-
¿Aló?
-
¿Cómo
va eso de la llamada?
-
Aun
nada señor presidente, hace casi una hora que el informante debió llamar y nada
aún.
-
Voy
para allá, quiero estar presente cuando entablen conversación.
-
Sí
señor.
Los
especialistas no alcanzaron a decir palabra, todos estaban intrigados del nivel
de importancia de aquella asignación, el mismo presidente de la república se
presentaría para escuchar de primera mano aquel dialogo, por otro lado, unos
minutos antes se había comunicado con ellos el ministro de Defensa indicándoles
total prioridad en realizar esta escucha y en formar un equipo especializado
para localizar al informante, desde hace algún tiempo que ya había un equipo en
persona rastreando al informante, pero esto no lo sabía el ministro. Como en tiempos de antaño, aquí no se
cuestiona, aquí no se pregunta, aquí se siguen órdenes, pero cuando menos, esto
resultaba extraño.
Minutos
después ingresaba en la habitación de control el mismo Presidente, hizo un
ademan para que nadie se levantara y se dirigió al jefe del equipo
directamente.
-
¿Que
sabemos de la llamada?
-
Nada
aun señor, está muy retrasada.
-
¿El
periodista sigue escondido en el hotel?
-
Sí
señor, tenemos vigilado el teléfono y no ha salido de esa habitación en ningún
momento desde que hablaron.
-
¿Tenemos
alguien vigilando en sitio?
-
No
señor, creímos que no era necesario.
-
¿Creímos?
– dijo a punto de perder el control – quiero personal en los alrededores de
inmediato, usted está aquí para seguir ordenes no para “creer”
-
Sí
señor, de inmediato.
Rápidamente
el jefe del equipo giró instrucciones por radio, converso con uno de los
supervisores del equipo y envió a otro supervisor a coordinar todo en el sitio,
le pidió llevarse equipo de comunicación para poder estar en contacto todo el
tiempo, el equipo se movía con gran eficiencia y cumplía los requerimientos del
Presidente.
-
¡Señor!
La llamada – dijo uno de los técnicos
-
Póngala
en altavoz y el resto silencio. – dijo el presidente.
En
las bocinas se escuchaba el timbrar del teléfono, todo el equipo estaba listo
para tomar notas, hacer llamadas, alertar jefes, etc.
-
¿Aló?
– se escuchó después del cuarto timbrar del teléfono.
-
¿Estás
en un lugar seguro? – dijo la voz al teléfono, el Presidente empuño las manos
en el acto y frunció el ceño levemente, había reconocido aquella voz
instantáneamente.
-
Si,
vine a un lugar en donde no pueden encontrarme y estoy hablando de un teléfono
que no está siendo rastreado. – los técnicos sonrieron maliciosamente entre
ellos.
-
Ok,
mirá, tengo los datos que corroboran una serie de masacres en tiempo de la
guerra, estos documentos involucran al “generalito” que está siendo juzgado por
genocidio y al mismo presidente. – el presidente estaba cada vez más rojo y sus
nudillos blancos, su respiración se percibía cada vez más intensa, él sabía que
aquella información era real.
-
Pero
para poder sustentar algo así necesitamos pruebas, no puedo salir con un
artículo sin sustento documental. – Raul estaba siguiendo el dialogo que habían
acordado minutos antes al pie de la letra.
-
Si
tengo pruebas, las tengo escondidas para evitar que alguien las localice, además
yo mismo iré a declarar.
-
Entiendo,
bueno espero tus noticias para la entrega de documentos que sin eso no puede
salir el artículo, sería un proceso no profesional de mi parte.
-
No
te preocupes, a finales de la próxima semana tendrás en tu casa todos los
documentos, ordenados y clasificados para facilitarte la búsqueda, ¿Cuándo
puedo esperar que salga este reporte?
-
Si
el material es tan bueno y tan amplio como mencionas, necesitare varias semanas
para estudiarlo, analizarlo y luego definir cómo abordarlo, un par de semanas
más posterior a la entrega creo que sería suficiente.
-
Perfecto,
eso me sirve, recibirás los documentos en la fecha acordada y yo mi reportaje
dos semanas después, posterior a eso hare los arreglos para presentarme a
declarar y sustentar esa documentación, eso es todo Raul, no volveremos a
hablar, gracias por tu ayuda, en caso necesite algo te llamare a este teléfono,
de lo contrario no volverás a saber de mí.
-
¿Y
qué pasará si necesito validar alguna información? – dijo Raul apresurado.
-
…
- no hubo respuesta, la llamada había finalizado.
En
la sala de escucha todo era silencio, nadie se atrevía a decir palabra, nadie
osaba si quiera levantar la mirada, finalmente el presidente respiro
profundamente, relajo su semblante y se paró erguido.
-
Deme
una copia de esta grabación y elimine cualquier otra copia ahora mismo.
-
En
un minuto señor presidente.
El
presidente tomó un dispositivo donde estaba la grabación de la última
conversación, salió de aquella sala y se dirigió a su automóvil, una vez allí
ordeno lo llevaran a la casa de su antiguo jefe, el “generalito” había dicho el
Capitán Cux, con que tono tan irrespetuoso se había dirigido a la autoridad
pensaba el presidente mientras contenía las ganas de golpear cuanto pudiera.
-
General
tenemos que hablar.
-
Presidente,
espero traiga buenas noticias.
-
Necesitamos
hablar en privado, donde podemos hacerlo.
-
Acompáñeme
al jardín, allí es seguro y discreto.
Ambos
salieron caminando lentamente, con la vista al frente, tenían un problema entre
manos y debían trabajar juntos para eliminarlo, no tenían opción a fallar o
ambos caerían, los dos sabían que todas las violaciones a los derechos humanos
eran realidad, habían sido una barbarie y un total sinsentido, pero hasta ahora
nadie tenía documentación que probara que había sido un plan cuidadosamente
orquestado en lugar de una serie de eventos aislados.