Poco
a poco fueron apareciendo las pruebas en pantalla, uno a uno fueron apareciendo
los documentos sobre la mesa, mientras la conferencia avanzaba mi intuición me mostraba hacia donde se
dirigía la misma, en el fondo de mi espíritu aún mantenía la esperanza de estar
equivocado y que mis instintos estaban equivocados, guardaba la idea de que
esta vez sí serían los hechos y los factores los que llevarían a los
malhechores a afrontar las consecuencias de sus actos, que la historia del
sacerdote no se repetiría, que esta vez las pesquisas y la tecnología
ayudarían, que esta vez sería diferente.
El
doctor encargado del ente investigador fue mostrando las pruebas, de carácter
irrefutable decía el, poco a poco fue guiando a la audiencia por un laberinto
maléfico y obscuro, una maraña de corrupción y conspiraciones, una serie de
pruebas dudosas y dudas definitorias, paso a paso nos fue contando lo que una
mente deprimida es capaz de hacer cuando no tiene más esperanza, como
insinuando algo que descubriríamos al final de la conferencia.
Empezó
contándonos la historia de una persona inestable emocionalmente y abatido por
la reciente perdida de su ser amado, el abogado, nos contaba como el ahora
fallecido tenía una relación amorosa con una mujer que lo había aceptado después
de su difícil proceso de divorcio y con quien había creado un nuevo lazo
amoroso, un vínculo inquebrantable, un punto de apoyo en su nueva vida.
El padre de aquella mujer era un empresario guatemalteco con mucho
dinero, un hombre próspero y generoso que había hecho su fortuna a base de
trabajo tesonero, esfuerzo personal, disciplina y constancia, un ejemplo a
seguir en la sociedad, comprometido con el país que le abrió las puertas cuando
él lo necesito e intachable en su conducta personal, un ser ejemplar en toda la
extensión de la palabra.
Este hombre ejemplar y su hija, la mujer amada del abogado, habían sido
asesinados cruelmente en una de las principales arterias de la ciudad de
Guatemala, fue uno más de tantos asesinatos a sangre fría que se cometían a
cualquier hora en aquella tierra que me vio crecer, uno más de aquellos
asesinatos que muchas veces eran atribuidos a la delincuencia común, a la
pobreza, al narcotráfico o simplemente a la mala suerte de transitar en el
lugar equivocado y en el momento más inoportuno.
El abogado, lastimado en lo más profundo de su ser, al verse perdido en
la soledad y despojado de aquel ser que daba sentido a sus días, empieza una
frenética investigación para dar con los responsables de tan deleznable hecho.
Poco a poco, con la fuerza que solo la tristeza puede alimentar, va
descubriendo sospechosos vínculos, no conocidos hasta este momento por él.
El empresario había sido llamado para apoyar una entidad del estado, el
gobierno de turno le había pedido hacer que la entidad recuperara su prestigio,
le habían vendido la idea de que sería él la persona especial que podría hacer
cambios profundos y ayudar al país en el proceso del desarrollo y el progreso.
El empresario acepto lleno de patriotismo y felicidad por poder devolver
un poco de lo mucho que había recibido en su vida, pero poco duro la felicidad,
pues en uno de los primeros días al frente de aquella institución le
solicitaron firmar documentos legales que darían beneficios ilegales a los
allegados a la cúpula gubernamental, que no los leyera le dijeron, que solo los
firmara y que ellos no lo molestarían, cosa a la que por supuesto se negó y
entendió que lo que quería el gobierno era usarlo como escudo de protección
para ellos seguir con su corrupta red de robo, manejo de influencias y
beneficios personales.
El empresario se retiró sin firmar ningún documento, pero ahora era una
amenaza para el corrupto sistema, sabía mucho del proyecto de robo continuado y
el gobierno no habían logrado incriminarlo en nada, fue entonces cuando iniciaron
las amenazas como último recurso para lograr su silencio, según comentaba el
abogado a sus allegados comentándoles de los descubrimientos realizados, fue
entonces, cuando el empresario se dirigía a su casa para almorzar, como
rutinariamente lo hacía, que fue emboscado, acribillado a balazos en su propio
vehículo y por casualidad, mala suerte o alguna razón desconocida, su hija y
mano derecha viajaba esta vez con él y sufrió el mismo destino, ambos
fallecieron en el lugar, abatidos cruelmente, ante la mirada impotente de los
ciudadanos, un plan se había llevado a cabo para cubrir los rastros de corrupción
que el empresario había descubierto, concluía el análisis que el abogado había
realizado.
El abogado al encontrar estas documentaciones y pruebas, las presento al
ministerio público para que iniciaran la búsqueda de responsables, pero como pasa
con el 99% de los casos fue simplemente engavetado, por más que el solicito por
todos los medios posibles que el caso fuera seguido nadie dio respuesta y algún
fiscal tuvo la idea de decir que las evidencias no eran suficientes, que eran
especulaciones, que eran locuras y simplemente ignoro el expediente, sin
siquiera hacer una superficial revisión.
Todo
lo anterior lo contaba en televisión el doctor aquel, ante la mirada atenta de
todo un país que esperaba la respuesta al caso que había abierto viejas heridas
en la población, aquel día no hubo programas diferentes, todo aquel que amaba
leventemente a su país, viviera o no en Guatemala, veía atentamente el relato
de los hechos, tratando de imaginar lo sucedido, haciendo juicios propios,
pidiendo justicia.
Según el ente investigador, fue esa frustración de no haber encontrado
justicia por la muerte de su amada la que lo motivo a tramar un plan
maquiavélico propio de novelas de misterio, un plan que pondría en jaque al
gobierno, un plan que desenmascararía las cúpulas corruptas y sus tentáculos en
la realidad nacional, fue esa mente enferma de tristeza y amargura, según los
investigadores, la que elaboraría un detallado plan que ejecutaría a la
perfección.
Según relataba el jefe de los investigadores, al abogado lo canso la
impunidad y decidió crear un caso que pudiera ser resuelto y que fácilmente
llevara a la ciudadanía a pensar que el gobierno era el principal responsable
de aquel asesinato de su amada y del nuevo que estaba por suceder, necesitaba
una víctima y sabía perfectamente quien podría ser.
Primero contacto a unos primos suyos solicitándoles ayuda para saldar
cuentas con un tipo que le debía dinero y que no le quería pagar, pregunto si
ese contacto que ellos tenían sería capaz de llevar al límite el cobro de las
deudas, ellos respondieron que por una suma adecuada lo más probable era que si
pudiera llegar a matar al deudor, si así se lo solicitaba el abogado.
Los días siguientes fueron una obra teatral, en la que el abogado contaba
a personajes claves de aquella deuda, compro un celular prepago para tener
contacto con los sicarios, de forma que no supieran nunca su teléfono verdadero,
contacto con ellos el jueves y afino los
detalles del acontecimiento, después de muchos intentos el deudor finalmente no
había querido pagarle y entonces él estaba decidido, según le dijo a los
asesinos a sueldo, pidió a los sicarios que el domingo mataran al personaje en
cuestión, el abogado sabía que el deudor salía los domingos a ejercitarse en
bicicleta en una de las zonas más exclusivas de la ciudad, el abogado estaría
vigilando y al ver salir al personaje en bicicleta llamaría a los sicarios para
darles los detalles de la víctima, vestuario, localización, etc. para que
procedieran con lo acordado, todos estuvieron de acuerdo y fue así como se cerró
la conversación.
El día siguiente, viernes, el abogado visito a un amigo suyo de mucha
confianza y le dijo que necesitaba su oficina y sus cámaras para grabar un
video, pero necesitaba hacerlo en privado ya que era algo confidencial y no quería
involucrarlo en algo peligroso, le comento únicamente que se sentía amenazado
pues había presionado mucho porque el caso del asesinato de su amada fuera
tomado por los fiscales pero que no lo consiguió y únicamente logro que la
elite de corrupción prestaran atención en él y que lo tuvieran en la mira pues
sabía demasiado, después de esta breve charla se quedó en la soledad de la
oficina, grabo el video, lo guardo en un disco compacto e hizo varias copias.
Agradeció a su amigo, salió de aquel lugar cargando las varias copias de
discos y se dirigió a la casa de otro amigo cercano, a quien le contó la
historia de cómo se sentía amenazado por el gobierno, que se había dado cuenta
que lo estaban siguiendo y que por favor le pedía que si algún día era
asesinado repartiera esos discos, que estaban sellados, a los presentes en su
funeral, que lo publicara en las redes sociales y que enviara unas copias a los
principales medios de comunicación del país.
La solicitud le pareció algo extraña al amigo, pero acepto sin
preguntar, abrazo a su amigo y le deseo suerte, le pidió precaución y lo
despidió con la sensación de que algo raro estaba por suceder.
Mientras
todo esto era narrado, se presentaban pruebas de rastreo de llamadas
telefónicas, recibos de parqueos de vehículos, videos de seguridad de
gasolineras y establecimientos privados,
como serie de televisión estadounidense, presentaban pruebas,
evidencias, conjeturas, hipótesis, teorías y validaciones, opiniones de
expertos, detalles que parecían imperceptibles al ojo no calificado, realmente
era un despliegue de tecnología y un cumulo de expectativa la que teníamos
todos los televidentes para entender aquella historia tan dramática.
El día llego, el domingo a las 6:30 de la mañana el abogado contacto al
jefe de los sicarios le indico que el deudor, que pronto saldaría sus deudas, conducía
una bicicleta de montaña, vestía un traje deportivo color negro con rojo y que
se encaminaba a la avenida de Las Américas, dicho esto la comunicación se
cortó, lo ejecutores tenían la información que necesitaban y a esa hora de la
mañana sería fácil la huida.
Los sicarios se encaminaron al lugar en tres vehículos diferentes, para
poder usar la mejor alternativa que tuvieran, para sorpresa de todos, el hombre
estaba sentado en el arriate del centro de la avenida antes mencionada, viendo
al horizonte con la mirada perdida, la bicicleta estaba recostada al lado.
Para los victimarios esto facilitaba el trabajo, uno de ellos se acercó
por la espalda del deudor, lentamente observo si habían testigos y tres
detonaciones marcaron la despedida del supuesto deudor, quien quedó tendido en
aquel lugar, los sicarios emprendieron la huida y cuando se sintieron seguros llamaron
para reportar que el trabajo estaba finalizado, pero esta vez nadie respondió
el teléfono, el abogado estaba muerto, había pagado por que lo mataran a el
mismo, según los investigadores.
Días mas tarde, en el funeral del abogado se distribuiría aquel video
que le dio la vuelta al mundo, donde el mismo abogado responsabilizaba de su
muerte al gobierno y decía tener pruebas que respaldaban su denuncia, en la
cual mostraba como su amada y su ejemplar padre habían sido asesinados por el
gobierno y que por él saber toda esa información había corrido con la misma
suerte, todo lo anterior orquestado por el mismo gobierno central de la nación,
el presidente, su esposa y el secretario privado de la presidencia.
Como
novela colombiana de narcotraficantes, la conclusión del ente investigador era
que el abogado había realizado todo este movimiento para desacreditar al
gobierno y sentar bases para poder enjuiciarlos, según la investigación el
mismo abogado, desequilibrado por la depresión y la impotencia de haber perdido a su amada, trazo un plan para sacrificar
su propia vida en aras de mover los cimientos del populista gobierno de turno.
No
había palabras en mi ser para comentar aquello, no sabía que pensar, no sabía
que creer, como saber si las evidencias eran reales, como saber que las
evidencias no estaban manipuladas, como saber que el ente investigador no había
cedido al poder gubernamental, como absorber la idea de que alguien planea su
propio asesinato con el único fin de desestabilizar el gobierno, como meses
atrás mencionara irresponsablemente el gobernante, quien ahora parecía tener
razón.
Después
de horas de conferencia mi estupor no desaparecía, mis dudas permanecían y la
sensación de que en mi dulce terruño cualquier veredicto se puede comprar, con
los contactos o el dinero suficiente, se apoderaba de mi
Una
herida más, una duda más, un capítulo más que permanecerá abierto en mi mente,
la historia de aquel lugar que aun en mis sueños extraño, no ha cambiado con el
pasar de las décadas. La desolación se hizo sentir en toda la nación y el
sentir de que este no era más que un veredicto hecho a la medida para salvar al
gobierno se impregnaba en la población.
Las
manifestaciones cesaron, el caso poco a poco quedo en el olvido, el jefe del
ente investigador fue trasladado a otro país y el pueblo seguiría comentando,
por algún tiempo al menos, lo intrigante de esta historia, lo para el gobierno
y los muchos cabos sueltos que habrían quedado en el medio
Otra
historia para recordar llenos de impotencia.