Ya casi viejo, ya casi dejas ir el último
suspiro y sueltas tus brazos de aquello que tanto amaste, de aquello que con
tanta pasión defendiste, de aquello que con toda el alma viviste, porque hay
que aceptar que viviste la vida como la canción de Frank Sinatra, según tus
reglas, según tu gusto y según tu filosofía, hubo heridos en el camino, claro
que los hubo, pero nadie podrá decir que alguna vez te quedaste con las ganas
de vivir a tu antojo y marcando tu propio camino.
Y es que es en estos momentos, en que te veo frágil
y cansado, cuando las arrugas surcan tu rostro y tus escasas canas llenan tu
cabeza, que se llena mi mente de recuerdos y momentos de un abuelo amoroso,
estricto y querendón, que inculco disciplina, que enseño de responsabilidad y
que entre burdos juegos y toscas caricias mostro su niño interno, ese que nadie
cuido en tus años mozos y que tanto dolor ha traído a tu alma el resto de tu
vida, ese niño interno que hacia salir de aquel hombre canado y mal humorado al
más tierno de los abuelos.
Ya casi viejo, ya casi te liberas de ese cuerpo
añejo y problemático que tantos achaques carga en su haber, en poco tiempo veras
elevarse tu alma y dejaras caer todas tus pesadas cargas, sentirás de nuevo la
vida correr en ti y con la sonrisa sabía que da el tiempo podrás sentirte
satisfecho de haber evolucionado y aprendido, además de haber enseñado, fue la
vida la que con sus golpes y tirones te enseño eso que no tuviste la
oportunidad de aprender en tu infancia con amor y caricias, pues no hubo quien te
cuidara con cariño y esmero, el camino fue más largo y tortuoso para ti, pero
finalmente conseguiste el objetivo y estás listo para el siguiente nivel.
Son incontables los momentos, mi querido viejo,
en que reímos juntos y disfrutamos las cosas simples de la vida, ¿recuerdas
cuando contemplábamos el camino que nos conducía a La Antigua?, cuando a ritmo de
la marimba y compartiendo risas veíamos cada detalle, manejabas sin prisas,
escuchando como en el radio del carro anunciaban la siguiente melodía y me
contabas la historia de aquella canción, mitad datos históricos mitad historia
con tus matices personales.
Ya casi viejo, ya casi descansaras y podrás ir de
nuevo a todos aquellos lugares que tanto te gustan, Xela, San Antonio, La
Antigua, el Puerto y el mundo, cometiste errores y fueron muchos he de decir,
muchos más del promedio la verdad, pero quien es el mundo para juzgarte, quien
es el mundo para señalarte, si es solo tu vida la que da razones de tu actuar y
es únicamente tu historia la que demuestra los porqué de tu sentir, es allí donde
encontramos las razones de esa mirada triste que se escondía tras tu amplia
sonrisa y los vapores del alcohol, esa mirada que solo era cambiada por un
brillo de felicidad cuando te convertías en el Santa Claus de todos los niños a
tu alrededor, tal vez en esos momentos llenabas aquel vacío que tanto te marco
y hasta este día empiezo a entender.
Recuerdo con claridad la variedad de personajes
y de historias que aderezaban tus relatos, fueron muchos los famosos que
pasaron junto a ti y te brindaron su amistad, por decir lo menos, artistas, diplomáticos,
presidentes, dictadores, escritores y demás seres importantes de tu tiempo, jamás
sabré hasta donde llegaba la realidad y donde iniciaba la fantasía, pero has de
saber que fueron tus historias la inspiración de muchos cuentos y tu vida el ejemplo
de libertad más puro que mis ojos han podido ver, un alma libre e incomprendida
la tuya, que repartía amor a quien lo quisiera en sus años locos, años que se
extendieron hasta hace poco tiempo.
Ya casi viejo, ya casi cerraras los ojos por última
vez, no temas, no te preocupes, lo que habías de hacer aquí ya lo hiciste, así que
cuando el momento llegue emprende el camino sin temor y sin preocupaciones,
vete sonriente de que tu descendencia aprendió lo que debía y sabremos seguir nuestro
camino, recordando nuestras aventuras, comentando tus locuras, extrañando tus
detalles, amando tus recuerdos.
Que otro nieto puede contarle a su hijo de las
aventuras que vivió con su abuelo, en una cantina en San Felipe, esa que estaba
junto a la iglesia del pueblo y en donde nos reíamos sin parar, tu tomando tu
octavo con botana de revolcado y yo comiendo mis piloyes con tortilla mientras éramos
el centro de atención de todos los comensales, quienes veían a un niño fuera de
lugar en aquel lugar, sin saber que éramos dos los niños los que compartíamos en
aquel momento, simplemente uno de los dos había crecido y trataba de olvidar volviéndose
niño otra vez, tiempos aquellos en que la chirimilla endulzaba el ambiente, la
marimba cálidamente abrazaba el lugar en el que un abuelo y su nieto compartían
como iguales.
Ya casi viejo, ya casi te me vas para vivir únicamente
el espacio de mi recuerdo, y aunque no puedo decir que todo fue color de rosa y
tuvimos diferencias intensas, tuvimos palabras duras el uno para el otro y
momentos de distancia muy marcados, el tiempo me enseño a entender que parte
del problema fue mi inmadurez y la otra parte serás tu quien la identifique, pero
esto poco importa ya y en nada afecta mi sentir hacia ese hombre que en la
dureza de su existencia supo encontrar un momento especial para compartir
conmigo y mostrarme la belleza de la vida, con una óptica totalmente diferente.
Ya casi viejo, toma mi mano y guía mis pasos
con tu sabiduría, recibe mis abrazos y agradecimientos, pero sobre todo déjame decirte
que fuiste el mejor abuelo que pudiste haber sido y te lo agradezco
Ya casi viejo, ya casi…
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