miércoles, 28 de noviembre de 2012

Recuérdame


Recuérdame como era antes,
Como era cuando en mis ojos podías ver mi alma sin obstáculos,
Como era cuando en mis labios se dibujaban mis sentimientos sin miedo,
Como era cuando la candidez era mayor que la astucia y en mi ser no había planes

Recuérdame como era cuando mi tiempo aun iniciaba,
Como era cuando en la brisa del mar se perdía mi mirada y en mi mente flotaba al más allá,
Como era cuando una caricia tierna me hacía soñar y una mirada picara me podía enrojecer,
Como era cuando eran pocas las respuestas que sabía pero eran muchas las preguntas que tenia

Recuérdamelo por favor pues hoy necesito recordar,
Quiero traer a mi mente como eran las cosas antes de que esta armadura de ironía pesara tanto,
Quiero recordar cómo fueron las cosas cuando esta mascara de buen humor no hería mi alma,
Quiero volver a vivir cuando este escudo de indiferencia no desgarraba mi ser ni nublaba mi vista.

Quisiera volver a aquellos días en los que no tenía mucho pero tampoco necesitaba más,
Volver a aquellas mañanas en que el sol al amanecer era testigo de mis sueños y fantasías,
Acariciar de nuevo el momento en que el tener no era una prioridad y el amar era necesidad
Llévame de vuelta a los días en que lo más poderoso era mi voluntad y tu mirada.

Hace mucho que soñar está limitado al momento en que duermo,
El poder vivir ha sido desplazado por el simple hecho de existir,
La sonrisa en la mascara poco a poco se ha desgastado y ya casi no se ve,
La certeza buscada ha dejado por fuera el idealismo que aviva la llama de la caridad.

Recuérdame por favor como es que llegue aquí,
Como es que cada día mis sonrisas fueron menos y mis enojos más,
Como es que poco a poco deje de ser yo y empecé a ser este que soy hoy,
Cuando fue que sin darme cuenta deje callar a ese niño que dentro de mí avivo los momentos más dulces.

Recuérdame como era antes,
Cuando entre risas pasaba el tiempo y en tus manos podía volar sin pensar,
Cuando fue que la lógica mato la ilusión y mi mirada perdió el brillo,
Cuando fue que perdí la batalla y tristemente me volví adulto.

Ayúdame te imploro que no puedo seguir así,
Necesito tocar la tierra y sentir su vida,
Necesito ver la luna y dejarla iluminar mis días,
Necesito respirar el frio aire de invierno y llenar mi alma de sueños otra vez.

Quiero ser yo y dejar ir a este que soy y no conozco,
Necesito volver a vivir y dejar de simplemente existir,
Necesito acariciar almas y regalar lo poco que se,
Necesito ser y nada más.

Ayúdame a recordar como era antes, tal vez así encuentre el camino de vuelta a ese yo que tanta falta me hace y que hoy necesito junto a mí.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Ya casi viejo, ya casi


Ya casi viejo, ya casi dejas ir el último suspiro y sueltas tus brazos de aquello que tanto amaste, de aquello que con tanta pasión defendiste, de aquello que con toda el alma viviste, porque hay que aceptar que viviste la vida como la canción de Frank Sinatra, según tus reglas, según tu gusto y según tu filosofía, hubo heridos en el camino, claro que los hubo, pero nadie podrá decir que alguna vez te quedaste con las ganas de vivir a tu antojo y marcando tu propio camino.

Y es que es en estos momentos, en que te veo frágil y cansado, cuando las arrugas surcan tu rostro y tus escasas canas llenan tu cabeza, que se llena mi mente de recuerdos y momentos de un abuelo amoroso, estricto y querendón, que inculco disciplina, que enseño de responsabilidad y que entre burdos juegos y toscas caricias mostro su niño interno, ese que nadie cuido en tus años mozos y que tanto dolor ha traído a tu alma el resto de tu vida, ese niño interno que hacia salir de aquel hombre canado y mal humorado al más tierno de los abuelos.

Ya casi viejo, ya casi te liberas de ese cuerpo añejo y problemático que tantos achaques carga en su haber, en poco tiempo veras elevarse tu alma y dejaras caer todas tus pesadas cargas, sentirás de nuevo la vida correr en ti y con la sonrisa sabía que da el tiempo podrás sentirte satisfecho de haber evolucionado y aprendido, además de haber enseñado, fue la vida la que con sus golpes y tirones te enseño eso que no tuviste la oportunidad de aprender en tu infancia con amor y caricias, pues no hubo quien te cuidara con cariño y esmero, el camino fue más largo y tortuoso para ti, pero finalmente conseguiste el objetivo y estás listo para el siguiente nivel.

Son incontables los momentos, mi querido viejo, en que reímos juntos y disfrutamos las cosas simples de la vida, ¿recuerdas cuando contemplábamos el camino que nos conducía a La Antigua?, cuando a ritmo de la marimba y compartiendo risas veíamos cada detalle, manejabas sin prisas, escuchando como en el radio del carro anunciaban la siguiente melodía y me contabas la historia de aquella canción, mitad datos históricos mitad historia con tus matices personales.

Ya casi viejo, ya casi descansaras y podrás ir de nuevo a todos aquellos lugares que tanto te gustan, Xela, San Antonio, La Antigua, el Puerto y el mundo, cometiste errores y fueron muchos he de decir, muchos más del promedio la verdad, pero quien es el mundo para juzgarte, quien es el mundo para señalarte, si es solo tu vida la que da razones de tu actuar y es únicamente tu historia la que demuestra los porqué de tu sentir, es allí donde encontramos las razones de esa mirada triste que se escondía tras tu amplia sonrisa y los vapores del alcohol, esa mirada que solo era cambiada por un brillo de felicidad cuando te convertías en el Santa Claus de todos los niños a tu alrededor, tal vez en esos momentos llenabas aquel vacío que tanto te marco y hasta este día empiezo a entender.

Recuerdo con claridad la variedad de personajes y de historias que aderezaban tus relatos, fueron muchos los famosos que pasaron junto a ti y te brindaron su amistad, por decir lo menos, artistas, diplomáticos, presidentes, dictadores, escritores y demás seres importantes de tu tiempo, jamás sabré hasta donde llegaba la realidad y donde iniciaba la fantasía, pero has de saber que fueron tus historias la inspiración de muchos cuentos y tu vida el ejemplo de libertad más puro que mis ojos han podido ver, un alma libre e incomprendida la tuya, que repartía amor a quien lo quisiera en sus años locos, años que se extendieron hasta hace poco tiempo.

Ya casi viejo, ya casi cerraras los ojos por última vez, no temas, no te preocupes, lo que habías de hacer aquí ya lo hiciste, así que cuando el momento llegue emprende el camino sin temor y sin preocupaciones, vete sonriente de que tu descendencia aprendió lo que debía y sabremos seguir nuestro camino, recordando nuestras aventuras, comentando tus locuras, extrañando tus detalles, amando tus recuerdos.

Que otro nieto puede contarle a su hijo de las aventuras que vivió con su abuelo, en una cantina en San Felipe, esa que estaba junto a la iglesia del pueblo y en donde nos reíamos sin parar, tu tomando tu octavo con botana de revolcado y yo comiendo mis piloyes con tortilla mientras éramos el centro de atención de todos los comensales, quienes veían a un niño fuera de lugar en aquel lugar, sin saber que éramos dos los niños los que compartíamos en aquel momento, simplemente uno de los dos había crecido y trataba de olvidar volviéndose niño otra vez, tiempos aquellos en que la chirimilla endulzaba el ambiente, la marimba cálidamente abrazaba el lugar en el que un abuelo y su nieto compartían como iguales.

Ya casi viejo, ya casi te me vas para vivir únicamente el espacio de mi recuerdo, y aunque no puedo decir que todo fue color de rosa y tuvimos diferencias intensas, tuvimos palabras duras el uno para el otro y momentos de distancia muy marcados, el tiempo me enseño a entender que parte del problema fue mi inmadurez y la otra parte serás tu quien la identifique, pero esto poco importa ya y en nada afecta mi sentir hacia ese hombre que en la dureza de su existencia supo encontrar un momento especial para compartir conmigo y mostrarme la belleza de la vida, con una óptica totalmente diferente.

Ya casi viejo, toma mi mano y guía mis pasos con tu sabiduría, recibe mis abrazos y agradecimientos, pero sobre todo déjame decirte que fuiste el mejor abuelo que pudiste haber sido y te lo agradezco

Ya casi viejo, ya casi…

A sorbos

Sorbo a sorbo se va consumiendo el café de aquella mañana, día nublado de junio en el que el cielo parece informar que pronto dejará caer go...