Con la obscuridad de la noche
entrando por mi ventana, un agradable frio de fin de año acariciando los árboles
y con las casi inaudibles notas musicales que se generan un poco más allá, en
alguna fiesta rezagada de final de año, en donde se aprecia desde la distancia
los gritos, las risas, la conversa y la música que oscila entre movida y legre
y la nostálgica y triste según van avanzando los tragos, me doy cita de nuevo
con las teclas de mi computadora para dar mi despedida al agonizante 2013,
quien pronto dejara ir su último suspiro.
Con la fiesta navideña ya en
el pasado, los centros comerciales ahora siguen llenos, en algunos casos por
innumerables rebajas que tratan de rescatar el último aliento consumista de la época
y en otros casos los visitantes son personas que llevan a cambiar algún regalo
que no les gustó, no les quedó bien o simplemente no necesitaban por otros que
si les guste, si les queden y, en muchos casos, sigan sin necesitar.
Y es que no puedo dejar de
pensar como una festividad que transmite una idea, un concepto, un espíritu tan
humano y noble, independientemente de si se profesa o no alguna religión cristiana,
se convierte de la noche a la mañana en una carrera sin tregua por tener,
comprar, mostrar, dar (mas no por un noble sentimiento sino por fuerte obligación),
los anaqueles se llenan y vacían rápidamente, las cuentas de las tarjetas de crédito
se abulta, las deudas crecen, para que al final del día 24 todos se abrace, se
den algo, y al día siguiente todo regresa a la normalidad, mientras algunos
claman por una comida, un lugar donde dormir, una medicina, una caricia, una
sonrisa… pero ellos han de celebrar también, porque preocuparse…
¿Dónde quedo aquello de
compartir con quien no tiene?, ¿Dónde queda aquello de nobleza y
agradecimiento?, ¿Dónde quedo aquello de gratitud?, ¿Dónde quedo aquello de ver
al cielo juntos y simplemente ser felices?, ¿es que acaso hemos sido consumidos
por la mercadotecnia del consumo, las ofertas y demás?, ¿o es que simplemente
poco nos importa y queremos un pretexto para gastar y “compensar” las faltas del
año que está por irse?
No busco juzgar, señalar y
mucho menos criticar, pero es un buen momento para pensar si lo que aquella
noche del 24 recién pasada celebramos cada uno en su hogar, es lo que realmente
queríamos celebrar o si es simplemente el proceso de continuar con lo que todos
hacen, ¿es este espíritu de consumo el que queremos dejar a las nuevas
generaciones?, ¿es así como queremos ser recordados?...
Es buen momento también para
pensar en lo que este año dejo, aquí me detengo un momento esta noche, para
despedir a mi amigo querido, el 2013, que dejo para mi mucho en el haber
personal, y otro tanto en él debe, que pasara a mi historia como un año de
aprendizajes, de retos, de logros, de caídas, de levantadas, de tropiezos, etc.
A decir verdad muy parecido a sus antecesores, pero por sobre todas las cosas
hoy me detengo a darle gracias a este amigo mío y a recordarlo con gratitud
por:
·
Todo aquello que llego
·
Todo aquello que no llego
·
Todo aquello que se fue
·
Todo aquello que deje ir
·
Todo aquello que aprendí y por lo que me falta
por aprender
·
Por las caídas de las que me levante
·
Por las caídas de las que aún me estoy
sacudiendo y espero pronto estar levantado
Es un buen momento para dejar
ir un suspiro por aquellas personas que vimos partir de nuestras vidas y que
sabemos siguen sus vidas en distintos caminos, una sonrisa nostálgica por
aquellos que partieron de esta existencia y llevaremos en nuestro recuerdo, una
lagrima para quienes hace mucho se fueron y aun hoy siguen haciendo falta como
si hubiera sido ayer su partida, una mirada al cielo por quienes nos inspiraron
y una caricia en la mejilla para quienes tenemos la dicha de tener junto a
nosotros, ha y casi olvidaba, un moco por la alergia que me está dando el
viento frio J
Hoy mis letras las siento
pesadas, cargadas de nostalgia y melancolía, disculpen ustedes, pero es que una
profunda tristeza me ha llenado los últimos días al ver cómo, mientras en
algunos hogares se come y bebe hasta la saciedad, en otros se añoran las sobras
de los primeros, para poder tener algo en el estómago y poder sobrellevar mejor
una noche fría mientras se cubren únicamente con un cartón y son las estrellas
sus luces de compañía, y el mundo sigue su curso, sin piedad.
Hoy dejo ir a mi amigo 2013, sé
que pronto vendrá un nuevo compañero de viaje, un tal 2014, pero hoy no invertiré
en darle la bienvenida pues ya habrá tiempo para eso, hoy mi mente se quiere
adentrar en lo que el 2013 significo, dejó y se llevó, hoy es momento de
felicitarnos por lo que logramos, retarnos por lo que quedo pendiente, preguntarnos,
en la seguridad que da la distancia, si caminamos hacia donde queríamos o si
bien nos dejamos llevar como la multitud, hoy mis manos tiemblan mientras
escriben, pues no es posible que cada año queramos cambiar el mundo y que cada
año este peor, ¿será acaso que los esfuerzos están enfocados en donde no deberían?,
¿Cuánto hemos cambiado nosotros mismos?, ¿Cuánto nos falta por cambiar?, ¿realmente
queremos un mundo mejor o es simplemente una frase hecha para calmar nuestra
ansiedad y ese sentimiento incomprendido que podamos llevar dentro?, que cada
uno nosotros nos preguntemos y emprendamos nuestro camino, si es que lo
queremos hacer.
Hoy te dejo ir 2013, gracias
por todo, por esta noche fría y nostálgica, por este viento que sopla en mi
ventana, por esa música que a lo lejos alegra los corazones locos y las mentes
borrachas, ¿o será al revés?, gracias mi amigo por dejarme pasar junto a ti
cada día, por darme 365 amaneceres, atardeceres, anocheceres y oportunidades
para empezar de nuevo, gracias por mostrarme nuevos caminos, por bloquear otros
para los que seguramente aun no estoy preparado, gracias por abrir mis ojos y
mi corazón cada día, gracias por haber tenido una familia espectacular durante
este año, unos amigos increíbles, unos compañeros espectaculares y un hobby
inigualable que me permite llevar alimento a mi casa cada día.
Gracias a quienes, junto con
el 2013 y mi persona, caminaron este sendero y me permitieron aprender de
ustedes, gracias a quienes se tomaron el tiempo de mostrarme nuevas cosas,
muchas veces sin saberlo, y gracias a mis FANS del blog (es decir a mi mamá… si
no lo ponía así me regañaban) por tomarse el tiempo de leer esta cantidad de
letras locas, pensamientos enredados, sentimientos desdichados y sonrisas
alocadas.
Ciao 2013, seguramente no nos
veremos más, los nuestro ha de terminar, pero ten por seguro que por aquí estaremos
recibiendo a tu sucesor, con el mismo entusiasmo con el que nosotros iniciamos,
con la misma esperanza y compromiso, solo pídele un favor si es que puedes, que
me ayude, o por lo menos intente, a ser
mejor persona.
El viento sigue soplando, la
noche enfría, la música se detiene y las risas lejanas no se escuchan más…