Hace rato que se me vienen atorando los
insultos en la garganta, y es que con tanto descaro en nuestras narices, no es
de extrañar que mi pobre hígado este con síndromes de inflamación crónica y
aguda, por decir lo menos, pues no es posible que, como sociedad sigamos con el
cáncer de la indiferencia creciendo en nuestras entrañas y no hagamos nada.
Pero esta semana fue distinto, esta semana la indignación
nos hizo unirnos como sociedad y olvidar las constantes diferencias que nos han
separado por tanto tiempo en esta nuestras Guatemala, y no es para menos, hemos
venido aguantando funcionarios corruptos, descarados, prepotentes, incompetentes
y tantos otros calificativos que se me vienen a la mente pero prefiero no
seguirlos expresando para no perder el foco.
Estos funcionarios se han quejado de falta de presupuesto y debido a
esta falta de presupuesto han dejado en el abandono el sistema de educación, el
sistema de salud, la infraestructura básica del país, han dejado morir
guatemaltecos de hambre, la población está de rodillas ante la delincuencia,
las extorciones y los maleantes, y todo
lo anterior y más, muchísimo más, bajo
el escudo de “no hay pisto”, con qué cara se puede expresar que el problema es
carencia de dinero cuando vemos despilfarro por todos lados, cuando vemos
contratos sin sentido con empresas de
los amigos o familiares de políticos, como nos pueden decir eso cuando nos están
demostrando con detalles que una de las muchas estructuras criminales ligadas a
este gobierno nos ha defraudado por lo menos Mil Millones de quetzales por año durante
los últimos cuatro años (eso sin tomar en cuenta las demás estructuras y los
años anteriores a este gobierno) y todo fraguado desde la punta de la pirámide gubernamental,
realmente esto llora sangre, literalmente.
Ahora ¿porque fue distinta esta semana?, no fue
por los actos de corrupción, esos llevan años apareciendo en los titulares,
tampoco fue por la intención del gobierno de ocultar todo, tampoco eso es
nuevo, tampoco fue diferente debido a que el presidente y la vicepresidente mintieron
descaradamente en entrevistas televisadas ya que esto ha sido constante, esta semana fue diferente porque la indignación
nos hizo romper barreras y, como guatemaltecos todos, no atrevimos a decir YA
BASTA, nos olvidamos de credo, raza, sexo, edad e ideología, por una vez nos
vimos todos como guatemaltecos y salimos a exigir justicia, transparencia y a
evidenciar nuestro descontento.
¿Hubo intentos por callar a la multitud?, claro
que los hubo, fuerzas de seguridad por todos lados, cámaras “de seguridad”
instaladas minutos antes de la manifestación, indiferencia de los mandatarios
inaugurando obras en el interior del país para no estar presente o próximo a la
gran manifestación, comentarios desde la distancia solicitando “cordura” ¡que
descaro! Por cuerdos es que manifestamos, porque los locos nos hacíamos antes y
por eso hemos llegado hasta donde estamos
hoy, sumidos en la miseria y el caos, sí, claro que quisieron amedrentar
a la manifestación, pero es claro que no lo lograron.
¿Trataron de ignorarnos?, sí, claro que lo
hicieron, bloquearon señales de telefonía e internet en el lugar de la concentración,
¿cuál era el objetivo? Evitar que el mundo se enterará que, finalmente, el
pueblo guatemalteco estaba de pie y gritándole al gobierno que no tolera ni un
segundo más su actuar, y le exige la aplicación de la justicia y la devolución del
dinero de todos los que aportamos para construir un mejor país, señores “!
Están despedidos!”, como dice uno de los tantos post que circulan en el
internet en estos días “Nos han quitado tanto, que ya nos quitaron el miedo”
Mi Guatemala está despertando, de pie mostrando
su descontento, juntos mostrando un frente, este puede ser el inicio de una
nueva historia, aunque eso quedara únicamente en nuestras manos, ya dimos el
primer paso, nos faltan muchísimos mas por dar, no lo olvidemos.
Mientras mis ojos se posan en la marea de
personas gritando consignas y mostrando su descontento, veo también a mi hijo
jugando con sus primos, sonriendo indiferentes a la realidad en la que viven,
llenos de vida y alegría, sin conocimiento de lo que estamos viviendo. En mi mente también está la reciente llegada
a este mundo de un ser de luz que inicia su andar por este mundo, floreció del
vientre de mi hermana y hoy es un chapín más, un chapín más que deberá vivir, o
sobrevivir, en la Guatemala que hoy forjemos.
Esto no es el final, es el principio, hay mucho
por hacer y mil cosas por cambiar, el camino no será fácil y mucho menos corto,
pero es nuestro deber recorrerlo y dejar este lugar mejor que como lo
encontramos, es nuestro momento de decir basta ya, este no es el país que yo
quiero y lo vamos a transformar juntos, por lo que aún no llegan, por los que están
iniciando su vida, por ellos, por todos, es momento de recordar que todos somos Guatemala y en nuestras manos
esta forjar el futuro y presente de esta tierra.
Así es que escuchen bien gobernantes, escuchen aún
mejor candidatos a gobernantes, este pueblo se cansó, este pueblo no aguanta más,
suficientes muertos hemos dado ya, suficiente hambre ha pasado nuestra gente,
suficiente ausencia hay a mano de la delincuencia, suficientes abusos hemos
tolerados, ¡NO MAS!, ¡BASTA YA!, quince
millones de guatemaltecos alzan la voz y les recuerdan que es el pueblo el que
manda aquí.
Que cada uno tome sus acciones y empiece a
cambiar la realidad desmoralizante en la que vivimos, se lo debemos a todos,
nos lo debemos a nosotros, hagamos a un lado la indiferencia, desterremos al
miedo, destruyamos los privilegios, hagamos que la ley se cumpla, hagamos
sentir lo especial que es Guatemala.
Con el alma aun emocionada, con las manos
temblorosas y la mirada liquida yo me comprometo a dar lo mejor de mí, a dejar la
indiferencia, a aportar desde el lugar en el que me encuentre y, por sobre
todo, a enseñarle a la nueva generación su historia, no podemos dejar que la
repitan, ¡NUNCA MAS!
Vos, ¿a que te comprometes?