En días recientes deje puestas las luces de
paqueo de mi carro, pues había quedado estacionado en una calle un poco
transitada pero con escasa iluminación pública, por esta razón decidí dejar
encendida la luz de parqueo y así asegurar que los pilotos que por allí circularan
pudieran darse cuenta que había un vehículo estacionado con suficiente antelación.
Al salir de mi visita, la cual no duro más de
30 minutos, y tratar de encender mi vehículo me di cuenta que no era posible,
la carga en la batería no era suficiente para activar el motor de encendido, rápidamente
hice cuentas y la batería del carro tenía ya varios años de uso, así que no era
raro que requiriera cambio, como mi carro es cambios manuales, pues simplemente
lo empujamos y lo arranque, conduje a casa y eso fue suficiente para que la batería
tomara un poco de carga, por lo menos la necesaria para que al día siguiente
pudiera arrancar el carro y pudiera ir a comprar una nueva.
Como buen despreocupado que soy y al ver que al
día siguiente la batería había logrado su cometido, con dificultades eso sí, y
el carro había arrancado, pues anduve algunos días más probando suerte y
esperando que al llegar al carro la batería fuera suficiente por lo menos para
arrancar, por supuesto ya no dejaba las luces de parqueo encendidas para evitar
sorpresas y exprimir hasta la última gota de energía que mi pobre, vieja y
desgastada batería pudiera dar.
El fin de semana, mientras hacíamos las compras
en el supermercado con mi esposa y mi hijo, pasamos por el área de refacciones
para carros y justo allí recordé lo de la batería, tal vez sería una buena idea
comprarla y cambiarla en casa ya que ese día nos trasladábamos en el carro de
mi esposa, vi el precio y note que era el mismo precio que me cobraban en el
taller especializado de la marca, así que dije, con el más amplio espíritu perezoso,
si cuesta lo mismo, y en el taller lo cambian ellos, pues para que me voy yo a
poner en esas complicaciones mecánicas, así que haciendo caso a mi análisis racional,
terminamos de hacer las compras y las fuimos a dejar a casa y fue entonces
cuando decidí ir al taller para que realizaran el cambio de la batería.
Salgo de casa y cruzo los dedos, ojala aun
pueda dar este último encendido la vieja batería, al parecer la suerte me
acompaña y todo mi análisis de costo beneficio realizado en el pasillo del
supermercado fue correcto, el carro arranca absorbiendo el suspiro final de la
almacenadora de energía, como quitándole el último aliento y dándole el empujón
requerido para dirigirla al cementerio de baterías.
Tomo dirección al taller, por alguna extraña razón
el sábado por la tarde el trafico estaba cargadísimo y me toco hacer un
trayecto, que normalmente necesita 20 minutos, en 1 hora y 20 minutos, pero
siendo sábado por la tarde y sin precisión alguna trate de que esto no afectara
mi buen humor de fin de semana, después del trayecto, varios bocinazos y un par
de sacadas de madre logro llegar al taller, el joven de refacciones me atiende
amablemente y empezamos un dialogo más o menos así
-
Bienvenido
señor, en que puedo servirle
-
Buenas
tardes, yo llame hace un rato por teléfono preguntando por el precio de una batería
-
Ha
si, como no, yo le atendí, me recuerda los datos del vehículo por favor
-
Si
con mucho gusto es un carro marca XX año 2005
-
Ha
si ya recuerdo, fíjese que no tenemos de esa batería, ese carro usa un modelo
especial porque tiene el sistema de radio satelital y la sincronía GPS – UTA! ¿Que
mi carro tiene que me dijo?
-
Disculpe
pero mi carro no tiene ni GPS ni radio satelital – empiezo a tomar sopita….
-
¿Cómo
qué no? Pero aquí en el sistema informa claramente que el montaje de su carro…
-
Disculpe
que lo interrumpa, mi carro está estacionado aquí junto a usted, ¿le ve usted
al radio un localizador satelital o siquiera una marca que diga que tiene eso o
un GPS?
-
No,
la verdad no
-
Ok,
que le parece si mejor vemos que batería tiene puesta y en base a eso la
cotizamos?
-
Ha
si, que buena idea, eso sí es más fácil usted – nooooo, ¿en serio?, entonces más
o menos ¿para que me dio un precio por teléfono?
-
Allí
puede ver el código – le informo – porque no lo apunta y buscamos en su sistema
-
Si
tiene razón, ¿no tiene un lapicero que me preste?
-
No,
pero le alcanzo el del mostrador… no se preocupe – ¡un cafecito no se le
antojara al señor!
-
Ya
lo apunte jefe, ahora lo buscamos en la compu y listo, ¿verdad?
-
Mjmmmm
– osea, que más podía responder dada su impactante lógica.
-
Ha
mire de esa si tenemos, pero es más cara fíjese
-
Si
es más pequeña, si es menos compleja, ¡¿Por qué es más cara?!, no puede hacer
un descuento
-
Ha
mire, como usted trae aquí su carro a servicio le podemos hacer un descuento
por cliente frecuente, un 10% y solo tiene que pagar la instalación
-
Y
si no me hace descuento, ¿tengo que pagar la instalación?
-
No
jefe para nada, si no le hago descuento la instalación está incluida
-
Aja,
y me puede decir el costo de la instalación por favor
-
……
- cálculos, sumas, restas, una llamada a su supervisor, 3 minutos al teléfono,
mas cálculos y finalmente – haaa pues sale más o menos en el 10% del valor de
la batería
-
Ya,
osea si no me hace descuento la instala, y si me hace descuento, le tengo que
pagar la instalación cuyo costo es el mismo que el descuento y me la instala
-
Si
cabal así! – dijo lleno de felicidad y por supuesto sin notar en lo más mínimo
el tono sarcástico de mi comentario –
-
¡OSEA
QUE ME DA LO MISMO!
-
¿No
cómo cree? – otra vez muchos cálculos, muchas sumas y restas, llamadas a
supervisor – ha si, cabal así como usted dice
-
Sabe
que, hágame el descuento y yo me llevo la batería y la instalo en casa
-
No
jefe eso no puedo, nuestro compromiso con su seguridad no me permite que se la
lleve sin instalar, no le vaya pasar algo
No hay descuento, es más cara que la otra,
tengo un asesor pendejo y no puedo solo llevármela, respiro profundo varias
veces, me mentalizo que estoy en plan fin de semana, hago números y bueno, la
diferencia tampoco es tan alta, así que accedo a que instalen la batería,
-
Instálela
por favor
-
Si
señor con gusto, ¿qué opción quiere la del descuento o la de sin descuento?
-
¡¿No
quedamos que da lo mismo pues?!
-
Hay
si que pena, pero me tiene que decir cual prefiere, por política interna
-
Ok
– uta… apuesto a que ISO9000 ni se ha puesto a pensar en estos casos – la que
no tiene descuento
-
Listo
señor ya le llamo al técnico, ¿algo más en lo que pueda ayudarlo? – con una
sonrisa de satisfacción como si realmente hubiera ayudado en algo.
-
No
gracias, con esto es suficiente
Me llevan un café que parecía te para que me
sienta mejor mientras espero, minutos mas tarde llega el técnico con la batería
nueva, como buen metiche voy a ver como tratan a mi carro. Después de varios
minutos viendo la batería y la herramienta, el joven me ve con cara de desilusión
y me dice
-
el
espacio para quitar su batería es muy pequeño, esta herramienta no es la adecuada
y no tenemos la adecuada
-
use
la extensión, esa barra metálica que está en la caja
-
déjeme
probar…. Si tiene razón así si se puede, menos mal va jefe
-
si
menos mal – ya tome suficiente sopa pensaba para mi interior
-
ya
jefe ahora saco la batería – acto seguido quito los cables, saco la batería y
trato de poner la nueva, pero no lo conseguía – jefe esta batería no le queda a
su carro
-
¿ha
no me diga?, porque no la pone al lado de la anterior y miramos si es igual, ¿qué
le parece? – ¡PENDEJO!
-
Si
jefe, mire, son igualitas, idénticas, pero esta no le queda, ha de ser otra – ¡AUXILIO!
-
Pero
si son iguales, debería quedar, ¿no será que tiene una posición especial?
-
Déjeme
ver jefe – osea actitud si tenía… pero solo eso
-
Inclínela
-
¡Si
jefe así si entro! – dijo con voz triunfal
-
Ahora
con la misma llave, ¿cómo me dijo que llama?, ha si la extensión para apretarla
¿verdad jefe?
-
Si
-
Listo
Jefe, ya quedo su batería, le puedo ayudar en algo más? - ¡SI! ¡PAGUEME POR LA
INSTALACION!
-
No
gracias
-
Ok
ya puede pasar a caja, le van a cobrar instalación pero es para asegurar que su
vehículo fue bien tratado
-
Gracias
Ok, aprendí la lección, la próxima la cambio
yo, más barato, más rápido y con mucho menos coraje, además me evito querer
partirle la batería en la cabeza al técnico y ponerle la extensión donde mejor
le quepa al asesor de ventas
Al final, me tarde el doble, pague más, lo hice
prácticamente yo y aparte ¡tuve que irme con cara de agradecimiento!
Al que no le gusta la sopa… dos tazas
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