miércoles, 6 de junio de 2012

Tecnología y la vejez


Tecnología, dícese de esa herramienta útil para facilitarnos la vida, que hace que las cosas se realicen con menos esfuerzo, que minimizan el tiempo de forma que nuestras tareas sean más sencillas, es importante tener en cuenta que la tecnología no es nueva,  que existe en nuestro mundo desde hace milenios, la palanca es uno de los grandes ejemplos, los planos inclinados, la polea, etc. Todas aquellas pequeñas innovaciones de su tiempo hicieron que se facilitara el trabajo en cantidades inimaginables y muchas de aquellas innovaciones aun siguen vigentes hoy en día.

Hoy la tecnología está en la mente de las personas como aparatos electrónicos que hacen casi cualquier cosa y que nos evitan tareas que antes requerían atención, tiempo, esfuerzo y sobre todo trabajo, y como la tendencia humana, descrita en la ley del mínimo esfuerzo, es hacer la mayor cantidad de cosas con el menor esfuerzo posible, la tecnología se ha convertido en aliada natural e indispensable en nuestro diario vivir

Ejemplos de gran ayuda los podemos contar por cientos y en los mas diferentes ámbitos, empezando por la casi indispensable computadora personal de hoy en día, pasando por el teléfono inteligente, que no es muy inteligente pero que si ayuda de sobremanera, llegando al fantástico horno de microondas que nos ayuda a calentar comidas en minutos en lugar de horas, como dije los ejemplos se cuentan por miles y están presentes incluso en aquellas cosas que no nos imaginamos, alimentos, agricultura, etc. Siempre haciendo de nosotros las “víctimas” de una vida más fácil.

Uno de estos artefactos tecnológicos que velan por el buen estado de la salud me fue regalado para mi cumpleaños número 35, el regalo fue entregado amorosamente por mi esposa y mi hijo con el afán de que monitoree mi ritmo cardiaco y quema calórica, además de muchas otras variables que aun no entiendo, mientras me ejercito, habito que este año estoy tratando de retomar en mi vida para ganar un poco de vida y salud.

Este aparato nos indica el rango en que nuestro corazón se ejercita, si estamos bajo el mínimo necesario para metabolizar grasa o estar en el rango optimo para tener un ejercicio aeróbico o si bien por el contrario estamos sobre ese límite superior y estamos poniendo en riesgo nuestro centro de vida y debemos reducir nuestra actividad de forma que podamos continuar ejercitándonos pero sin riesgo y en la zona correcta

Como niño con juguete nuevo instalo el especializado aparato en mi pecho y un reloj en mi mano izquierda sirve como monitor, ya el día anterior me había dedicado a ingresar todos mis datos en ese mini computador como la edad, estatura, peso, sexo, nivel de actividad o de inactividad, etc. Y todo lo anterior daría la información necesaria para lograr un monitoreo y alertas para mantener un entrenamiento físico optimo, basado en mis objetivos y cuidando mi salud, es casi como tener un medico al pendiente de nosotros mientras entrenamos, ESPECTACULAR

Llego al gimnasio, muy orgulloso de mi nuevo implemento y esperando que todos noten mi nuevo reloj, subo las escaleras que me llevan al salón de spinning, veo la bicicleta que voy a utilizar, me acerco ansioso por empezar mi diario ejercitar, pongo mis manos sobre la bicicleta y justo en ese momento y como por arte de magia mi reloj empieza a emitir un pitido insistente, desesperante, pidiendo atención inmediata y al momento, imagine que tenía algún tipo de alarma y que casualmente esta estaba en la hora que iniciaba mi clase, volteo a ver la pantalla del mismo, enfoco mi vista con un poco de dificultar y casi me voy de espaldas cuando vi el mensaje que aparecía en pantalla

-          “Alerta está usted arriba del máximo permitido, reducir nivel de actividad física”

¡QUE! Entiendo que mi condición física no sea de un quinceañero, entiendo que no soy maratonista ni un triatlonista como hace años lo fui, pero que me de alerta de exceder el máximo de mi capacidad cardiaca por VER la bicicleta, ¡no me dio tiempo ni de subir un pie en el pedal!, esto realmente es vergonzoso, preocupante y más que nada ese pitido es delatador pues TODOS en el salón se dieron cuenta, incluyendo el viejito de 70 años que hace 2 clases diarias, humillante realmente.

Entonces que es mejor, subirme a mi bicicleta y sudar como degenerado sin preocuparme de mi frecuencia cardiaca, o únicamente VER la bicicleta y sentarme a ver como los demás queman calorías porque yo ya me excedí de mi límite

La tecnología nos dice viejos y oxidados con tal transparencia y sin tacto alguno…

(Ya le quite el sonido al relojito, así por lo menos ahora solo yo me doy cuenta de las alertas y ellos solo me ven la cara de muerto cuando llevo 5 minutos de clase)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nos encanta leer tus comentarios, por favor dinos que piensas

A sorbos

Sorbo a sorbo se va consumiendo el café de aquella mañana, día nublado de junio en el que el cielo parece informar que pronto dejará caer go...