lunes, 16 de enero de 2017

CAPITULO XXVIII (EHDO)

-       ¿Aló?
-       ¿Cómo va eso de la llamada?
-       Aun nada señor presidente, hace casi una hora que el informante debió llamar y nada aún.
-       Voy para allá, quiero estar presente cuando entablen conversación.
-       Sí señor.

Los especialistas no alcanzaron a decir palabra, todos estaban intrigados del nivel de importancia de aquella asignación, el mismo presidente de la república se presentaría para escuchar de primera mano aquel dialogo, por otro lado, unos minutos antes se había comunicado con ellos el ministro de Defensa indicándoles total prioridad en realizar esta escucha y en formar un equipo especializado para localizar al informante, desde hace algún tiempo que ya había un equipo en persona rastreando al informante, pero esto no lo sabía el ministro.  Como en tiempos de antaño, aquí no se cuestiona, aquí no se pregunta, aquí se siguen órdenes, pero cuando menos, esto resultaba extraño.

Minutos después ingresaba en la habitación de control el mismo Presidente, hizo un ademan para que nadie se levantara y se dirigió al jefe del equipo directamente.

-       ¿Que sabemos de la llamada?
-       Nada aun señor, está muy retrasada.
-       ¿El periodista sigue escondido en el hotel?
-       Sí señor, tenemos vigilado el teléfono y no ha salido de esa habitación en ningún momento desde que hablaron.
-       ¿Tenemos alguien vigilando en sitio?
-       No señor, creímos que no era necesario.
-       ¿Creímos? – dijo a punto de perder el control – quiero personal en los alrededores de inmediato, usted está aquí para seguir ordenes no para “creer”
-       Sí señor, de inmediato.

Rápidamente el jefe del equipo giró instrucciones por radio, converso con uno de los supervisores del equipo y envió a otro supervisor a coordinar todo en el sitio, le pidió llevarse equipo de comunicación para poder estar en contacto todo el tiempo, el equipo se movía con gran eficiencia y cumplía los requerimientos del Presidente.

-       ¡Señor! La llamada – dijo uno de los técnicos
-       Póngala en altavoz y el resto silencio. – dijo el presidente.

En las bocinas se escuchaba el timbrar del teléfono, todo el equipo estaba listo para tomar notas, hacer llamadas, alertar jefes, etc.

-       ¿Aló? – se escuchó después del cuarto timbrar del teléfono.
-       ¿Estás en un lugar seguro? – dijo la voz al teléfono, el Presidente empuño las manos en el acto y frunció el ceño levemente, había reconocido aquella voz instantáneamente.
-       Si, vine a un lugar en donde no pueden encontrarme y estoy hablando de un teléfono que no está siendo rastreado. – los técnicos sonrieron maliciosamente entre ellos.
-       Ok, mirá, tengo los datos que corroboran una serie de masacres en tiempo de la guerra, estos documentos involucran al “generalito” que está siendo juzgado por genocidio y al mismo presidente. – el presidente estaba cada vez más rojo y sus nudillos blancos, su respiración se percibía cada vez más intensa, él sabía que aquella información era real.
-       Pero para poder sustentar algo así necesitamos pruebas, no puedo salir con un artículo sin sustento documental. – Raul estaba siguiendo el dialogo que habían acordado minutos antes al pie de la letra.
-       Si tengo pruebas, las tengo escondidas para evitar que alguien las localice, además yo mismo iré a declarar.
-       Entiendo, bueno espero tus noticias para la entrega de documentos que sin eso no puede salir el artículo, sería un proceso no profesional de mi parte.
-       No te preocupes, a finales de la próxima semana tendrás en tu casa todos los documentos, ordenados y clasificados para facilitarte la búsqueda, ¿Cuándo puedo esperar que salga este reporte?
-       Si el material es tan bueno y tan amplio como mencionas, necesitare varias semanas para estudiarlo, analizarlo y luego definir cómo abordarlo, un par de semanas más posterior a la entrega creo que sería suficiente.
-       Perfecto, eso me sirve, recibirás los documentos en la fecha acordada y yo mi reportaje dos semanas después, posterior a eso hare los arreglos para presentarme a declarar y sustentar esa documentación, eso es todo Raul, no volveremos a hablar, gracias por tu ayuda, en caso necesite algo te llamare a este teléfono, de lo contrario no volverás a saber de mí.
-       ¿Y qué pasará si necesito validar alguna información? – dijo Raul apresurado.
-       … - no hubo respuesta, la llamada había finalizado.

En la sala de escucha todo era silencio, nadie se atrevía a decir palabra, nadie osaba si quiera levantar la mirada, finalmente el presidente respiro profundamente, relajo su semblante y se paró erguido.

-       Deme una copia de esta grabación y elimine cualquier otra copia ahora mismo.
-       En un minuto señor presidente.

El presidente tomó un dispositivo donde estaba la grabación de la última conversación, salió de aquella sala y se dirigió a su automóvil, una vez allí ordeno lo llevaran a la casa de su antiguo jefe, el “generalito” había dicho el Capitán Cux, con que tono tan irrespetuoso se había dirigido a la autoridad pensaba el presidente mientras contenía las ganas de golpear cuanto pudiera.

-       General tenemos que hablar.
-       Presidente, espero traiga buenas noticias.
-       Necesitamos hablar en privado, donde podemos hacerlo.
-       Acompáñeme al jardín, allí es seguro y discreto.


Ambos salieron caminando lentamente, con la vista al frente, tenían un problema entre manos y debían trabajar juntos para eliminarlo, no tenían opción a fallar o ambos caerían, los dos sabían que todas las violaciones a los derechos humanos eran realidad, habían sido una barbarie y un total sinsentido, pero hasta ahora nadie tenía documentación que probara que había sido un plan cuidadosamente orquestado en lugar de una serie de eventos aislados.

A sorbos

Sorbo a sorbo se va consumiendo el café de aquella mañana, día nublado de junio en el que el cielo parece informar que pronto dejará caer go...