viernes, 14 de junio de 2013

Volando Alto

Retornando de un viaje más de trabajo, y después de una semana llena de actividades, reuniones y satisfactorios avances en el proyecto que tenía como meta apoyar en estos días pasados, me encontraba en el aeropuerto de aquel vecino país, eran las siete de la mañana y trataba de despejar mi mente con un delicioso café con leche y un croissant relleno de jamón y queso

Mi mente divagaba mientras veía por la ventana las decenas de decenas de personas, vehículos de todo tipo y aviones transitando las diferentes pistas del aeropuerto, eventualmente retiraba mi vista de la ventana y veía el tráfico de personas entrando a aquel recinto, algunos agotados, como yo, después de  días y noches de trabajo y con la mirada llena de cansancio y felicidad de volver a casa, otros en sus mejores galas preparándose para un destino vacacional, unos más en un viaje de visita a ese ser que hace mucho no ven, eran cientos de personas las que ingresaban en aquel recinto, esperando abordar un avión que los llevara al destino programado.

Mientras mis sentidos despertaban lentamente, el café empezaba a hacer efecto, y las personas entraban y caminaban como hormigas en jardín, mi vista se fijó en un solitario hombre mayor, alto, robusto, pelo blanco, ojos verdes y maleta ejecutiva en mano que buscaba un lugar para sentarse mientras tomaba su café, el lugar estaba lleno y no habían mesas disponibles, pero mi mesa tenía 3 espacios libres, así que le hice una señal que el entendió inmediatamente y se dirigió a mi mesa agradecido por el gesto, y es que yo también estuve en su situación varias veces y me hubiera encantado una gentileza de aquel tipo.

Al llegar me dio la mano en forma de saludo, se sentó frente a mí y empezó a conversar como si fuéramos amigos de toda la vida, cosa que me divirtió agradablemente, me contó de su viaje, de su familia, de su hija que próximamente contraería nupcias, de su gato que ronroneaba por las noches y en los hoteles le costaba dormir si aquel peculiar sonido y tantas más cosas que la verdad ya no recuerdo todas, yo asentía y reía eventualmente cuando alguna anécdota divertida me contaba o cuando su acento extranjero le complicaba ciertas pronunciaciones en español, y después de un rato, se quedó pensativo como notando que llevaba varios minutos en aquel extenso monologo y como queriendo hacer conversación me pregunto…

-          Y su vuelo a qué hora sale mi amigo – me dijo.
-          En dos horas, vine muy temprano por el tráfico de viernes
-          A mire que bien, y ¿A dónde se dirige?
-          A casa, voy de vuelta a Guatemala.

Sus ojos cambiaron inmediatamente, se llenaron de una mezcla de curiosidad y pesar, y sin poderlo evitar expreso sus siguientes palabras

-          ¿Allí casi todos son narcos verdad? – lo dijo sin deseo de ofender, realmente quería saber y así lo entendí.
-          Allá, en mi Guate,  hay una cultura riquísima, tenemos historia y reliquias, estamos llenos de tradiciones, por nuestra tierra pasaron todo tipo de personas desde hace milenios, desde Mayas hasta hoy, eso hay en mi Guate. – le dije con el pecho lleno de orgullo – a su pregunta de si hay narcotráfico, le puedo responder que sí, tanto como en otros países consumen drogas, pero eso no es mi Guatemala, eso es solo una parte diminuta que los periódicos informan continuamente, sin mala intención quisiera pensar.

Su mirada evidenciaba que no esperaba esa respuesta, y su mente estaba como cambiando una imagen que tenía guardada que había sido formada por quien sabe que información

-          Mire, pero en su país ¿hay muchos Indios y por eso no progresan verdad? – dijo como niño que quiere saber todo de un lugar pero que se percató, tarde, que había hecho una pregunta ofensiva.
-          En mi país, estimado señor, somos guatemaltecos, somos de muy variados tonos de piel, de diferentes ideologías, de diferentes religiones y con muchas costumbres y orígenes distintos, pero por sobre todas las cosas, lo que hay es guatemaltecos. – dije con el ceño un poco serio dándole a entender que si seguía preguntando en ese tono, esperaba que pensara mejor sus cuestionamientos.
-          Disculpe – dijo inmediatamente, notando el cambio en mi tono de conversación -  no quiero ofender, solo quiero saber un poco de su país, es que me pareciera muy diferente al que a mí me han contado.
-          En mi país mi amigo – dije en un tono más relajado, como aceptando su disculpa -  tenemos problemas serios y profundos, y estamos tratando de mejorar, por lo menos varios de nosotros, no somos perfectos y tenemos mucho que aprender, pero si lo que quiere es saber cómo es Guatemala, le puedo decir que. Somos un país  de personas cálidas y que dan la bienvenida al turista, estamos llenos de gente trabajadora que amanece antes que el sol y duerme después del anochecer, que sus manos  en el azadón y el sudor de su frente labra el futuro de sus hijos, que se tiende la mano cuando ve un necesitado. Estamos llenos corazones grandes, de cerebros talentosos y de almas nobles. Tenemos mucho que puede visitar, tenemos volcanes y playas, caribe y pacífico, tenemos cordilleras y planicies, climas cálidos y fríos, sitios mayas, pueblos pintorescos y ciudades coloniales, lugares modernos y antiguos, tenemos naturaleza, tenemos tanto que es bello ver, pero sobre todo, lo más bello de mi país somos sus ciudadanos, los guatemaltecos que cada día salimos a dar la cara llenos de orgullo por nuestra gente, por nuestros hijos, por nuestro país, queremos aprender de nuestra historia y crecer, buscamos cada día un momento bello para compartir, buscamos dejar algo mejor a nuestros hijos, y aunque la tarea no es fácil lo hacemos con pasión, con amor, con compromiso y con el alma agradecida de haber nacido en este pedazo de paraíso.
-          Guau…. – dijo con cara de sorprendido y yo quise cerrar mi discurso de una forma que él nunca lo olvidara y siempre recordara lo que es realmente mi Guatemala –
-          No somos perfectos y tenemos mucho por mejorar, estimado amigo, pero por favor no juzgue mi país, ni a ningún otro, por un grupo de su población, por una parte de su realidad, o por una historia sin tratar de comprenderla…

Yo notaba la emoción circular por mi cuerpo y veía la mirada de mi nuevo amigo llena de curiosidad y un poco de emoción contagiada, algo de mí ser me decía que había logrado sembrar una semilla de curiosidad u optimismo en él, que en su mente se dibujaba una opción diferente a lo que alguien le había contado, mi corazón estaba vibrante de emoción de solo pensar que había logrado cambiar la percepción de una persona.

Contrario a lo que yo quería hacer en mi cierre de conversación, dejarlo a él con un mensaje que no olvidara, fue él quien dijo unas palabras que no podré olvidar jamás

-          Yo te pido, mi buen amigo guatemalteco, que sigas contando a quien mires de ese país tuyo que no conocemos, porque quien me contó de un país desastroso fue un paisano tuyo que exclamaba de dolencias y tristezas, jamás me contó de bellezas, riquezas, oportunidades y gente luchadora…

No pude más que callar y guardar en mi mente aquella frase, mi nuevo amigo caminaba ahora hacia su puerta de embarque después de darnos la mano en señal de despedida, yo hacía lo mismo pero en dirección contraria con la mente hecha un remolino entendiendo que la forma en que nos ven los demás países es la forma en la que nosotros mostramos nuestro terruño. Y es que cuando los extranjeros logran vencer el terror que nosotros mismos les infundamos se van maravillados de nuestro país, les dicen a sus amigo y familiares de las bellezas que encontraron, vienen cada oportunidad que tienen y nos agradecen por mostrarles nuestro tesoro que tantas veces nosotros mismo dejamos de ver y hasta escondemos.

Yo quiero que vean la belleza de mi país, sin ocultar la verdad y sus carencias, pero mostrando todo aquello bello que tenemos, y que es más, para que lo malo que escuchen sepan que no es la totalidad de las cosas, son más bien oportunidades que debemos afrontar como país, pero no son la Guatemala que yo tanto amo y que tantas cosas bellas tiene. Y que sepan que somos chapines que día a día luchamos por hacer este el país que soñamos, el país que queremos, el país que nos merecemos.

¿Me ayudarías a mostrar esa otra Guatemala que los periódicos no muestran?
¿Te comprometerías a día a día hacer algo por mejorar tu, y por ende, nuestro país?
¿Te atreves a seguir soñado con un mañana mejor y amanecer diferente?



jueves, 6 de junio de 2013

Escuchando

En la alegre tertulia que acompañaba aquel almuerzo se mezclaban todo tipo de temas, desde las películas más taquilleras del momento, las series que algo nos dejaban de mensaje, los documentales vistos por muchos y las películas de niños que tanto mensaje dejaban en algunos casos, todo aderezado de sonrisas, alegre conversación, algunos gritos y en general un ambiente festivo y agradable en el que todos liberábamos un poco las tensiones acumuladas a lo largo de la primera media jornada laboral recién terminada.

Todo estaba en calma hasta que temas un poco más profundos iniciaron a salir al ruedo, cuando los comentarios emergieron y desenfada-mente se expusieron temas como la violencia, la pobreza, las razones del subdesarrollo, fórmulas mágicas y simples para solucionar los temas, racionales de porque estamos como estamos, negaciones a realidades evidentes y crítica hacia sectores específicos

Fue impactante escuchar cuan encerradas en su burbuja de irrealidad pueden estar algunas personas, muchas sin notarlo, cuan ajenas a la realidad del país y a la profundidad de las raíces de los muchos males, es impactante cuando muchos no logran ver la inequidad reinante, el racismo, la discriminación de todo tipo, las necesidades criticas sin resolver, la corrupción imperante y el manejo de masas, valiéndose de su carencia de conocimiento, para ser utilizadas como escudo de seres que se esconden tras de ellos buscando intereses personales.

Dijimos lo mucho que se habla de corrupción pero al mismo tiempo se utilizan medios fraudulentos para pagar menos impuestos, se habla de irrespeto pero se discrimina diariamente por cualquier excusa, hablamos de cómo se habla de no robar pero se compran películas piratas, como se exige pero no se da, como el problema no es de cabeza de gobierno, es de población, es de todos nosotros que permitimos este tipo de actos y en algunos casos los cometemos.

Quede pensando cuán importante es enseñar a todos los guatemaltecos la realidad del país en que vivimos, cuán importante es dar oportunidades a todos y proveer educación, salud, nutrición, y entender que cuando las oportunidades mejoren el país como un todo mejorará, me impacto percibir, aun cuando no se expreso abiertamente, como muchas personas no son conscientes de la situación tan privilegiada que tienen.

·         ¿Tenes para comer a diario? Sos minoría
·         ¿Tenes con que vestirte? Sos minoría
·         ¿Pudiste estudiar secundaria? Sos minoría
·         ¿Pudiste estudiar en la universidad? Sos elite
·         ¿Tenes trabajo estable? Sos un pedacito del todo
·         ¿Tenes todo lo anterior?....

Es complejo no impactarse con este tipo de indiferencia, aunque sé que es, en parte, falta de conocimiento y  falta de exposición a la realidad del país, es importante que como país aceptemos nuestra realidad, nuestro estatus actual, nuestro actuar hoy como nación y a partir de allí iniciemos un cambio conscientemente.

Paso a paso,

1.       Si queremos una sociedad tolerante entonces seamos tolerantes con los demás
2.       Si queremos una sociedad de dialogo entonces dialoguemos sin agresión
3.  Si queremos enriquecernos de las diferencias aprendamos a respetar las diferencias, a nos discriminar, a escuchar sin juzgar y expresar con respeto
4.       No impongamos, no juzguemos
5.       Enseñemos y expresemos con paciencia.

Paso a paso podemos lograr una mejor sociedad, siempre que estemos claros que el cambio inicia en nosotros y no en el presidente, en que se vale tener criterios de cualquier tipo siempre que estén sustentados por nuestro propio análisis y no por lo que “alguien dijo que le contaron”

Podemos ser diferentes, podemos ser mejores, la pregunta clave es ¿queremos ser diferentes?

A sorbos

Sorbo a sorbo se va consumiendo el café de aquella mañana, día nublado de junio en el que el cielo parece informar que pronto dejará caer go...