Por alguna razón el tiempo pasa más rápido, se escapa entre suspiros y respiros, lo vemos pasar entre obligación y trabajo, se nos va entre parpadeos, como siendo cada vez más consientes que desde el día que llegamos el contador empezó la cuenta regresiva y, aunque no sabemos hasta dónde llega nuestra historia, por seguro sabemos que cada vez queda menos tiempo para disfrutarla
Con el paso del tiempo, las heridas se cierran, aprendemos a ver las cicatrices con empatía y, algunas veces, hasta con sonrisas y agradecimiento, aprendemos que los momentos son únicos, que nuestra energía debe ser cuidada, también aprendemos que muchos momentos que vivimos no volverán jamás, por lo que aprendemos a atesorar los nuevos momentos.
La nostalgia algunas veces nos alcanza al entender que el primer enamoramiento fue único, la primera ruptura de corazón también, y que por más que el tiempo pase y que vivamos el día a día, aquellos sentires no volverán jamás, algunas veces sin saberlo le dimos un obsequio invaluable a alguien que tampoco supo que lo estaba recibiendo, es esa crueldad del desconocimiento.
Y aunque hoy podemos crear nuevos momentos, nuevas historias y nuevos caminos, también es cierto que lo vivido, con todos su matices y encantos, es una parte de nuestra vida, se llevó un pedazo de nuestras almas, arranco un pedazo de nuestro corazón, le dimos lo más preciado que tenemos, tiempo, ese que se va para no volver y que con su paso nos hace menos jóvenes, algunas veces mas sabios, pero sobre todo, mas conscientes de su limitado inventario en nuestras vidas.
Algunas veces la añoranza es fuerte, y quisiéramos sentir como cuando teníamos el alma joven y el corazón intacto, para que las alegrías y el asombro fueran plenos, y las tristezas intensas, hoy, hasta las heridas parecen doler menos, y las sonrisas tener un poco de opacas en su vivir.
La melancolía algunas veces es una dura compañía, no es bueno dejarla entrar mucho tiempo, pero cuando llega es bueno escucharla, vivirla y sentirla, tal vez aun tengamos tiempo para seguir creando caminos al andar, historias al vivir, sonrisas al compartir, solo la vida lo sabrá.