
Quiero un castillo en las alturas habitar

De camino por las calles con los ancianos conversar
Y dejándome llevar de la mano por sus recuerdos vividos
Sonriendo de aquellas cosas que los hacen vivir de nuevo
Sosteniendo con ternura su necedad y sabiduría inseparables

Abrazar los árboles y decirle te amo al viento
Para que en sus brazos lleve mis letras acurrucadas
Y que en los oídos del mundo susurre dulcemente mis locuras
Para que, en mi mente ilusa, surja la idea de que mis letras algo cambian, a alguien tocan

Tirarme al piso con un niño y pedirle permiso para entrar a su mundo
Ese que no tiene límites ni conservadurías y que irreverentemente sonríe con dulzura a la realidad
Buscando formas donde no las hay y jugando con lo que no existe
Creando historias sin principio ni fin, sin más objetivo que reír y ser feliz

Habré de escuchar la historia de los perros que junto a mi caminen y he de responderles con ladridos
Que es un idioma más universal que el de los humanos
Los seguiré a sus guaridas y habitare con ellos, rascándonos las pulgas por ratos
Seguro que allí nada por intención dañará y mucho de amor se sabrá.

Soñare con futuros locos, como ya lo hicieron otros
Construiré presentes distintos, como buen loco
Veré el mundo de cabeza, a ver si así lo entiendo
Diré no cuando no quiera y si cuando así lo desee

Dejare de lado los lastres pesados de la sociedad
Seguirá importándome poco, o tal vez un poco menos, lo que los otros juzguen
De seguro tendré pocos amigos, pero serán los mejores
Viviré en la gloria del aquí y el ahora, o tal vez no.

Tendré mis ojos para decir
Mi piel para hablar
Los labios para soñar
Y mis oídos para vivir

¿Qué si estoy loco me preguntas?, no, aun no…
Pero me esfuerzo cada día más fuerte
Y sé que pronto lo lograre
Porque si vivir pleno es locura


Loco quiero ser…


miércoles, 23 de julio de 2014

Indeseada acompañante

Caminando distraídamente aquel sujeto sonreía a diestra y siniestra, viendo todo sin observar nada, dejándose acariciar por el frió viento de invierno mientras paso a paso se alejaba de algún lugar y se acercaba a otro sin importancia, con la sonrisa estampada en el rostro, la mirada fresca, el andar ágil y la mente perdida en algún lugar de la galaxia en la que solo el habitaba.

De golpe, y sin ser prevenido de forma alguna, algo impacto su pecho y atrajo su atención, el golpe había sido fuerte, le costaba reponerse del mismo, casi no podía respirar, pero lentamente se fue recuperando y tomando conciencia de lo acontecido, sentado en una banca al lado de la calle, y mientras el mundo seguía su rumbo sin percatarse de su existencia, aquel ser poco a poco regularizo su oxigenación y reenfoco su mirada en busca de la razón de aquel evento.

Aun perdido en la nebulosa realidad, tratando de comprender aquel evento, una imagen apareció junto a él, estaba allí sentada a su lado, con esa sonrisa irónica que algunas veces jugaba de cómplice y otras de enemiga, con esa mirada que solo él conocía y que causaba en sus entrañas mariposas y terror, emoción y miedo, aceleraba su corazón sin siquiera saber porque y encendía todas las alertas de las que su ser era capaz.

Se puso en pie de golpe e intento huir a toda prisa, esquivando personajes extraños y escondiéndose en cualquier lugar, trato de hacerlo con todas sus energías, mas fue inútil, cuando sus piernas no pudieron dar más, cuando sus pulmones no se daban abasto y sus manos estaban reposadas en sus rodillas para reponerse de aquel evento de pánico, una voz tan dulce que hería y tan profundo que atemorizaba le dijo al oído tiernamente,

-          Sí, soy yo, he vuelto…

Con su corazón aun agitado por la faena y atemorizado por aquella presencia, en medio de aquel agónico momento, encontró fuerzas en medio de aquel caos y le pidió a gritos que se largara, no quería verla nunca más, no podía soportar su presencia un día más, no podía tolerar su rostro, ese que tomaba la forma que sabía a el más le dolería.

Él sabía bien su nombre, hace mucho lo acompañaba, Melancolía le decían los escritores, Recuerdos dolorosos la bautizaron los psicólogos, Heridas le decían sus amigos, él la conocía bien, no importaba el nombre, esa ingrata Melancolía lo había hecho sufrir, recordar, vivir en un pasado inexistente, en momentos lejanos, en historias borrosas por el tiempo, ella había regresado de nuevo, y estaba dispuesta a quedarse.

Camino resignado y en silencio, ignorando a su acompañante, esa que a veces la veía bella y atractiva, otras veces repulsiva y espantosa, cual bruja de cuento de hadas, entro en su casa y la dejo afuera, le pidió un momento, necesitaba estar solo, necesitaba saber qué hacer, necesitaba pensar, necesitaba no sentir, necesitaba enfocarse en sí mismo.

Llego al baño y se paró frente al espejo, se vio a los ojos y desnudo su alma ante sí, la vio sin escusas, sin miedos, sin cobertores, sin espacios vacíos, sin sombras, la vio sola y acongojada, la tomo entre sus brazos para consolar su dolor, le acaricio el rostro con ternura, derramo un par de lágrimas, se tomó la cabeza y cayó al suelo impotente, no había mucho por hacer, la decisión estaba tomada.

A paso seguro se dirigió a la puerta de entrada, con los ojos inyectados, las manos empuñadas, el corazón latiendo a mas no poder, abrió la puerta casi enfurecido  y la vio a los ojos, clavó su mirada en esos ojos misteriosos con color a pasado, la vio fijamente mientras ella cómodamente entraba en casa, sabiéndose ganadora de aquel encuentro y aun con esa mirada cómplice y esa sonrisa burlona le pregunto

-          Y ahora, ¿Por qué me dejas entrar?

El no respondió, entro resignado en su casa, repitiendo hábitos casi mecánicos, sirvió café, acaricio al perro, se sentó frente al atardecer y permaneció sumido en sus pensamientos, no le daría el gusto de decirle sus razones, suficiente era tenerla presente en su cercanía, además como decirle cuando se vio al espejo sin ella al lado, no se reconoció, sintió pena de no estar triste, sintió tristeza por sonreír, extrañaba aquel dolor de pecho que le generaba su presencia, no sabía cómo vivir sin ella, aun cuando algunas veces la detestaba…

-          ¡Ingrata Melancolía!, ¡Lárgate de una vez y déjame en paz!

Ella sonrió llena de seguridad y tendió sus brazos alrededor de los hombros de él y le dijo al oído,

-          ¿Realmente quieres que me vaya?


El no pudo responder, siguió tomando café y viendo al sol desaparecer, mañana lo intentaría de nuevo, esta sería una noche melancólica otra vez, hasta el perro lo sentía y ella siempre lo supo, otro día y otra victoria para ella, ingrata melancolía.


miércoles, 16 de julio de 2014

¡Que juegazo!

Todo empezó con una grata y sorprendente noticia, en una emocionante reunión hace algún tiempo se me informo, tendría la posibilidad de asistir al máximo evento mundial de futbol, el campeonato mundial en Brasil, tendría la posibilidad de ir con un acompañante y disfrutar de un partido de las semifinales, en Sao Paulo, en el nuevo estadio Arena Corinthians, era un premio inesperado y por demás ¡grandioso!, ir a un mundial, entrar por primera vez a un estadio, ¡y miren que estadio me tocó!, ver por primera vez un partido en vivo y disfrutar del vibrante ambiente, todo pintaba como una súper aventura.

El tiempo paso lentamente, y fuimos viendo, mi hermosa acompañante y yo, como uno a uno pasaban los partidos previos al nuestro, reíamos con mi esposa, quien tampoco había entrado a un estadio antes, y hacíamos escenarios de quienes podrían estar en aquel gran juego, ¿qué equipos veríamos?, ¿Cómo funcionara todo aquello para albergar más de 60 mil personas en un solo lugar?, todas las dudas normales de un par de principiantes en estos temas.

Después de mucho tiempo y varios partidos el momento llego, maleta en mano, cargados de emoción, expectativa y muchas ganas de ver buen futbol, subimos al primero de 2 aviones que habrían de llevarnos al país de la samba, los cocos, las playas, las sonrisas y la vibrante alegría, todo aquello lo acompañaban de cerveza, caipiriñas, picaña y muy buena vibra.

Al bajar del avión, en el aeropuerto Guarulos, nuestra sorpresa fue muy grata, clima agradable y un poco frio, ideal para caminar por allí, un poco de lluvia pero nada que impidiera alguna actividad y la calidez de las personas brasileñas que nos acompañó durante toda nuestra estancia.

El día había llegado, era el momento de ver el encuentro, nos dirigimos al estadio, un monumental templo erigido para albergar justas de alto nivel, casi torneos medievales, la diferencia era que esta vez no se jugaba con una lanza, era una pelota la que marcaba el ritmo, los contrincantes no subían a caballos, utilizaban sus piernas para correr y hacer las más variadas peripecias, no se jugaba la vida, se jugaba el honor de levantar, al final del torneo, la copa que lo definiera como campeón mundial, aquí, al contrario de como sucedía hace algunos siglos, no había enemigos jugando, había rivales deportivos que dejaban todo en la cancha para poner en alto el nombre de su tierra, pero que también tendían la mano al caído y le consolaban sus lágrimas.

Entramos al recinto, era un acto casi religioso, metódico, lleno de místicos procesos, personajes coloridos, alegría vibrante, sana competición, cantos de fuerza y pasión, y por supuesto, un rectángulo engramillado que serviría de escenario para que los 63,270 espectadores que nos encontrábamos presentes en aquel lugar, pudiéramos ver como 22 titanes dejarían su alma, su pasión, su resistencia, su perseverancia y su amor por lo que hacían en aras de conseguir una victoria.

Uno a uno fueron saliendo los titanes, las voces de bienvenida llenaron todo los espacios disponibles, unos y otros cantaron el himno de su país llenos de emoción, sacando de sus pulmones, con toda potencia de la cual eran capaces, cual canción de guerra, cada una de las notas del himno que los identificaba como nacidos en las mismas tierras de uno de los dos bandos de gigantes, el juego estaba por iniciar.

Unos y otros corrieron para lograr el objetivo, el tan ansiado gol que haría saltar de entusiasmo a una mitad del templo, y que sumiría en la angustia a la otra mitad, por no mencionar a los millones de espectadores que desde reinos lejanos presenciaban este duelo gracias a la tecnología.

¿Quién Jugaba?, el mundo futbolístico
¿Quién gritaba?, el mundo futbolístico
¿Quién cantaba?, el mundo futbolístico
¿Quién disfrutaba?, quien así lo quería

¿Quién ganó?, ¡ganamos todos!, los que jugaron, los oponentes, los que vimos, los que estábamos allá, los que desde lejos lo veían, los que soñaban con la siguiente etapa, los que abrazan el espíritu deportivo, los que creen en el juego justo, los que sueñan con el deporte como salida, los que viven en sus venas la tradición, los que empiezan ya a prepararse para el próximo mundial…

Ganamos todos con lo allí mostrado, gracias J&J por esta oportunidad única de ser parte de un evento de tan grande importancia, de emociones sin igual, de vibración, de hermandad y de sana competencia, ¡gracias por todo! ¡La pasamos genial!






lunes, 14 de julio de 2014

Adelante

Abre la puerta, sin miedo, pasa
Entra en el mundo nebuloso de los sueños, mis sueños
Aquí donde las nubes se ven hacia abajo
Aquí donde los anhelos se ven más cerca

Adéntrate, te dejare pasar
Podrás verme sin filtros, sin pantallas
Sin mascaras que oculten heridas,
Sin sonrisas que sostengan dolores

Piensa bien si es realmente lo que deseas,
Tocar con tus dedos el cristal,
Ser acariciada por hirientes espinas,
Sentir en ti aquello que oculto solo para mí.

No es amenaza, no te confundas,
Es una advertencia que me veo obligado a realizar,
No cualquiera tiene llave de esta puerta,
Y quienes la han tenido, no siempre han querido entrar…

Verás pasar hileras de historias,
Unidas todas en un punto en común,
Contando cada una un pedazo de una historia más extensa,
Una que solo yo tengo la responsabilidad de entender.

No es cualquier puerta la que abrirás, es mi puerta
Más tú no eres cualquier persona,
Eres la persona que elegí para que viera dentro de mí,
Allí está mi alma desnuda, esa que solo tú podrás ver.

No hay condiciones para entrar, esto no es una transacción
No hay requerimientos que cumplir, no es un examen
No hay compromisos que cumplir, no es obligación
Solo piensa si en verdad es aquí, donde quieres tu sentir.

Ten la llave, llévala contigo
No la cambiaré… o tal vez si
Siempre podrás entrar… o tal vez no
Solo piénsalo bien antes de decidir, no por ti… por mi…, por favor.


Adelante, haz lo que debas, que yo, haré lo mismo...

A sorbos

Sorbo a sorbo se va consumiendo el café de aquella mañana, día nublado de junio en el que el cielo parece informar que pronto dejará caer go...