En esta mi Guatemala de hoy, en la que están pasando
por estos días una serie de acontecimientos que traen a colación hechos
pasados, hechos dolorosos como sociedad chapina y que nos obligan a ver a la
historia, pero esta vez debemos ver con un poco más de criterio, leyendo,
investigando y entendiendo, de tal forma que podamos tener un criterio, una opinión,
un punto de vista, pero uno del cual sepamos porque formamos parte, ya no se
vale simplemente repetir lo que hemos escuchado, ya no se vale tomar partido
sin saber, ya no se vale la retórica sin fundamento y por sobre todas las cosas
la base de este momento es el respeto y
el entendimiento.
Con las fabulosas redes sociales de hoy en día,
poco a poco es notorio el posicionamiento de las personas con quienes compartes
dicho espacio, en los últimos días he leído comentarios de ambos extremos del
proceso, y es que, dicho sea de paso, cuento con amigos muy queridos en ambos
extremos de la ideología, no comparto con ellos todo lo que piensan, en ninguno
de los dos extremos, pero en cierto modo al no tener toda la razón ninguno de
los dos, tampoco están totalmente herrados, ninguno de los dos, por lo menos en
mi personal punto de vista, lo interesante es ver como se abren estos espacios
de expresión y como llegan a él los más variados comentarios en lo relativo al
juicio contra el general retirado y ex presidente de Guatemala en los años 1982
y 1983.
Lo que llama la atención por estos días es que
vuelven al ruedo los temas relativos al conflicto armado interno del país,
algunos siguen con la retórica sin fundamento, pero lo interesante es que se
empieza a ver que algunas personas se documentan de lo sucedido, que expresan
opiniones en base a artículos, documentos, procesos legales, libros, etc. Y que
hay una generación nueva, que probablemente no había nacido a principios de los
años 80 y que por primera vez están teniendo acceso a información documental,
no solo a la versión que circulaba en el hogar, sesgada por la visión de
cualquiera de los bandos en mención, sino por historia documentada, por posiciones
que discuten, debaten y traen a colación hechos, factores y racionales hechos
con la libertad del criterio propio y no simples lecciones aprendidas que
repiten cual loros y de las que poco entienden, eso es claramente un avance
como sociedad, como país, como guatemaltecos, estos son la nueva generación que
entenderá lo que aquí sucedió y tienen como responsabilidad no permitir que
suceda de nuevo.
Reconocer el dolor ajeno, respetar el
sufrimiento de compatriotas, buscar justicia legal para las víctimas del
conflicto, reconocer las diferencias existentes en nuestra sociedad, llevar a
proceso legal a todos aquellos que abusaran en dicho conflicto
independientemente del bando que militaban, abrir espacio a debatir, abrir
espacio a discutir, abrir espacio a todos los que quieran expresar, es el único
camino real a la paz, no podremos llegar a una paz y una reconciliación real si
no reconocemos los excesos y abusos cometidos por ambos bandos y extendemos
nuestra mano a nuestros hermanos golpeados por un proceso armado que dejo
sangre, dolor, muerte, ausencia y desconcierto.
Estamos hablando, estamos discutiendo, estamos
debatiendo, tenemos diferentes opiniones pero las estamos expresando y eso mis
queridos amigos es un paso enorme en el avance hacia nuestro objetivo en común,
sigámoslo haciendo, sigamos debatiendo, sigamos respetando nuestro derecho a
expresar y decir, a comprender y documentarnos, busquemos la verdad sin
importar ideologías, salgamos de la retórica y abramos nuestras mentes, demos
pasos firmes y en la dirección correcta, luchemos por la Guatemala que todos
queremos, con esa que todos soñamos, con esa que nuestros hijos se merecen.
No expresare aquí cual es mi punto de vista en
cuanto al juicio que en este momento se lleva a cabo, solo diré que el ver que
podemos discutir sin dispararnos, que podemos debatir sin matarnos, que podemos
tener diferentes opiniones sin llegar a tortura, que miramos diferente la misma
verdad no nos hace candidatos al secuestro, eso mis amigos es algo que debemos
cuidar, proteger y enseñar a nuestros hijos, no es con fusiles que se construye
patria, no es con gritos, no es con balas, es con respeto, con factores, con
verdades, así es como debemos caminar, como hermanos.
Platiquemos pues, que hemos derramado mucha
sangre inocente para defender este básico derecho…
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