Esta semana ha sido atípicamente intensa, o tal vez típicamente convulsionada, vemos al sur como en un país esta
inmiscuido en una batalla interna para esclarecer si las elecciones del pasado
domingo fueron legitimas o no, con muertos incluidos, la oposición pidiendo
recuento de votos con todo el derecho y el oficialismo, virtual vencedor, negándolo
a capa y espada con aparente miedo de que algo se descubra, queriendo ignorar
la solicitud de la mitad de la población, tratando con retorica el tema y
buscando la confrontación, cuan frágil es la visión del humano, cuan sencillo
es nublar el pensamiento, cuan egoístas somos los humanos. Este proceso en
Venezuela nos hace sentir tan cerca las diferencias en nuestros pueblos, las
carencias, la corrupción, la miopía social. No hay ganadores aquí, por lo menos
no por ahora.
Mientras eso pasa al sur, al
norte un atentado terrorista nos recuerda lo vulnerables que somos, Boston
convierte su emblemático maratón en una tragedia que será recordada por
generaciones, una bomba, varios muertos, cientos de heridos y millones de
impactados ciudadanos, llorando por las calles, ayudando a los heridos,
tratando de entender las razones de tanta crueldad.
Por otro lado hay quienes
muestran que lo que allí sucedió fue solo una pequeña muestra diminuta de lo
que el gran país del norte ha hecho en muchos otros países, de cómo su injerencia
ha traído muerte, destrucciones, terror y abuso, de cómo en el pasado, como en
el presente, trata de manejar el mundo a su sabor y antojo, más un acto como el
anterior no hace revivir a las víctimas, ni evitar lo ya pasado, la venganza no
traerá justicia pero la justicia si debería traer paz.
Mientras tanto en la querida
Guatemala, el juicio contra el ex presidente de facto de los años 1982 y 1983
sigue su proceso, voces se escuchan a favor del juicio, otras en contra, algunos
dicen que no hubo genocidio otros que sí, unos dicen que porque solo él es
juzgado, que cuando le tocara al bando contrario, unos dicen que gracias a él
es que el país se salvó, otros que es el culpable de cientos de atrocidades,
algunos se enfrascan en discutir si el termino genocidio es utilizable o no,
algunos más que si es oportuno o no el proceso.
Necesitamos buscar justicia,
por los niños que no nacieron y fueron asesinados en los vientres de sus
madres, por las niñas violadas y asesinadas, por los niños que solo vivieron
para ser masacrados, por las mujeres violadas y obligadas a ver cómo eran
asesinados sus hijos, por los padres que nada pudieron hacer para defender a
sus familias, por los huérfanos del conflicto, por los que fueron obligados a
matar, por los que fueron obligados dejar de ser humanos, por los que aun hoy
buscan a los desaparecidos, por el pueblo entero de Guatemala necesitamos
justicia, POR TODOS los guatemaltecos es que necesitamos saber.
No es cuestión de etnias, de
religiones, de razas, de idiomas, TODOS los que en realidad amamos este país necesitamos
justicia, esclarecer lo sucedido, procesar a los responsables sean del bando
que sean, ya después hablaremos de PAZ, después hablaremos de reconciliación, después
hablaremos comunidad y país, después podremos hablar de lo que sea, pero hoy es
necesario el primer paso y debemos estar claros que nos compete a TODOS. Necesitamos
justicia no venganza.
Esta no fue la mejor semana
para mí, esta no fue la más inspiradora, esta fue la semana que lleno los ojos
de los padres de terror pensando que será de los hijos que recién llegan a este
mundo, que deberán pasar, que deberán hacer, cuáles de nuestros errores están condenados
a pagar, podrán finalmente vivir en paz, en armonía, sintiéndose iguales, que
camino dejaremos andado, que sociedad tendrán en el futuro…
¿Cómo estamos dejando este
mundo?, ¿Mejor o peor de cómo lo recibimos?
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