Era el 29 de diciembre del año 1996 y he de confesar que mientras veía en la televisión como el parque central de Guatemala se llenaba de alegría y esperanza, mientras los miles de chapines presentes en ese lugar se abrazaban fraternalmente olvidando viejas diferencias, mientras los que veíamos por televisión y los que en aquel solemne acto se encontraban presentes físicamente entonábamos el Himno Nacional, mientras Guatemala entera ponía sus ojos en ese acontecimiento histórico yo derramaba lagrimas con uno de los sentimientos mas intensos del que mi mente tenga noción, abrazando mis rodillas en la esquina de mi habitación, cada estrofa de nuestro Himno tomaba un nuevo significado y me hacia balbucear su letra entre mi entrecortada respiración, veía como en un papel se firmaba la paz, veía como se hacían presentes “chafas” y “guerrilleros” de los más altos rangos, veía con esperanza que en ese momento finalizaba la confrontación que cientos de miles muertos dejo en sus 36 años de duración y varios cientos de miles de desaparecidos, veía con estúpida esperanza como se abría la puerta de una nueva realidad para mi país, y pensaba que la sangre derramada de tanto compatriota estaba a punto de finalizar, la inocencia de la juventud
Pensé que por aquellos días realmente iniciaba la paz, el derramamiento de sangre llegaba a su fin, y las ideologías distintas ayudarían a complementarnos y lograr un objetivo común, progreso y bienestar para todos los guatemaltecos, oportunidades para los que quieran tomarlas, preparación para quienes inician su trayecto por esta vida, en fin, mi imaginación pintaba una serie de nuevos rumbos y cosas buenas para mi querido país, en mi inocente cerebro pasaba la idea de que realmente era un abrazo fraternal el que se daban las dos facciones confrontadas y decidían tomar un nuevo camino, reconciliación, búsqueda de la verdad, ese momento crucial parecía anunciar una paz “firme y duradera” como dice el referido documento, muchos, al igual que yo, derramaban lagrimas recordando a los caídos, recordando a quienes dieron su sangre, su vida y su espíritu en búsqueda de defender un ideal, y en la voz del Himno Nacional recordábamos con dolor el correr de la sangre y con esperanza nos abríamos a un futuro distinto.
Quince años han pasado desde aquel día emocionante, hoy con bombos y platillos anuncian la celebración de 15 años de paz, políticos y diplomáticos hablan de aquel especial día e invitan a la sociedad a que salga a las calles a festejar el acontecimiento, se pavonean unos y otros diciendo que fueron ellos los que más trabajaron para la firma de la paz y todos dicen que es gracias a su personal intervención que se logro finalizar con un conflicto que dejo miles de huérfanos y viudas, y que dejo a miles de madres, padres, abuelos, etc. Sin ese ser amado que fue abatido por un conflicto que muchos no entendieron, ideologías que muchos no comprendieron.
Vale decir que en 15 años, los asesinatos se han incrementado a niveles superiores al tiempo en el que “no estábamos en paz”, las diferencias continúan, los problemas de fondo son los mismos y la pregunta clave aquí no es la que la mayoría piensa, aquí la pregunta no es ¿Qué han hecho los gobiernos de turno?, la pregunta tampoco es ¿Qué han hecho los presidentes que han desfilado?, la pregunta más intensa es, ¿Qué hemos hecho cada uno de nosotros?, ¿Como hemos tendido la mano al necesitado?, ¿hemos escuchado o seguimos intentando gritar más alto?, ¿hemos entendido al prójimo o seguimos imponiendo nuestra voluntad?
¿Cómo hemos inculcado a nuestros hijos tolerancia a las diferencias?, ¿cómo les estamos enseñando la historia de nuestro conflicto armado?, ¿cómo estamos asegurándonos de que la historia no se repita?, ¿cómo estamos haciendo para dejar de quejarnos y que nuestras manos ejecuten alguna acción que por lo menos inicie un cambio y evite repetir la misma historia?, ¿qué hacemos queridos chapines por tener en el futuro una Guatemala distinta?, si la respuesta es NADA, entonces creo que tenemos la certeza de saber cómo será el futuro próximo.
Leo artículos de prensa y escucho a las personas hablar de los derechos de los pueblos mayas, de los derechos de las mujeres, de los derechos de los indígenas, de la ley de pueblos mayas, etc. ¿Cómo podemos hacer eso? Los derechos, responsabilidades y leyes son para todos los guatemaltecos sin importar credo, raza, género, etc. ¿cómo podemos seguir haciendo distinciones y fomentando pelea de clases sociales y económicas?, ¿No aprendimos de lo que nos ha pasado?, ¿Como seguimos dándole votos a populistas?, ¿Como seguimos creyendo en politiqueros?, ¿Es que acaso el baño de sangre no fue suficiente para quedar en nuestra memoria?, ¿No es claro que esa no es la forma de lograr avanzar?
Si queremos que esto no suceda de nuevo contémosle a las nuevas generaciones lo que sucedió y como sucedió, y enseñémosles con toda la seriedad del caso a
• Escuchar mejor en lugar de gritar mas
• Entender las razones de los demás en lugar simplemente querer imponer las propias
• Que las diferencias pueden enseñar nuevas formas de hacer las cosas y no son amenazas
• Que quien piensa distinto no es enemigo y tiene derecho a pensar como quiera
• Que la fuerza no soluciona los problemas
• Que la educación es la llave de la verdad y no la fuerza
• Que compartir llena más que quitar
• Que nadie es más ni menos que ellos, sin importar cuán diferente pueda parecer o pensar
Hoy tenemos más asesinatos, saqueos, secuestros y robos que en la época de guerra, hoy la ley se viola con tanta facilidad como hace 15 años, hoy la corrupción sigue estando presente a todo nivel y reina campante la indiferencia, hoy la gente sigue muriendo de hambre, hoy la democracia nacional sigue siendo un circo y las carencias de educación, seguridad, salud y progreso siguen presentes en todo el territorio nacional
Si quieren celebrar que hace 15 años dimos el primer paso hacia un futuro mejor, pueden hacerlo, pero yo hoy me siento avergonzado, de haber dejado pasar 15 años y seguir en el mismo punto
Pueden celebrar los 15 años de la firma de un documento, pero quien pretenda celebrar la paz no tiene claro cuál es la realidad nacional, quienes dieron su vida por una Guatemala mejor merecen más que un simple evento de conmemoración, merecen como mínimo ver a su país caminando hacia un futuro mejor.
No dejemos que la sangre derramada por nuestro pueblo sea olvidada, seamos el cambio que queremos o muramos en el intento.
Este es un lugar abierto a comentarios, ideas, pensamientos, artículos, queremos compartir y aprender. Queremos mostrar los primeros pasos de una historia, tal vez sea aqui donde se complete, por favor pasen adelante.
jueves, 29 de diciembre de 2011
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