Estaba preocupado, he de aceptarlo, llevábamos más
de la mitad del camino recorrido y aun no aparecía esa magia que tanto
esperaba, el cerebro se estaba llenando, la energía en pleno crecimiento, las
lecciones eran recibidas, pero faltaba algo, me parecía que algo no llegaba, que
algo estaba pendiente, que por alguna extraña razón la guinda del pastel no se veía
aparecer.
Bajo aquella preocupación inicio el segundo día,
he de confesarme ansioso, quería desde lo más profundo de mi alma ver en los demás
aquello que vi en mí meses atrás, ese proceso mágico, espiritual, como quien
habla de Merlín el mago y sus legendarias hazañas, que había llegado al centro
de mi alma y me había abierto una puerta llena de luz, una luz tan intensa que
me segó por momentos y extrajo viejas heridas que quería creer olvidadas, que quería
creer cerradas y que entendí estaban tan abiertas como al inicio y fue aquí donde
la amiga conciencia empezó su proceso mágico de enseñarme, con santa paciencia,
a dar unos pasos de sanación.
Así nuestros amigos magos movían sus baritas
con magistral destreza, escudriñando en rincones escondidos de las esquivas
almas, y hacían aparecer bendiciones y desaparecer barreras sin que el público
casi lo percibiera, paso a paso dieron inicio, tímidamente, a aparecer momentos
íntimos, espacios personales, a desnudarse las almas, a externarse las
emociones, a expresarse las necesidades de ayuda, a comprenderse lo impactante
de nuestras historias personales, entendimos al fin que nuestros seres son más
parecidos que distintos, más comunes que desiguales, mas enlazados de lo que pudiéramos
pensar.
Se tendieron puentes invisibles pero
indestructibles, se probaron zapatos ajenos, se botaron barreras transparentes
pero añejas, se conectaron las almas, se encontraron miradas, se quebraron
caparazones, se expusieron corazones, se tomó conciencia del protagonismo que exige
nuestra vida para ser vivida a plenitud y sin límites.
Paso a paso fuimos abriendo el sendero que
habremos de caminar ahora, la puerta de la luz fue abierta y ya no podemos
alegar ignorancia ni defendernos con irrealidades, tomamos conciencia de lo
importantes que somos en nuestra propia vida, hablamos ahora de adulto a adulto,
tomaremos responsabilidad de nuestro ser, de nuestras acciones y decisiones, no
pondremos en otros el poder de definir nuestro caminar, no habrá excusas, las
emociones serán nuestras enormes amigas que acompañaran nuestro caminar y
habremos de ser protagonistas, la victima ha partido ya.
Fue aquí cuando los magos vieron culminado su objetivo
y vieron brotar nobles gotas de muchos ojos, fue aquí cuando las palabras se
entrecortaron y las respiraciones se agitaron, fue aquí cuando las lágrimas me
dieron la tranquilidad de ver y sentir
que el mensaje había llegado, que la magia que yo experimente también llego a
otros, fue aquí cuando pude ver que la toma de conciencia empezaba su camino en
muchas personas, fue aquí cuando vi lagrimas que me llenaron de felicidad por
el significado que en ellas había, nuevos seres estaban naciendo.
No somos ni más ni menos que nadie…
Los ángeles y magos amigos que vinieron a
llenarnos de luz emprendían su viaje de vuelta, la semilla quedo sembrada y seremos nosotros quienes deberemos
cuidarla y hacerla crecer frondosa y fuerte, y quien sabe, tal vez hasta podríamos
algún día compartir semillas y formar una gran arboleda que cubra con su manto
verde de conciencia la vida de todos en el mundo.
Sepan mis amigos que la chispa quedo, y la
mantendremos viva, y paso a paso iremos formando ese incendio épico que
cambiara nuestras vidas, nuestras familias, nuestros países y porque no, al
mundo… y lo hará mejor.
¡Gracias!
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