miércoles, 27 de septiembre de 2017

Construir juntos.

Miradas tan distintas de un mismo tema han hecho que, algunos sin querer y otros con toda la intención del caso, caigamos en una confrontación que no nos beneficia, por lo menos no beneficia a quienes queremos un cambio y una mejora en la realidad actual de nuestro país, a quienes de seguro si beneficia esta confrontación y división es a quienes desean mantener esta realidad mucho tiempo más, la confrontación solo está beneficiando a esos que durante décadas han puesto y quitado presidentes a su antojo, han financiado campañas a espera de favores y a los políticos que han hecho de ese negocio, un negocio muy rentable si vemos los números que han ido saliendo a luz en estos últimos años, un estilo de vida, una forma de llegar a la riqueza a través de favores, de hacerse de la vista gorda, de seguir beneficiando un reducido grupo de la población a costa de la miseria de muchos.

Entonces, si vemos los comentarios, leemos los artículos, revisamos los acontecimientos y tratamos de analizar con la mente fría, por decirlo de alguna forma, encontramos que hay un punto en el que todos, o por lo menos la gran mayoría, coincidimos.  Coincidimos en que la corrupción NO PUEDE NI DEBE ser tolerada nunca más y a NINGUN nivel, estamos claros que el costo que esto ha traído al país es enorme, el costo humano, el costo de competitividad, el costo de desarrollo.  Entonces, podemos decir que la gran mayoría de la población estamos alineados en el “QUE”, no más corrupción, no más pagos bajo la mesa, no más beneficios selectivos a cambio de favores, ¡NO MAS!

Ahora bien, lo que ha desatado grandes discusiones y ríos enteros de tinta es lo relativo a “COMO” continuar el camino hacia allá, algunos tachan el tema de algo de izquierdas que quieren dar un golpe blando, los otros dicen que los de derechas quieren mantener los beneficios, unos a favor de ciertas instituciones y otros en contra, unos viendo complots y otros negando cosas que, cuando menos, parecen sospechosas, a ambos lados de la historia, y, como siempre, los grandes vencedores son los titiriteros que desde la tranquilidad de sus lujosas guaridas ven como, entre peleas y acusaciones, la población se va dividiendo y, por ende, se va debilitando un movimiento que podría generar un cambio profundo, ese que TANTO necesitamos y que ellos tanto temen.

Basado en lo anterior considero que es importante reenfocarnos en lo que todos, o la gran mayoría, tenemos en común, queremos luchar contra la corrupción, la impunidad, los abusos y los privilegios de algunos cuantos a costillas de la mayoría de la población; queremos generar un cambio y sabemos la responsabilidad que tenemos de conducirlo de una forma íntegra, transparente y enfocada, queremos un país mejor, queremos una ley que se cumpla para TODOS, queremos desarrollo, principalmente humano, para todos, queremos muy fuertemente, estar en PAZ.

Con toda esa energía en el ambiente, considero importante focalizarnos en los cambios que necesitamos; lo que hoy vivimos, es producto de haber llegado a unas elecciones, después de haber sacado al presidente anterior, con las mismas reglas que favorecen la impunidad, con las mismas reglas que han permitido un ciclo corrupto de campaña cada 4 años, las mismas reglas que permiten un congreso electo sin claridad ni transparencia, una presidencia por el “menos peor” (que por cierto siempre resulta siendo igual o peor que el anterior),  y así podemos seguir la lista.  Alineado a este pensamiento es importante que lo primero que busquemos cambiar son las reglas, por las que nos regimos todos, de forma que se rompa ese ciclo recurrente que no nos ayuda a generar un cambio real y que beneficia a unos cuantos.

Considero que es crítico el cambio en la ley electoral y partidos políticos, que se diseñen cambios profundos que permitan
·         Transparencia total en el financiamiento de los partidos y sanciones reales a quienes no cumplan las reglas, tanto para el partido como para el financista, acorde a una sociedad que busca erradicar viejas prácticas corruptas de pago de favores,
·         Que el voto por diputado sea por una persona y no por un listado, de forma que cada quien sepa quién es SU diputado y sepa que exigirle
·         Que las votaciones por congreso y por ejecutivo estén desfasadas (en medio del periodo presidencial votar por congreso y en medio del periodo de congreso votar por presidencia) de forma que tengamos poder de control sobre lo que el gobierno esté haciendo bien o mal.
·         Otras más que todos podemos ir agregando.

Si el presidente actual tiene que dar la cara a la justicia, por cualquier ilegalidad en la que pueda estar involucrado, que lo haga y luchemos por que se cumpla la ley para todos, iniciando con él. Si los diputados cometieron delito al aprobar modificaciones a la ley en busca de beneficio propio, entonces luchemos porque enfrenten la ley y sean juzgados y sancionados como corresponda, si hay más funcionarios que no cumplen con su deber o que se aprovechan de su posición para obtener beneficios, que sean perseguidos y juzgados, como debe de ser.  Que la indignación que nos llena con todos estos actos de corrupción sean el motor que nos mueva, como sociedad, hacia no permitir que se mantengan las reglas que hoy tanto nos perjudican.

Luchemos porque la ley se cumpla, pero no perdamos de vista los cambios que realmente necesitamos para salir de este ciclo continuo de corrupción que solo cambia “títeres” cada cierto tiempo mientras los titiriteros son los mismos desde hace mucho. 

Leamos nuestra historia, revisemos a conciencia quienes se han beneficiado de este sistema corrupto, en un país donde 6 de cada 10 viven en pobreza, en un país donde los monopolios, que están prohibidos en la constitución, son defendidos por el gobierno, en un país donde la salud, la educación de calidad, la protección y la seguridad son una “leyenda urbana” para la mayoría, en un país en donde el empresario honesto tiene cuesta arriba poder generar empleo digno, en un país en donde solo un selecto grupo tiene beneficios constantes e ilegales producto se sus alianzas políticas, en un país como este es muy fácil ver que la gran mayoría NO nos hemos beneficiado y exigimos un cambio.

Es importante que nos mantengamos unidos, que recordemos ese “QUE” que nos une, que dejemos de lado la discusión ideológica y que no caigamos en esa trampa que solo busca dividirnos, encontremos ese camino en común, luchemos por sacar adelante esta realidad que todos queremos, después podremos sentarnos a discutir acerca de nuestras ideologías, después podremos, como una sociedad que va avanzando, sentarnos discutir ideas, a alinear criterios y buscar soluciones en medio de nuestras diferencias, pero hoy debemos recordar y tener presente que lo que nos une es un llamado profundo de erradicar la corrupción y todo el daño que nos ha hecho y nos sigue haciendo, hagámoslo juntos, en hermandad, en armonía, civilizadamente y demostrémosle, a esos pocos que se benefician de la corrupción histórica que nos aqueja, que no caeremos en esa trampa, que somos más fuertes y que unidos estamos cambiando Guatemala.

Construyamos juntos, busquemos las coincidencias, enfoquemos nuestros esfuerzos y recordemos que, si nosotros no nos unimos en un frente común, perderemos una oportunidad única en nuestra historia de construir una sociedad mejor, y peor aún, si no nos unimos estamos abriendo la puerta para que, los titiriteros de siempre, se disfracen y se unan a algún grupo, frenando nuestro proceso de crecimiento.

No más corrupción Guatemala, no más divisionismo, no más pelear por pelear, necesitamos y merecemos un país mejor y una realidad distinta, debemos estar a la altura y construir juntos, aprendamos de nuestra historia y creemos unidos un futuro diferente, poniendo la primera piedra de cambio hoy.


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